Aqu¨ª no se proh¨ªbe el cante
El guitarrista Gerardo N¨²?ez promueve un espacio para la cultura flamenca
En algunas ciudades de la Baja Andaluc¨ªa el t¨¦rmino tabanco designa ese lugar donde jornaleros y gente sencilla se reun¨ªan para beber vino barato despu¨¦s de la jornada laboral. En la mayor¨ªa de ellos era com¨²n que el cante -entre gastadas mesas de madera y los nudillos de la mano para acompa?arse- surgiera entre vaso y vaso para con ¨¦l olvidar las penas o el cansancio. En otros tabancos, por el contrario, se ve¨ªa mal que tal cosa sucediera y se sol¨ªa colgar el conocido cartel de Se proh¨ªbe el cante. Con los a?os, esos a?ejos espacios casi desaparecieron de nuestras calles, y los pocos que se conservan han perdido su antigua e importante funci¨®n: la de refugio para tiempos dif¨ªciles donde echar para afuera las duquelas (penas) en forma de cantes que, de forma no intencionada, han hecho crecer nuestro arte.
El Tabanco del Arte se enclava en la localidad gaditana de Trebujena
La nave acoger¨¢ conciertos, conferencias y otras actividades
El guitarrista Gerardo N¨²?ez piensa que volvemos a vivir tiempos duros y se ha fijado en la vieja imagen del tabanco para su nuevo proyecto. Cuenta que le apena recibir mensajes de compa?eros que tienen que vender sus guitarras para pagar las facturas y ha retomado su abandonada faceta emprendedora, que canaliza a trav¨¦s de la fundaci¨®n que tiene constituida junto a su mujer, la bailaora Carmen Cort¨¦s, y con la que impulsaron las cuatro recordadas ediciones de Enclave del Sol, que se celebraron de 2006 a 2009 en una vi?a de su propiedad en las cercan¨ªas de la localidad gaditana de Trebujena.
Muy cerca de all¨ª (calle del Vino Oloroso, 3, de Trebujena) vio la luz el pasado martes el nuevo proyecto de la Fundaci¨®n N¨²?ez-Cort¨¦s, el denominado Tabanco del Arte. Para crearlo los artistas se han tenido que emplear a fondo. No parece cosa f¨¢cil transformar una nave de un pol¨ªgono industrial en un espacio c¨¢lido para la creaci¨®n. El lugar ten¨ªa anteriormente funciones de guardamuebles para la escenograf¨ªa de los espect¨¢culos de la compa?¨ªa de baile de Carmen Cort¨¦s: los centenares de zapatos de baile que ca¨ªan del cielo en Las mujeres de Lorca, la verde hojarasca que decoraba la adaptaci¨®n de Salom¨¦, de Oscar Wilde... Tambi¨¦n, en los ¨²ltimos a?os, se hab¨ªan ido acumulando cubas de fermentaci¨®n y botas de vino en las que el guitarrista conserva los caldos que producen las uvas de su vi?a. Poniendo en orden elementos tan variados, la fr¨ªa nave ha logrado convertirse en el ¨¢mbito perseguido donde poder acoger conciertos sin prejuicios de g¨¦nero, pero tambi¨¦n conferencias o cualquier actividad que precise de un lugar donde desarrollarse.
Para el guitarrista se trata de "crear un espacio para el arte en general donde poder expresarse y, a la vez, poder vivir de nuestro trabajo". Para financiar el proyecto, que obviamente no tiene af¨¢n lucrativo, N¨²?ez aspira por ahora a una f¨®rmula semiprivada con aportaciones de los asistentes y sin tener que enfrentarse a la normativa municipal de locales p¨²blicos. "Se trata de que el Tabanco se autofinancie al igual que los cursos de Sanl¨²car, donde llevamos 22 a?os". Pionero en la autogesti¨®n de su propio trabajo, N¨²?ez piensa que, en estos tiempos en los que nos van a hacer pagar por todo, "hay que acostumbrarse a pagar por nuestro arte y a hacernos respetar porque tenemos una de las expresiones art¨ªsticas m¨¢s importantes del mundo". "Tenemos que empezar a creernos importantes y darnos valor a?adido", subraya. Curiosamente, y como ejemplo, el guitarrista aporta uno extramusical: en los conciertos, y al igual que en los antiguos tabancos, solo se servir¨¢ vino y agua, "nada de refrescos o destilados", a?ade, pero, adem¨¢s, se servir¨¢ en copas de cristal, un recipiente que dignifica el producto de la uva de la misma forma que el Tabanco del Arte aspira a dignificar la m¨²sica o cualquier otra manifestaci¨®n art¨ªstica.
En la fiesta de inauguraci¨®n del Tabanco, los anfitriones, N¨²?ez y su mujer, se encontraron arropados por muchos compa?eros de profesi¨®n. Entre otros, Antonio Carri¨®n, Javier Patino, Manuel Valencia, ?ngel Cepillo, Rafael de Utrera, David Carpio, Andr¨¦s Pe?a, Pilar Ogalla, Alba Baz¨¢n, Manuel Lin o Jos¨¦ Prua?o. Sus aportaciones fueron como primeras piedras de este edificio de arte que se quiere construir.
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