Nueva Rumasa: dos a?os a la sombra de los reguladores
La familia Ruiz Mateos capt¨® miles de inversores prometiendo intereses de hasta el 10% al mismo tiempo que advert¨ªa de posibles problemas de liquidez en sus emisiones.- As¨ª queda la lista de acreedores
La entrada en preconcurso de acreedores de las 10 mayores empresas de Nueva Rumasa ha atrapado a 5.000 inversores que, pese a las reiteradas advertencias de la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores, decidieron colocar su dinero en las emisiones de pagar¨¦s y ampliaciones de capital que el grupo ha realizado desde 2009. De hecho, las propias sociedades emisoras admit¨ªan de la posibilidad de eventuales problemas de liquidez en su publicidad que iban a solventar captando a nuevos inversores. Entre todas, habr¨ªa captado unos 140 millones de euros.
Ahora, en caso de que finalmente entren en insolvencia y un juez imponga a unos administradores para repartir las migajas, los primeros que podr¨¢n recuperar su dinero son los acreedores que le prestaron dinero con garant¨ªas hipotecarias -Royal Bank of Scotland y dem¨¢s bancos, a los que les debe 76 millones-. Para ello, el RBS ya ha solicitado al juez que vaya embargando propiedades de Nueva Rumasa. Despu¨¦s pasar¨¢n por caja los trabajadores y la Seguridad Social, que no ha ingresado las cuotas de los trabajadores de algunas de las empresas del grupo como Clesa, por lo que tambi¨¦n ha reclamado una serie de embargos preventivos. A continuaci¨®n se sit¨²an los particulares que compraron pagar¨¦s y dem¨¢s bonistas mientras, al final de la fila, est¨¢n otras empresas del grupo y, por ¨²ltimo, los accionistas. Entre ellos, quienes acudieron a las ampliaciones de capital de Clesa o Dhul anunciadas en la primera mitad de 2010.
En total, la propia Nueva Rumasa asegura que acumula una deuda de 700 millones y un patrimonio conjunto de 5.700 millones. Por nombres propios, Clesa es la firma m¨¢s endeudada con 185 millones. Le sigue Dhul, con 87,4 millones, Carcesa), con otros 51 millones. Bodegas Garvey, a continuaci¨®n, tiene un pasivo cercano a los 32 millones. Hay que recordar que este grupo compuesto por un total de 117 empresas que ocupa a 10.000 personas y que se ha dedicado a comprar durante el ¨²ltimo lustro conocidas marcas a multinacionales que ya no les sacaban rentabilidad, principalmente del sector de la alimentaci¨®n, est¨¢ constituido como un holding en torno a una matriz. Por tanto, cada una de ellas act¨²a de forma independiente y no tienen que hacer frente a los problemas del resto. Ni a su deuda.
La primera emisi¨®n lleg¨® en febrero de 2009, curiosamente en el aniversario de la expropiaci¨®n de Rumasa en 1983, y en ella se ofrec¨ªa pagar¨¦s a un precio de 50.000 euros y un plazo m¨ªnimo de permanencia de un a?o con cargo al patrimonio de Carcesa, compa?¨ªa que en 2008 Nueva Rumasa compr¨® a la multinacional Kraft y que entre sus productos destacan el tomate Apis y Fruco. En la publicidad, en la que afirmaban que el destino de estos fondos era para financiar compra de empresas -aunque el objetivo tradicional de los pagar¨¦s es facilitar el circulante-, anunciaban un inter¨¦s del 8%. Cumplir con esta rentabilidad y devolver los pagar¨¦s en el plazo establecido de un a?o supon¨ªa para el emisor obtener unos beneficios del 108%, algo improbable hablando de un sector de consumo afectado por la crisis. En total, capt¨® 70 millones de euros, lo que suponen 1.400 pagar¨¦s emitidos. De ellos, 50,6 millones vencieron en 2010 y otros 19 millones vencen este a?o.
La CNMV public¨® el 22 de mayo de 2009, "ante las numerosas consultas" recibidas, un comunicado en el que aconsejaba a los posibles inversores a informarse bien tanto de los productos ofertados como de la situaci¨®n econ¨®mica del emisor. Adem¨¢s, advert¨ªa de que estos pagar¨¦s escapaban al control de la CNMV por su valor nominal y porque no se iban a negociar en ning¨²n mercado secundario. El hecho de ser emitidos de forma directa por la empresa Carcesa SAU (Sociedad An¨®nima Unipersonal), aunque tambi¨¦n pod¨ªan ser avalados por otras compa?¨ªas del grupo si el comprador as¨ª lo decid¨ªan, dejaba a los inversores sin la protecci¨®n que la ley exig¨ªa a los intermediarios, a la vez que tambi¨¦n limitaba la capacidad de actuaci¨®n del supervisor.
Con vistas a una eventual insolvencia, ya que Carcesa es una de las 10 empresas que han solicitado acogerse a la ley concursal, quienes tengan estos pagar¨¦s en sus manos est¨¢n en la parte intermedia de la cola para cobrar. Es decir, en tercer lugar detr¨¢s de los acreedores privilegiados, que son aquellos que cuentan con una garant¨ªa y han reclamado a la Justicia el embargo de bienes para hacer frente a la deuda, y despu¨¦s el vag¨®n de Trabajadores, Hacienda y Seguridad Social.
La propia Nueva Rumasa admit¨ªa en el folleto publicitario de la operaci¨®n que hab¨ªa riesgo de liquidez para los compradores de pagar¨¦s en caso de producirse "una excesiva concentraci¨®n de vencimientos". No obstante, a?ad¨ªan que se iba a solventar "gracias a las inversiones que realice el emisor con nuevos vencimientos". Esto es, pagar a los inversores m¨¢s antiguos con dinero de nuevo inversores.
En septiembre de aquel a?o lanz¨® su segunda emisi¨®n de pagar¨¦s con las mismas caracter¨ªsticas con la excepci¨®n de que el inter¨¦s era del 6%, aunque ampliable en funci¨®n de los a?os de permanencia. El m¨¢ximo era de cinco a?os y un 8%. En la publicidad se ofrec¨ªa "rentabilidad garantizada" y "garant¨ªa real ante notario". De nuevo en este caso, la CNMV sal¨ªa al paso de la oferta, con el consejo de confirmar el "alcance real de tales expresiones y, en concreto, acerca de las condiciones, caracter¨ªsticas y v¨¢lida constituci¨®n desde el punto de vista jur¨ªdico de las mencionadas garant¨ªas". La clave est¨¢ en que, en caso de problemas financieros, la ¨²nica posibilidad de cobrar era ejecutando las mencionadas garant¨ªas.
En la tercera campa?a de pagar¨¦s iniciada en octubre de 2009 cambi¨® la empresa responsable de abonar estos instrumentos financieros. Aunque se anunciaban con la garant¨ªa del brandy de Bodegas Garvey, en realidad su emisor era Maspalomas Hoteles. Adem¨¢s, presum¨ªa de contar con la valoraci¨®n del profesor del IESE Pablo Fern¨¢ndez, que se desmarc¨® totalmente de la operaci¨®n: "Mi valoraci¨®n no sirve para calcular el valor de las existencias de brandy como garant¨ªa de unos pagar¨¦s". "1.217 millones es el valor actual neto del margen que producir¨¢n los inventarios de los brandys seg¨²n las previsiones [...] de los propietarios y directivos actuales para los pr¨®ximos a?os. Pero [...] el valor que podr¨ªan obtener los propietarios de los pagar¨¦s si la empresa emisora no los pagase a su vencimiento y se les diera brandy es sustancialmente inferior", a?ad¨ªa.
Rumasa respondi¨® asegurando que su brandy es "un producto ¨²nico, en calidad y en cantidad", que su valor siempre ser¨ªa superior al de los pagar¨¦s y que "lo m¨¢s importante, que nadie dude, es que los pagar¨¦s emitidos ser¨¢n atendidos con rigurosa puntualidad". Habr¨¢ que ver ahora si, ya que la unidad hotelera de Nueva Rumasa -Grupo Hotasa-tambi¨¦n est¨¢ en preconcurso de acreedores, hay brandy para todos los acreedores, ya que estas garant¨ªas no se formalizaron el ning¨²n registro de bienes.
Tras estas emisiones, a partir de diciembre de 2009 el protagonismo lo asumi¨® el propio Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos. Que dobl¨® la apuesta y ofrec¨ªa un inter¨¦s del 10% con el objetivo de seguir adquiriendo m¨¢s compa?¨ªas del sector. El pagador era la empresa Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos SA, sin relaci¨®n societaria o jur¨ªdica con el resto de sociedades del grupo, aunque en el anuncio se anunciaba lo contrario y se aseguraba que contaba con el aval de Clesa o Dhu. Tampoco aclaraban si estas garant¨ªas estaban registradas, un paso esencial para garantizar al inversor que realmente pod¨ªan aportar su patrimonio ante eventuales impagos.
A partir de ah¨ª, actu¨® el Gobierno y, a trav¨¦s de la Ley de Econom¨ªa Sostenible se modific¨® la regulaci¨®n en abril de 2010. En esencia, el cambio obligaba a los emisores de productos financieros dirigidos al p¨²blico en general como los pagar¨¦s de Nueva Rumasa a contar con un intermediario. Este agente deb¨ªa ser una entidad autorizada a prestar servicios de inversi¨®n, que s¨ª prev¨¦n garant¨ªas adicionales a los inversores en caso de fiasco.
Tras el cambio legislativo, la reacci¨®n de Nueva Rumasa fue cambiar de estrategia y pasar a anunciar ampliaciones de capital de Dhul, en junio de 2010, y Clesa, en diciembre, con el reclamo de ser una operaci¨®n orientada a comprar una gran empresa del sector de la alimentaci¨®n, en referencia a SOS, aunque no la citaba. Estos productos, a diferencia de los pagar¨¦s, donde los inversores eran meros acreedores, convert¨ªan a sus participantes en socios de las empresas, con lo que se colocan aun m¨¢s atr¨¢s en la cola de acreedores. Dhul capt¨® 30 millones y Clesa 12 millones.
En este ¨²ltimo caso, es llamativo que de la cifra inicial de 50.000 euros para entrar en la operaci¨®n se ofrecen las participaciones por 1.500 euros en el caso del fabricante de postres y de 3.300 para la marca de yogures y dem¨¢s productos l¨¢cteos, lo que amplia el rango de posibles inversores. No obstante, estos instrumentos, a diferencia de las acciones comunes, no se negocian en ning¨²n mercado secundario por tener la configuraci¨®n jur¨ªdica propia de las participaciones sociales de una sociedad de responsabilidad limitada, advert¨ªa la CNMV, que si hay que atender a la cifra de 5.000 inversores de la que presume Nueva Rumasa, su actuaci¨®n fue como predicar en el desierto. El mismo por donde han deambulado decenas de miles de afectados de otros pufos financieros sonados como Gescartera o Forum y Afinsa.
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