Bernanke pincha la burbuja del oro
Los metales pierden atractivo para los inversores por la estabilidad del d¨®lar
La Reserva Federal (Fed) insiste desde hace semanas en que cualquier cambio de estrategia en su pol¨ªtica monetaria depender¨¢ de la evoluci¨®n de la econom¨ªa. Es su manera de decir que todas las opciones est¨¢n abiertas. Sin embargo, en su ¨²ltima reuni¨®n dio a entender que no tiene ninguna prisa por volver a imprimir dinero. Alej¨® as¨ª la posibilidad de una nueva ronda de est¨ªmulos a la econom¨ªa. Ben Bernanke, el jefe de la autoridad monetaria, empez¨® a retirar el ponche y agu¨® la fiesta que viv¨ªa el mercado.
El efecto no se hizo esperar en Wall Street y se hizo sentir especialmente en el oro, que se aleja de nuevo del m¨¢ximo que alcanz¨® en verano, cuando se convirti¨® en un valor refugio en medio de las tensiones financieras y miedos por la crisis de la deuda soberana en Europa. Muchos fondos acudieron al oro y la plata para compensar la p¨¦rdida de valor del d¨®lar. Ahora, al no haber tantos est¨ªmulos como los que se anticipaban, no se ver¨¢ tanta presi¨®n inflacionista en los metales.
El metal dorado costaba en agosto de 2011 cerca de 1.900 d¨®lares la onza (1.450 euros). Ahora ronda los 1.630 d¨®lares (1.220 euros). Solo en la ¨²ltima semana el precio de la onza ha ca¨ªdo m¨¢s de 10 d¨®lares (7,6 euros), tras una fuerte correcci¨®n despu¨¦s de conocerse el martes el acta de la reuni¨®n que celebr¨® hace tres semanas la Fed. De acuerdo con el debate de los miembros del banco central, el alejamiento de los est¨ªmulos puede entenderse como un paso hacia la vuelta a la normalidad monetaria.
El problema es que en Wall Street esperaban que la Reserva Federal lanzara una nueva ronda de compra de deuda vinculada a hipotecas, para as¨ª seguir estimulando la econom¨ªa por v¨ªa del sector inmobiliario y mantener bajas las perspectivas de tipos sin disparar la inflaci¨®n. El objetivo es dejar el precio del dinero cerca de 0% hasta final de 2014, donde lleva estancado tres a?os.
Y el cambio de actitud de la Fed cogi¨® a muchos por sorpresa, aunque en realidad no se haya producido un cambio en la direcci¨®n marcada el pasado verano. En este contexto, las materias primas, y en especial los metales preciosos, son muy vulnerables. Eso se est¨¢ viendo claramente en la curva del oro, que ronda el punto m¨¢s bajo desde enero. Bernanke ha dado as¨ª un pinchazo a la burbuja. Y cuando las llamadas commodities bajan, habitualmente sube el valor del d¨®lar frente al resto de la cesta de divisas y el mercado de acciones baja, como respuesta.
La volatilidad ha sido una dominante en el oro desde que la Fed recurri¨® a su arsenal para contener los efectos de la crisis financiera. Los especuladores lograron mantener hasta ahora hinchada la burbuja, alimentando la expectativa de que la nueva ronda de est¨ªmulos estaba a la vuelta de la esquina. Y ahora insisten en que el oro no est¨¢ muerto ni enterrado.
El castillo de naipes de las materias primas est¨¢ construido m¨¢s que ning¨²n otro sobre la base de la anticipaci¨®n. Por eso el nuevo lenguaje de la Fed va a poner a prueba el nivel de sustento de los 1.600 d¨®lares. La marcha de la econom¨ªa de EE UU ser¨¢ clave en su evoluci¨®n.
Si los datos econ¨®micos se consolidan y la situaci¨®n en Europa se estabiliza, lo m¨¢s probable es que los fondos que apostaron por el oro reduzcan su exposici¨®n.
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