Recursos naturales y recursos humanos
Esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y problemas econ¨®micos contextualizan la expropiaci¨®n de YPF
La nacionalizaci¨®n por el Gobierno argentino del 51% de las acciones de Repsol en YPF no ha sido una sorpresa. La presidenta Cristina Fern¨¢ndez llevaba tiempo maniobrando para recuperar el control de la empresa y ha elegido el momento adecuado en funci¨®n de factores pol¨ªticos, demosc¨®picos, econ¨®micos y energ¨¦ticos que han aumentado los beneficios que el Gobierno argentino cree que obtendr¨¢ con la nacionalizaci¨®n.
La presidenta se enfrenta a problemas internos derivados de esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que han salpicado incluso al vicepresidente Amado Boudou, y de una coyuntura econ¨®mica crecientemente adversa. De ah¨ª que incidiera en dos campa?as cargadas de significado nacionalista: recuperar las Malvinas y devolver YPF al pueblo argentino. Adem¨¢s, esta estrategia ven¨ªa apoyada por encuestas, ya que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n respalda ambas medidas.
La expropiaci¨®n har¨¢ dif¨ªcil conseguir las inversiones para explotar el yacimiento de Vaca Muerta
En una coyuntura internacional marcada por los altos precios de la energ¨ªa y otras materias primas (por la elevada demanda de Asia emergente), e incluso contando con que la econom¨ªa china se est¨¢ desacelerando, resulta tentador renacionalizar recursos naturales. A esto se suma el descubrimiento por Repsol-YPF de un gran yacimiento de gas de pizarra ¡ªla tercera reserva mundial de este hidrocarburo no convencional¡ª, solo por detr¨¢s de EE UU y China. Aun as¨ª, para explotar Vaca Muerta y sacarle partido hay que realizar grandes inversiones y disponer de una tecnolog¨ªa sumamente sofisticada.
En el frente externo, Argentina ha aprovechado la crisis econ¨®mica que golpea a Espa?a, la divisi¨®n pol¨ªtica de la Uni¨®n Europea y la esperanza de que posiblemente Washington no reaccionase con excesiva energ¨ªa. Todo ello hizo que la presidenta considerara que no habr¨ªa una reacci¨®n contundente, multilateral y coordinada por parte del debilitado eje transatl¨¢ntico.
La expropiaci¨®n de YPF no sorprende, porque es un paso m¨¢s en una larga lista de decisiones crecientemente proteccionistas e intervencionistas del Gobierno argentino. Primero, la nacionalizaci¨®n de Aerol¨ªneas Argentinas y de los planes de pensiones privados; despu¨¦s, la modificaci¨®n de los estatutos del Banco Central para flexibilizar el uso de sus reservas, el aumento de las barreras no arancelarias para bloquear el comercio y, finalmente, la expropiaci¨®n de YPF, la empresa que m¨¢s impuestos paga y una de las que m¨¢s invierte y m¨¢s empleo y tecnolog¨ªa crea en Argentina.
Esto ocurre en un contexto de elevada inflaci¨®n (cercana al 30%, seg¨²n estimaciones privadas, que la colocan como la m¨¢s elevada de Am¨¦rica Latina, aunque para el Gobierno no alcanza el 10%), reducci¨®n dr¨¢stica del crecimiento (que pasar¨¢ del 8,9% en 2011 a menos del 4% en 2011) y crecientes salidas de capital. Solo los vientos de cola favorables (la demanda china de cereales) permit¨ªan sostener el modelo, pero, en lugar de aprovechar los altos precios de la soja para ahorrar (como Chile) o para invertir (como Brasil), el Gobierno argentino considera, ilusoriamente, que est¨¢ ante una situaci¨®n permanente, y gasta los ingresos en consumo corriente. La mala estructura de incentivos para la inversi¨®n llev¨® en los ¨²ltimos a?os a importar carne y petr¨®leo, algo bastante parad¨®jico en Argentina, un pa¨ªs rico en recursos naturales.
Es un paso m¨¢s en una larga lista de decisiones crecientemente proteccionistas e intervencionistas del Gobierno argentino
En muchos pa¨ªses emergentes exitosos encontramos un creciente intervencionismo gubernamental en la econom¨ªa que sustenta lo que se conoce como capitalismo de Estado. Sin embargo, en Argentina, estas intervenciones llevan a un capitalismo de amigos, destinado a incrementar el poder de los c¨ªrculos cercanos al Gobierno (y a incrementar subsidios que generalizan el clientelismo) y no a fraguar un proyecto de pa¨ªs que haga posible el crecimiento a largo plazo. Por ello, y en contra de lo que sostiene la presidenta Fern¨¢ndez de que ¡°est¨¢n cambiando la historia¡±, la expropiaci¨®n de YPF no resolver¨¢ los problemas energ¨¦ticos del pa¨ªs y har¨¢ dif¨ªcil que se consigan las inversiones necesarias para explotar el yacimiento de Vaca Muerta. Ni que decir tiene que la decisi¨®n incluso ahuyentar¨¢ a posibles inversores extranjeros en otros sectores.
Pese a lo esperado de la noticia, en Espa?a cay¨® como un jarro de agua fr¨ªa. Seg¨²n el Bar¨®metro del Real Instituto Elcano (BRIE), m¨¢s del 80% de la poblaci¨®n espa?ola considera grave la expropiaci¨®n de YPF, y el 44% cree que empeorar¨¢n las relaciones bilaterales. Sin embargo, pese al sentir mayoritario, las opciones que Espa?a tiene a su favor para incidir de forma decisiva en el conflicto son muy limitadas (la v¨ªa diplom¨¢tica parece agotada, los tribunales internacionales tardar¨¢n tiempo en pronunciarse y no pueden obligar a nada a Argentina, y Espa?a, en solitario, puede tomar pocas represalias). De ah¨ª el enorme riesgo de sobrerreaccionar frente a las provocaciones, como las afirmaciones del viceministro de Econom¨ªa argentino y sus chistes sobre los elefantes.
En definitiva, es importante evitar una escalada de tensi¨®n que pueda romper las excelentes relaciones que siempre ha habido entre los dos pa¨ªses, especialmente entre sus sociedades civiles, que poco o nada tienen que ver con el conflicto. Pese a las afirmaciones de la presidenta Fern¨¢ndez, no solo cuentan los recursos naturales; los recursos humanos son mucho m¨¢s decisivos.
Carlos Malamud es investigador de Am¨¦rica Latina del Real Instituto Elcano y catedr¨¢tico de historia de la UNED.
Federico Steinberg es investigador de Econom¨ªa Internacional del Real Instituto Elcano y profesor de econom¨ªa de la UAM.
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