Al Banco de Espa?a se le acab¨® la paciencia
En una antigua entrevista Milton Friedman defendi¨® que el capitalismo es el tipo de sistema que permite minimizar el da?o de la codicia en las sociedades. Desgraciadamente, falleci¨® en 2006 y no podemos saber cu¨¢les hubieran sido sus reflexiones sobre la crisis financiera que estamos viviendo y de la que todav¨ªa es imposible entrever un final. Una crisis que en el caso de Espa?a, se ha llevado por delante a entidades centenarias como las cajas de ahorro, la mitad del sistema bancario antes del inicio de las dificultades, y que en la Comunidad Valenciana ha laminado su sistema financiero aut¨®ctono dej¨¢ndolo reducido a una presencia testimonial formada por Caixa Ontinyent y las cajas rurales.
La entidad no ha tomado decisiones que anunci¨® para recuperar el 'core'
El episodio vivido ayer por el Banco de Valencia, controlado desde 1994 por Bancaja, refleja que este resultado no es casualidad. Una vez m¨¢s evidencia que cuando a las negativas consecuencias de la codicia se le suman las no menos da?inas de un indeterminado "esperar y ver", el resultado acaba siendo la p¨¦rdida de reputaci¨®n y la solvencia, elementos clave de la actividad bancaria desde la Edad Media. Porque esto y no otra cosa parece ser lo que ha sucedido a la emblem¨¢tica entidad valenciana que en 1927, Noguera Bonora, Villalonga y otros pocos, sacaron de su letargo siendo desde entonces un elemento muy relevante de la financiaci¨®n de las empresas aqu¨ª radicadas.
Era ya conocido que durante la fase de boom el banco fue incapaz de sustraerse, como su matriz, a la codicia posibilitada por la liquidez ilimitada de la ingeniera financiera internacional concentrando de forma imprudente sus riesgos. De esta forma, hoy los cr¨¦ditos promotor alcanzan el 17% del total (con 37% de tasa de mora) y en balance figuran 827 millones de activos adjudicados. Todo ello, con unos recursos propios declarados de 1.680 millones, pero un core capital por debajo del 8% exigido. Pero adem¨¢s, cuando las dificultades han sido evidentes sus gestores han reaccionado con una pasividad asombrosa, y la actitud de Bancaja/BFA, como sucede con las notas emitidas ayer, abochorna.
No otra sensaci¨®n suscita la pasividad suicida, de lo cual lo acontecido en 2011 es mera coda. Desde enero, los responsables del banco han venido afirmando que ¨¦ste llegar¨ªa a ese 8% m¨ªnimo antes de septiembre "holgadamente", bien a trav¨¦s de la venta de activos, bien con sus beneficios recurrentes o a trav¨¦s de una eventual ampliaci¨®n de capital. Y en la junta general de marzo de este a?o, que asegur¨® un 5,87% a los accionistas, volv¨ªan a insistir con un optimismo sin fisura en que su solvencia estaba por encima de lo fijado por el legislador y se alcanzar¨ªa un 8,5% de core a trav¨¦s de diversas posibilidades "entre ellas, una ampliaci¨®n de capital, quiz¨¢s compatibilizada con una emisi¨®n de obligaciones convertibles". Estamos en noviembre y de todo lo anunciado no ha habido nada de nada. ?C¨®mo extra?arse de que el Banco de Espa?a haya dicho basta?
Jordi Palafox es catedr¨¢tico de Historia e Instituciones Econ¨®micas en la Universitat de Val¨¨ncia y fue consejero de Bancaja desde enero de 1998 hasta su dimisi¨®n en febrero de 2006.
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