El BCE pide que Espa?a persevere en las reformas y acelere con la banca
Draghi plantea la necesidad de impulsar un plan de crecimiento com¨²n con inversiones del BEI
Los helic¨®pteros que han sobrevolado Barcelona durante dos d¨ªas no eran esos desde los que se tiran billetes, la imagen que usan los banqueros para referirse a una pol¨ªtica monetaria de guerrilla: las rebajas de tipos de inter¨¦s o los manguerazos de liquidez a la banca. Ten¨ªan poco de metaf¨®rico los aparatos que sonaron machaconamente esta semana en la ciudad, al igual que furgones de antidisturbios o los polic¨ªas francotiradores apostados por las azoteas. Alguno de ellos vigilaba desde la terraza del hotel Arts, uno de los s¨ªmbolos de la Barcelona ol¨ªmpica, el cinco estrellas que suelen escoger las estrellas del cine y de la m¨²sica ¡ªde Bruce Springsteen a Leonardo di Caprio o Harrison Ford¡ª y en el que se aloj¨® la plana mayor del Banco Central Europeo (BCE) para celebrar en la capital catalana su Consejo de Gobierno mensual. Espa?a, uno de los pa¨ªses con m¨¢s problemas en esta crisis de deuda europea y con las protestas sociales in crescendo, se convirti¨® en sede de una de las dos reuniones que el organismo celebra cada a?o fuera de su sede de Fr¨¢ncfort.
Y el recibimiento a los banqueros ¡ªcon la ciudad blindada por 8.000 polic¨ªas y las autoridades espa?olas volcadas en la cita¡ª s¨ª ten¨ªa rasgos de estrella, pero el p¨²blico asistente no recibi¨® con toda la fuerza deseada el mensaje esperado. Mario Draghi, el presidente del BCE, alab¨® las medidas de Espa?a (y tambi¨¦n Italia) para combatir su d¨¦ficit p¨²blico, uno de los mayores de Europa, pero al mismo tiempo llam¨® a perseverar con las reformas y sobre todo culminar la financiera, de la que recelan los mercados y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
No rebaj¨® los tipos, tampoco se pronunci¨® sobre si seguir¨ªa con medidas extraordinarias como la compra de bonos, y dej¨® para la reuni¨®n de junio las decisiones sobre una nueva ronda de cr¨¦dito barato para los bancos, como las que aliviaron la presi¨®n sobre la deuda espa?ola. As¨ª que la Bolsa espa?ola, que iba ganando un 2% por la ma?ana, se arrug¨® hasta un leve avance del 0,29%. Y la prima de riesgo, el sobrecoste que paga la deuda p¨²blica espa?ola a 10 a?os respecto a la fiable alemana, se mantuvo por encima de los cuatros puntos porcentuales (o 400 puntos b¨¢sicos).
De los helic¨®pteros, en definitiva, no sali¨® hoy nada m¨¢s que el ruido de sus h¨¦lices.
Contrapesos
Draghi dio su mensaje para el Gobierno de Mariano Rajoy a su manera, con un lenguaje lleno de contrapesos. ¡°Algunos Gobiernos deben ser m¨¢s ambiciosos [con sus pol¨ªticas]¡±, hab¨ªa recalcado al final de su discurso. Luego, preguntado si se refer¨ªa a Espa?a e Italia, a las que hab¨ªa alabado, insisti¨® en que, en general, ¡°los Gobiernos deben ser m¨¢s ambiciosos¡±. ¡°Si tienes un problema con el sector financiero debes solucionarlo, si tienes un problema con la transparencia de tu presupuesto debes arreglarlo¡±, dijo. Hab¨ªa defendido tambi¨¦n que Madrid hab¨ªa desplegado ¡°reformas pol¨ªticas muy significativas en un tiempo brev¨ªsimo¡±, algo que no se hab¨ªa reconocido bastante.
De Espa?a ¡ªdiana de los ataques de los inversores al euro y gran preocupaci¨®n europea porque es uno de esos too big to fail (demasiado grande para caer)¡ª, inquieta la situaci¨®n de su banca, cargada de activos t¨®xicos del ladrillo, con una cifra que da v¨¦rtigo: 184.000 millones de activos potencialmente problem¨¢ticos.
Draghi se cur¨® en salud y apunt¨® que el banco central ¡°no ha analizado a¨²n detenidamente¡± las medidas emprendidas por el Gobierno, pero apunt¨®: ¡°No albergamos duda alguna de que se tomar¨¢n acciones y se har¨¢n con la celeridad y la transparencia, igual que otros pa¨ªses europeos, que los mercados le van a requerir¡±. Es decir, el tiempo apremia.
No mostr¨® entusiasmo por la posibilidad de que entidades acudan al fondo de rescate europeo para recapitalizarse, una v¨ªa que abren algunos analistas y sectores en Bruselas, pero de la que abomina Espa?a porque implicar¨ªa, de facto, una suerte de rescate al pa¨ªs. ¡°Estos mecanismos pueden ser ¨²tiles pero no pueden reemplazar a la consolidaci¨®n fiscal y a las reformas como forma de regresar a la estabilidad¡±.
Crecimiento
Y eso, pese a que parece llegada la hora de hablar de crecimiento en Europa. Las voces que claman contra el mandamiento alem¨¢n de la austeridad como ¨²nica receta para superar la crisis no han dejado de multiplicarse en las ¨²ltimas semanas y, dicho sea de paso. Grecia y Francia est¨¢n en plena campa?a electoral. Draghi ya defendi¨® la necesidad de un pacto europeo para el crecimiento econ¨®mico la semana pasada en Bruselas, y hoy dibuj¨® las l¨ªneas b¨¢sicas: m¨¢s competencia la econom¨ªa productiva, una reforma laboral que fomente la flexibilidad y la movilidad, disciplina presupuestaria y la participaci¨®n del Banco Europeo de Inversiones (BEI). La UE, de hecho, trabaja en un plan de reactivaci¨®n que contempla inversiones del BEI en infraestructuras.
El italiano no vio contradicci¨®n entre ¡°pacto fiscal y crecimiento sostenible¡±, consider¨® el primer elemento un pilar del segundo, aunque concedi¨® que ¡°el crecimiento debe volver a ganar protagonismo en la agenda pol¨ªtica¡±. Comprende que los gobernantes opten por subir impuestos y cortar inversiones para equilibrar sus cuentas por la urgencia, pero defendi¨® que la pol¨ªtica resida en reducir gastos.
Espa?a es un buen laboratorio de pruebas de los efectos de los ajustes en la econom¨ªa (Grecia tambi¨¦n lo fue, el experimento fall¨®: va por su segundo rescate). El pa¨ªs vive su segunda recesi¨®n en menos de tres a?os, supera los cinco millones y medio de parados (el 24% de la poblaci¨®n activa) y ha aprobado recortes sociales sin precedentes en democracia.
?Comprende la rabia que siente la poblaci¨®n espa?ola contra los recortes?, se le inquiri¨® al patr¨®n del BCE. ¡°Lo entiendo perfectamente¡±, dijo, y emplaz¨® a los pol¨ªticos a ser ¡°claros¡± y aplicar las medidas ¡°correctas¡±. ¡°Los Gobiernos deben hacer su trabajo lo mejor posible¡±, insisti¨®.
En el seno del BCE, el guardi¨¢n de la inflaci¨®n en Europa, se mueven distintas sensibilidades, unos tienen la ortodoxia como ¨²nico credo y exigen siempre m¨¢s de ella, los halcones, y otros parecen m¨¢s dispuestos a aflojar el pu?o para reanimar la renqueante econom¨ªa europea, pero siempre con la mano en el freno. En el BCE no hay palomas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.