Los dos ex directivos de Enron, declarados culpables de fraude y conspiraci¨®n
Lay y Skilling afrontaban seis y 28 cargos de conspiraci¨®n, fraude y maniobras financieras para ocultar las perdidas y exagerar los beneficios de Enron.
El esperado veredicto por el caso Enron se acaba de hacer p¨²blico en Estados Unidos. Tras 15 semanas de juicio, el jurado popular ha declarado culpables de diversos cargos de conspiraci¨®n y fraude al fundador del gigante el¨¦ctrico, Kenneth Lay y al ex presidente de la compa?¨ªa Jeffrey Skilling. La quiebra de Enron dej¨® en la calle a m¨¢s de 80.000 empleados hace ya cuatro a?os y medio, y arrastr¨® a la firma auditora Arthur Andersen a la desaparici¨®n.
Lay, de 64 a?os y Skilling, de 52 a?os, afrontaban seis y 28 cargos de conspiraci¨®n, fraude y maniobras financieras para ocultar las perdidas y exagerar los beneficios de Enron con el fin de atraer el dinero de los inversores, respectivamente. Skilling se puede enfrentar a una condena de hasta 185 a?os de prisi¨®n y Lay de 45 a?os.
El proceso judicial comenz¨® el pasado 30 de enero con gran expectaci¨®n, y se extendi¨® hasta el pasado 14 de mayo. En total, han sido 15 semanas de juicio durante las cuales los 12 miembros del jurado -cuatro hombres y ocho mujeres- han escuchado las declaraciones de 54 testigos. Adem¨¢s de ellos, el jurado ha tenido en cuenta las numerosas pruebas documentales aportadas.
Las intervenciones m¨¢s esperadas fueron las de Jeffrey Skilling, ex consejero delegado de la el¨¦ctrica, y Kenneth Lay, ex presidente de la compa?¨ªa. Sin embargo, una de las declaraciones m¨¢s controvertida fue la del ex director financiero de Enron, Andrew Fastow, el supuesto cerebro de la trama financiera que llev¨® al colapso de la el¨¦ctrica. Fastow declar¨® bajo juramento que sus jefes Skilling y Lay mintieron tanto a inversores y empleados como a las autoridades reguladoras, al ocultar el estado real de las cuentas del gigante el¨¦ctrico. El ex director financiero, que ya fue condenado a 10 a?os de c¨¢rcel por el fraude, declar¨® que hab¨ªa alertado a sus superiores de que la compa?¨ªa estaba al borde de la quiebra.
Fastow, el testigo estrella de la acusaci¨®n, declar¨® ante el jurado que hab¨ªa recibido el visto bueno de los dos ejecutivos para crear una contabilidad paralela y establecer una red de sociedades que permitieran tapar el agujero financiero en Enron. La Justicia estadounidense intentaba demostrar, de esta manera, que Enron era una bomba de relojer¨ªa alimentada por las mentiras de sus directivos, a los que acusa de ignorar las alertas de sus subordinados, de manipular los resultados y de enga?ar a los inversores, mientras se enriquec¨ªan.
Historia de una crisis
La compa?¨ªa el¨¦ctrica ten¨ªa un capital burs¨¢til de 68.000 millones de d¨®lares antes de que se destaparan las irregularidades, y ocupaba el puesto n¨²mero siete en el r¨¢nking de las m¨¢s grandes compa?¨ªas de Estados Unidos. La quiebra de Enron dej¨® en la calle a m¨¢s de 80.000 empleados hace ya cuatro a?os y medio, y arrastr¨® a la que fuera la mayor firma auditora del mundo, Arthur Andersen, a la desaparici¨®n.
Adem¨¢s, el agujero contable destapado en Enron desat¨® una crisis de confianza sin precedentes en Wall Street que, unida a los efectos de los atentados terroristas del 11-S y a los esc¨¢ndalos corporativos en la telef¨®nica WorldCom, la tecnol¨®gica Tyco o la cadena de supermercados holandesa Ahold, debilit¨® la confianza de los inversores norteamericanos hasta l¨ªmites insospechados. Tras el esc¨¢ndalo, las autoridades reguladoras estadounidenses se vieron obligadas a revisar sus normativas para evitar que un caso similar volviera a repetirse.
El juicio por conspiraci¨®n contra los directivos de Enron ha llegado a su fin, pero no por ello dejar¨¢ de ser considerado como el m¨¢s importante de los casos de esc¨¢ndalos corporativos juzgados en EE UU.
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