El FMI y los salarios
El aumento de la productividad no puede basarse ¨²nicamente en la reducci¨®n del empleo o en la bajada de los sueldos
A lo largo de las ¨²ltimas semanas se ha producido una intensa discusi¨®n sobre lo que dice el FMI en su ¨²ltimo informe a prop¨®sito de los salarios en Espa?a.
Uno de los aspectos m¨¢s llamativos de la pol¨¦mica ha consistido en la atribuci¨®n al FMI de propuestas que no hace y la omisi¨®n de algunos aspectos que han pasado inadvertidos por el ruido que ha provocado la posible reducci¨®n de los salarios en un 10% nominal. El an¨¢lisis del FMI es m¨¢s matizado de lo que se ha dicho: lo que propone es una bajada (sin especificar la cuant¨ªa) de salarios pactada entre empresarios y trabajadores, acompa?ada de una reducci¨®n de las cotizaciones a la Seguridad Social y de un futuro aumento de los impuestos indirectos. Para ilustrar esta propuesta, los t¨¦cnicos del FMI realizaron una simulaci¨®n de lo que suceder¨ªa si se redujeran los salarios un 10%, y su conclusi¨®n fue que aumentar¨ªa el empleo y se reducir¨ªa el paro en seis o siete puntos porcentuales. Una propuesta es una cosa, y una simulaci¨®n con modelos econom¨¦tricos es otra.
Como es habitual, el informe fue discutido con las autoridades espa?olas, que no se mostraron favorables a la propuesta, entre otras cosas, por la dificultad de llevarla a la pr¨¢ctica y los riesgos asociados a la misma, de entre los que destacaron los de una posible desestabilizaci¨®n de la econom¨ªa. En este ¨²ltimo aspecto, la Administraci¨®n tiene raz¨®n: una fuerte reducci¨®n de los salarios nominales ser¨ªa efectiva inmediatamente, mientras que el aumento del empleo, tanto por un eventual compromiso de los empresarios como por el efecto inducido por una reducci¨®n de las cuotas a la Seguridad Social, llevar¨ªa m¨¢s tiempo: en un primer momento, el efecto ser¨ªa claramente deflacionista, que es lo que menos necesita una econom¨ªa que probablemente est¨¦ tocando fondo en su ya larga recesi¨®n.
La competitividad espa?ola mejora por el aumento de la productividad a trav¨¦s de la reducci¨®n del empleo
El informe constata que, hasta fechas muy recientes, los salarios en Espa?a han aumentado m¨¢s deprisa que en muchos pa¨ªses de la eurozona, a pesar del fuerte desempleo existente en nuestro pa¨ªs. Incluso, si se descartan los excesos de los tiempos de la burbuja, entre 2008 y 2012 los salarios per capita en Espa?a crecieron m¨¢s deprisa que en pa¨ªses como Alemania o Italia. La constataci¨®n de un incremento salarial semejante, o incluso superior, al de los grandes pa¨ªses de la eurozona y la evoluci¨®n comparada del empleo refleja un problema de fondo que guarda una estrecha relaci¨®n con la rigidez del sistema de relaciones laborales.
Es de esperar que la reforma en curso ayude a resolver este problema. La introducci¨®n de una mayor flexibilidad en la determinaci¨®n de los salarios podr¨ªa facilitar que los ajustes ante una ca¨ªda de la demanda se realizaran m¨¢s a trav¨¦s de las remuneraciones y menos por la reducci¨®n del empleo, como ha venido siendo la regla hasta ahora. El informe del FMI valora positivamente la reforma, pero esta tiene lagunas que han producido incertidumbres en su aplicaci¨®n y que aparentemente empiezan a resolverse.
La competitividad de la econom¨ªa espa?ola ha mejorado a trav¨¦s de un aumento de la productividad obtenido esencialmente por la disminuci¨®n del empleo. Este camino no es sostenible a medio y largo plazo: la reducci¨®n del gasto en investigaci¨®n y desarrollo, el extra?o vaiv¨¦n pol¨ªtico en las reformas de la educaci¨®n secundaria (los resultados consignados en los informes comparados que realiza la OCDE son muy mediocres y no se corresponden con el gasto realizado), la lentitud de la reforma de la formaci¨®n profesional y, por ¨²ltimo, el clamoroso olvido de la reforma universitaria (ni una sola universidad espa?ola entre las 200 primeras del mundo) son obst¨¢culos mayores para el progreso de nuestra econom¨ªa a los que, por cierto, el informe del FMI no dedica ning¨²n comentario. Y sin embargo, la econom¨ªa espa?ola no puede plantearse su futuro sobre la base de un aumento de la productividad basado ¨²nicamente en la reducci¨®n del empleo o en la disminuci¨®n de los salarios nominales. Si quiere sobrevivir y prosperar tiene que dedicar un esfuerzo importante a la mejora de la formaci¨®n del capital humano, y tiene que apoyar decididamente la investigaci¨®n. El haber reducido los fondos en este cap¨ªtulo ha sido un error de la pol¨ªtica econ¨®mica que deber¨ªa corregirse cuanto antes.
El informe aborda el problema del desendeudamiento de los actores econ¨®micos y constata, con datos al apoyo, la lentitud del proceso, tanto en las empresas no financieras como en las familias. Estas se enfrentan a una situaci¨®n dif¨ªcil, ya que han reducido su tasa de ahorro hasta m¨ªnimos hist¨®ricos para preservar su nivel de consumo, pero al mismo tiempo han visto reducirse la riqueza que poseen por la ca¨ªda de los precios de la vivienda, su principal activo. Las empresas tambi¨¦n reducen su endeudamiento lentamente, a pesar de que han conseguido mantener, globalmente, su nivel de beneficios. Seg¨²n el FMI, la inversi¨®n en bienes de equipo caer¨¢ ligeramente el a?o que viene y solo comenzar¨¢ a registrar tasas positivas en 2015.
Es muy dif¨ªcil conciliar una ca¨ªda del 7% del cr¨¦dito a las empresas con el crecimiento de la econom¨ªa
En lo referente al sector p¨²blico, entramos en el territorio de los buenos deseos, ya que la reducci¨®n del d¨¦ficit deber¨ªa ser, seg¨²n el FMI, gradual y concreta, y adem¨¢s, no perjudicar, o perjudicar lo menos posible, al crecimiento, lo cual est¨¢ muy bien, pero el problema es c¨®mo hacerlo. Hay un gr¨¢fico interesante en el que se muestra que el nivel de ingresos aportado por el IVA en relaci¨®n con el PIB es el m¨¢s bajo de los 15 pa¨ªses europeos considerados, entre los que se encuentran Portugal y Grecia. El Fondo recomienda ensanchar la base del impuesto y revisar los tipos especiales antes de, ya en el medio plazo, subir el tipo general.
Por ¨²ltimo, el informe analiza el problema del sistema financiero y se muestra de acuerdo, en l¨ªneas generales, con las medidas adoptadas, aunque se?ala los riesgos que podr¨ªa ocasionar un estancamiento prolongado de la econom¨ªa. No hay mucho de nuevo en ello: el esfuerzo realizado ha sido importante, aunque por el momento no haya conseguido que el cr¨¦dito fluya hacia las empresas. Es muy dif¨ªcil, por no decir imposible, conciliar una ca¨ªda de, aproximadamente, el 7% del cr¨¦dito a las empresas con el crecimiento de la econom¨ªa. Para muchas de ellas, especialmente las medianas y peque?as, es vital mantener el nivel de beneficios para financiar no ya sus inversiones sino, simplemente, su capital circulante.
Todas estas cuestiones son importantes. Al centrarse la discusi¨®n exclusivamente en la reducci¨®n de los salarios, el resto de los problemas han desaparecido del debate. El informe del FMI es interesante y dice bastantes cosas que, estemos o no de acuerdo, deber¨ªan hacer reflexionar.
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