La ceguera y los perros-gu¨ªa, protagonistas de "Cierra los ojos y m¨ªrame"

Enriquez y Gal¨¢n han redactado esta obra en la distancia, ya que viven en Madrid y Nueva York, respectivamente, y sus contactos han sido siempre virtuales, han comentado en una entrevista con Efe.

Tras casi dos a?os de relaciones en l¨ªnea, en los que tuvieron muchos encuentros y desencuentros literarios, los autores se han conocido personalmente y se han saludado por primera vez en la librer¨ªa Alibr¨ª de Barcelona donde presentaron su novela, editada por Destino.

La novela, en clave semiautobiogr¨¢fica, narra las vicisitudes de David, un joven que se queda ciego a consecuencia de un accidente automovil¨ªstico, y Blanca, la adiestradora del perro lazarillo que guiar¨¢ al muchacho en su nueva vida de invidente.

Tanto Enr¨ªquez, como coordinador del Departamento de perros-gu¨ªa de la Fundaci¨®n ONCE en Espa?a como Ana Gal¨¢n, criadora de perros lazarillo para la organizaci¨®n "Guiding Eyes for the Blind" en Nueva York, aseveran que sus personajes en la ficci¨®n son totalmente inventados.

As¨ª, Enr¨ªquez asegura que ¨¦l se qued¨® ciego por una retinosis pigmentaria de forma paulatina, cuando cursaba sus estudios de veterinaria, y que incluso pudo terminar la carrera y ejercerla durante cuatro a?os hasta que perdi¨® la visi¨®n, pero que su experiencia le sirvi¨® para ponerse en la piel de David, el protagonista de la novela, y asumir sus inquietudes.

Ana Gal¨¢n, que tambi¨¦n es veterinaria, adem¨¢s de autora, editora, traductora de libros, madre de tres hijos y criadora de perros-gu¨ªa en EEUU, se puso en contacto con Manuel cuando quiso viajar con su perro a Espa?a, para saber los requisitos legales.

De esa inicial conversaci¨®n naci¨® la complicidad necesaria -ambos eran veterinarios, hab¨ªan estudiado en la Universidad Complutense de Madrid y eran amantes de los perros- para que Ana le propusiera la redacci¨®n de este libro.

"Pas¨® mucho tiempo desde que yo le envi¨¦ a Ana mi primer cap¨ªtulo hasta que me contest¨®, y pens¨¦ que se hab¨ªa olvidado de m¨ª o que era una loca, hasta que volvi¨® a llamarme para decirme que la editorial Planeta estaba interesada en nuestra experiencia y yo pegu¨¦ un salto que llegu¨¦ hasta el techo", rememora Enr¨ªquez.

Ambos esperaban nerviosos su llegada a la librer¨ªa de Barcelona, en donde se encontrar¨ªan personalmente por primera vez. La escritora no quiso durante estos dos a?os ver ninguna foto de ¨¦l.

"En los veinticuatro meses que trabajamos juntos, nunca quise ver su rostro, porque me parec¨ªa injusto; est¨¢bamos escribiendo una novela a ciegas y yo quer¨ªa respetar esa igualdad", subraya Ana.

Al llegar a la puerta de la librer¨ªa, la escritora ha o¨ªdo desde la calle la voz de Manuel, que le saludaba con un "hola, Ana". "No me lo esperaba, era como una asignatura pendiente y, al escuchar sus palabras, he sentido un gran placer, porque ha sido como poner un punto y aparte a una relaci¨®n virtual", subraya la autora.

"Yo me imaginaba a Ana como una persona muy vital, divertida y muy creativa, pero ahora que todo es real, ha superado todas mis expectativas", remacha Manuel, que propugna el apelativo "ciego" para los invidentes y el de "perro lazarillo" para los gu¨ªas, sin trauma alguno, "porque as¨ª -considera- les aumentas de categor¨ªa".

Por Nana de Juan