Condiciones necesarias
Los acuerdos del Consejo Europeo son fundamentos m¨ªnimos en los que asentar una uni¨®n fiscal
La uni¨®n monetaria de Europa es hoy menos vulnerable. Las decisiones que adopt¨® el jueves el BCE atenuar¨¢n las tensiones de liquidez en los sistemas bancarios, necesarias para evitar la prolongaci¨®n del colapso en los mercados de cr¨¦dito. Los acuerdos alcanzados en el Consejo Europeo son fundamentos m¨ªnimos en los que asentar una uni¨®n fiscal. La disposici¨®n de un escenario constituido por esa forma de integraci¨®n era una de las condiciones necesarias para reducir la inestabilidad en los mercados de deuda p¨²blica de la eurozona.
Claro que no son condiciones suficientes. En primer lugar, porque para eliminar definitivamente las amenazas que pesan sobre algunas de las econom¨ªas hoy m¨¢s expuestas a las tensiones en los mercados financieros es necesario algo m¨¢s que transmitir rigor y prop¨®sitos de enmienda en la conducci¨®n de las finanzas p¨²blicas. Es preciso que la eurozona disponga de la capacidad de disuasi¨®n suficiente ante unos inversores en los mercados de bonos que hasta ahora han cotizado fundamentalmente un mal gobierno comunitario, un desamparo de las econom¨ªas perif¨¦ricas, una ausencia de solidaridad, de mutualizaci¨®n suficiente de los riesgos.
Los mercados financieros tampoco han discriminado suficientemente entre la naturaleza de los pasivos dominantes en las econom¨ªas m¨¢s endeudadas. Espa?a, por ejemplo, no tiene un problema de deuda p¨²blica equivalente al de Italia. Aun cuando los inversores en bonos presuman que el elevado endeudamiento privado espa?ol, y la bancarizaci¨®n del mismo, puede acabar aumentando el d¨¦ficit p¨²blico a un mayor ritmo que los dem¨¢s y, en definitiva, engrosando el stock de deuda p¨²blica. Pero es en este punto en el que ser¨ªa necesario el despliegue de mecanismos defensivos propios de una uni¨®n monetaria completa.
La capacidad de adquisici¨®n de bonos p¨²blicos, de intervenci¨®n significativa en los mercados correspondientes, facilitar¨ªa la definitiva normalizaci¨®n. En especial si tenemos en cuenta que Espa?a ha adoptado terapias correctoras a corto y largo plazo de los desequilibrios p¨²blicos similares o m¨¢s radicales que las econom¨ªas m¨¢s endeudadas.
Es preciso que la eurozona disponga de capacidad de disuasi¨®n ante unos inversores en los mercados de bonos que han cotizado un mal gobierno comunitario
Esas nuevas orientaciones en las pol¨ªticas fiscales, incluso reflejadas en singulares enmiendas constitucionales, y bajo la advertencia de sanciones m¨¢s o menos autom¨¢ticas, han sido acordadas por todos los pa¨ªses que comparten moneda. Son se?ales suficientes para que el BCE muestre su inequ¨ªvoca disposici¨®n a estabilizar los mercados de deuda soberana. En la reuni¨®n del jueves contribuy¨® a paliar algunas de las consecuencias m¨¢s adversas de esta crisis: las particularizadas en la falta de liquidez de los bancos de la eurozona. No puede minimizarse el alcance de la ampliaci¨®n a 36 meses de sus operaciones de inyecci¨®n de liquidez a los bancos, as¨ª como la flexibilizaci¨®n de las garant¨ªas admitidas en esas operaciones. Ahora los bancos estar¨¢n en mejor disposici¨®n para dar cr¨¦dito, incluido el materializado en t¨ªtulos de los tesoros nacionales.
Para que los acuerdos del Consejo hubieran sido suficientes para despejar completamente las amenazas sobre el euro y alejar los riesgos recesivos, las propuestas del pacto fiscal de la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, deber¨ªan haber incorporado las m¨¢s decisivas del presidente del Consejo. La mutualizaci¨®n de las emisiones de deuda p¨²blica, de forma destacada. Esa suficiencia tambi¨¦n habr¨ªa quedado garantizada por la suscripci¨®n un¨¢nime de esos acuerdos. La automarginaci¨®n brit¨¢nica no favorece el clima de esa otra necesaria estabilidad, la de naturaleza institucional en el conjunto de la UE, que la transici¨®n a una m¨¢s completa uni¨®n econ¨®mica precisa.
Emilio Ontiveros es presidente de Analistas Financieros Internacionales.
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