Sube la conflictividad social en Portugal contra las medidas de austeridad
La izquierda y los sindicatos lusos temen un endurecimiento de las pol¨ªticas de austeridad en Portugal y quieren convertir la huelga general del d¨ªa 27 y la que realizan este lunes los maestros en una advertencia al Gobierno conservador.
En sus dos a?os en el poder, el primer ministro portugu¨¦s, Pedro Passos Coelho, ha hecho frente a tres huelgas generales y a manifestaciones y paros sectoriales casi todas las semanas.
Pero sus detractores se muestran ahora decididos a luchar con u?as y dientes contra el plan de reformas, avalado por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), para reducir a¨²n m¨¢s, y de forma permanente, los gastos del Estado luso en 4.700 millones de euros.
Aunque el Gobierno ha negado que vaya a endurecer sus medidas o adelantar a 2014 la aplicaci¨®n de recortes previstos en 2015, un informe del FMI divulgado esta semana fue considerado una prueba, por toda la oposici¨®n, de que Passos Coelho quiere ir de nuevo "m¨¢s all¨¢" de lo pactado en el rescate financiero luso.
La pugna de la coalici¨®n conservadora que gobierna Portugal con la izquierda y los sindicatos se produce en medio de una crisis econ¨®mica que no remite, con tres a?os consecutivos de recesi¨®n, una ca¨ªda del PIB que ser¨¢ en 2013 de al menos el 2,3 % y un desempleo que sigue en aumento y sobrepasa el 18 %.
El horizonte pol¨ªtico se empieza, adem¨¢s, a complicar por la cercan¨ªa de las primeras elecciones, las municipales del pr¨®ximo 29 de septiembre, tras la victoria de los conservadores en las generales que siguieron, hace dos a?os, a la petici¨®n del rescate.
Los comicios municipales fueron convocados esta semana cuando las encuestas de opini¨®n predicen una holgada victoria del Partido Socialista (PS).
La principal fuerza de oposici¨®n pidi¨® y negoci¨® el rescate antes de perder el poder y exige ahora su renegociaci¨®n y el fin de las medidas de austeridad de Passos Coelho, con el argumento de que fueron m¨¢s duras de lo pactado y forman parte de su estrategia "neoliberal" para acabar con los costes del Estado social.
Los sindicatos y las dos organizaciones marxistas que completan el arco parlamentario luso y ascienden tambi¨¦n en los sondeos con la p¨¦rdida de popularidad de los conservadores, han tomado las banderas de las manifestaciones y huelgas en el Portugal de la crisis y los continuos sacrificios del rescate.
Los profesores, que suponen m¨¢s de una tercera parte del medio mill¨®n de empleados p¨²blicos de este pa¨ªs de 10,5 millones de habitantes, se manifestaron el s¨¢bado contra el Ejecutivo y le desaf¨ªan este lunes con una controvertida huelga que coincide con el principal examen nacional de los estudiantes de secundaria.
Los l¨ªderes de la mayor central sindical lusa, la Confederaci¨®n General de Trabajadores de Portugal (CGTP, comunista) llamaron hoy a que ese paro, rechazado por el Gobierno, sea masivo y prepare la huelga general del d¨ªa 27.
Las dos protestas cuentan con el respaldo del otro gran sindicato portugu¨¦s la Uni¨®n General de Trabajadores (UGT, socialista) y las dos centrales han pedido a sus alrededor de 1,2 millones de afiliados que den un aviso contundente al Ejecutivo con esa huelga.
Pero pese al aumento de la conflictividad social y la cercan¨ªa de su primera prueba electoral, el primer ministro no se muestra dispuesto a suavizar las pol¨ªticas de austeridad, que considera indispensables para sanear la econom¨ªa y volver a los mercados financieros a finales de este a?o.
Passos Coelho asegura que le preocupa m¨¢s la recuperaci¨®n del pa¨ªs que los resultados de las elecciones, aunque en su partido, el Social Dem¨®crata (PSD, centroderecha) los problemas sociales y la falta de crecimiento y empleo no dejan de levantar voces de alerta.
La ¨²ltima ha sido esta semana, una vez m¨¢s, la del jefe del Estado, Anibal Cavaco Silva, la figura m¨¢s influyente del PSD, que tanto en Portugal como en una visita a las instituciones europeas, puso el acento en la necesidad de "consenso" nacional en su pa¨ªs y de m¨¢s acciones europeas contra la crisis de la deuda.
Emilio Crespo
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