Islandia, o c¨®mo dejar caer a los bancos
El Gobierno del pa¨ªs nacionaliz¨® las entidades Kaupthing, Glitnir y Landsbanki En lugar de inyectar miles de millones de euros, decidi¨® que suspendieran pagos
¡°Si no hacemos esto ya, el lunes no habr¨¢ econom¨ªa¡±. La frase del exsecretario del Tesoro estadounidense, John Paulson, pronunciada poco despu¨¦s de la quiebra de Lehman Brothers, supuso hace tres a?os y medio el pistoletazo de salida a la pol¨ªtica de nacionalizaciones bancarias (de socializaci¨®n de p¨¦rdidas) que se ha impuesto en el Atl¨¢ntico Norte, incluso en la primera potencia econ¨®mica mundial, Estados Unidos, con un Gobierno, el de George W. Bush, muy poco amigo de la intervenci¨®n del Estado en la econom¨ªa.
Poco antes o despu¨¦s, los Gobiernos de otros pa¨ªses de todo el mundo tuvieron que intervenir su sistema financiero: el banco franco-belga Dexia tuvo que ser rescatado (por primera vez: luego vendr¨ªa una segunda) con dinero de ambos pa¨ªses; B¨¦lgica, Holanda y Luxemburgo salieron al auxilio de Fortis; Suiza de UBS; Alemania, del Hypo Real Estate; Holanda, de ING. Hay una clara excepci¨®n: Islandia, un peque?o islote cerca del ?rtico con una burbuja financiera sin parang¨®n. Los tres principales bancos llegaron a acumular activos que sumaban 13 veces lo que produc¨ªa ese pa¨ªs en un a?o. En medio de la debacle financiera internacional, el Gobierno island¨¦s nacionaliz¨® Kaupthing, Glitnir y Landsbanki para evitar el colapso financiero y la ruina total del pa¨ªs.
Pero en lugar de inyectar miles de millones de euros, decidi¨® que suspendieran pagos. Garantiz¨® los dep¨®sitos de los islandeses y decidi¨® que no pagaran sus deudas externas. Eso fue en octubre de 2008, y la primera reacci¨®n fue brutal. En noviembre de ese mismo a?o, la corona islandesa ya hab¨ªa perdido un 58% de su valor, la inflaci¨®n se dispar¨® hasta el 19% en enero de 2009 y ese mismo a?o la econom¨ªa se contrajo un 7%. El primer ministro, Geir Haarde, fue obligado a dimitir en enero de 2009 y ahora se enfrenta a los tribunales.
El pa¨ªs sufri¨®, adem¨¢s, la emigraci¨®n m¨¢s grande en 150 a?os. Pero la econom¨ªa se ha ido recuperando, en gran parte gracias a la ayuda exterior del FMI, Rusia y de los pa¨ªses n¨®rdicos, a una industria pesquera pujante y a algunos polos industriales exportadores. Aunque Islandia tiene un problema grave a la espera: Reino Unido y Holanda han denunciado al pa¨ªs por el impago de Icesave, una cuenta que uno de sus grandes bancos ten¨ªa en estos dos pa¨ªses y que capt¨® miles de millones de euros gracias a apetitosos tipos de inter¨¦s. Los islandeses votaron dos veces en refer¨¦ndum para devolver esa deuda: las dos veces sali¨® no. Las dificultades, sin embargo, pueden llegar por la v¨ªa de los tribunales internacionales. El castigo podr¨ªa ser sobresaliente y sumir de nuevo al pa¨ªs en una depresi¨®n de a¨²pa. Pero, de momento, Islandia ha capeado su crisis bancaria ¨Cpese a que a¨²n hay corralito, por ejemplo--, en gran parte porque pudo desairar a los acreedores de sus bancos en quiebra (su presidente reconoce que eso sucedi¨® porque, sencillamente, no hab¨ªa suficiente dinero para pagar, pero esa es otra historia). En un pa¨ªs de la eurozona, eso es m¨¢s dif¨ªcil. El ejemplo de libro es Irlanda.
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