Panorama oto?al
Esperemos que al menos el BCE se sienta m¨¢s libre para dar otro empuj¨®n al crecimiento de la zona euro, que bien lo necesita
La rentr¨¦e de septiembre t¨ªpicamente marca el tono de los mercados hasta finales de a?o. Especialmente en un a?o como este, con un verano relativamente tranquilo y buen tiempo, las salas de operaciones de los principales centros financieros se han quedado pr¨¢cticamente vac¨ªas. La desconexi¨®n ha sido m¨¢s intensa que otros a?os. A la vuelta, tras muchas puestas de sol en la playa, los analistas tratan de enfocar el resto del a?o con una mirada fresca y nueva. Una vez analizado el panorama oto?al, las decisiones se toman, y mucho tiene que cambiar todo para que la tendencia de primeros de septiembre no se extienda hasta finales de a?o.
Esta rentr¨¦e de septiembre estar¨¢ marcada por varios eventos. Para empezar, las elecciones alemanas. Llevamos un tiempo ya en ese periodo, por desgracia ya demasiado recurrente, donde todas las decisiones importantes en Europa se paran porque hay elecciones en Alemania. Las declaraciones de los dirigentes alemanes se vuelven bastante dif¨ªciles de entender, ya que para contentar a su p¨²blico alem¨¢n deben de decir cosas diametralmente opuestas a lo que dicen cuando hablan al p¨²blico europeo o a los mercados.
Todas las decisiones importantes?se han pospuesto o minimizado para no entorpecer la reelecci¨®n de Merkel
En juego est¨¢, en gran medida, el futuro de la zona euro. Todas las decisiones importantes ¡ªla emisi¨®n de eurobonos, la constituci¨®n de una uni¨®n bancaria robusta y solida, las revisiones legislativas que sean necesarias, incluso a nivel de tratados, los cambios necesarios en los programas de Grecia y Portugal, e incluso la pol¨ªtica monetaria del BCE¡ª se han pospuesto o minimizado para no entorpecer el camino a la reelecci¨®n de Angela Merkel y las aspiraciones pol¨ªticas de algunos altos cargos alemanes de instituciones europeas. La esperanza en algunos ¨¢mbitos es que la negativa alemana a avanzar en varios de esos aspectos se suavizar¨¢ tras las elecciones, pero esto no est¨¢ nada claro, independientemente del resultado electoral.
La insistencia alemana en la necesidad de revisar tratados para avanzar por el camino de los eurobonos y la uni¨®n bancaria es bastante real, mucho menos electoralista de lo que parece. Esperemos que al menos el BCE se sienta m¨¢s libre para dar otro empuj¨®n al crecimiento de la zona euro, que bien lo necesita. M¨¢s adelante, ya con el nuevo Gobierno alem¨¢n, llegar¨¢ la renegociaci¨®n de los programas de Grecia y Portugal. El debate sobre reestructuraci¨®n de la deuda y las quitas a los bonistas bancarios seguramente se reabrir¨¢, y esperemos que se cierre tan r¨¢pido como sea posible para evitar males mayores.
Al otro lado del Atl¨¢ntico, la Reserva Federal muy probablemente comenzar¨¢ el proceso de reducci¨®n de las compras de bonos. Este proceso se lleva anunciando, de manera m¨¢s o menos ambigua pero consistente, varios meses, aunque no por ello dejar¨¢ de tener impacto. De hecho, el fracaso por ahora de la pol¨ªtica de comunicaci¨®n de tipos de inter¨¦s del BCE y del Banco de Inglaterra ¡ªambos han comunicado su intenci¨®n de mantener los tipos estables durante mucho tiempo, pero el mercado anticipa subidas¡ª se debe al impacto alcista sobre los tipos de inter¨¦s globales de las declaraciones de intenciones de la Fed. Esto ha generado un tensionamiento de las condiciones monetarias que deber¨ªa ser contrarrestado para evitar una desaceleraci¨®n del fr¨¢gil crecimiento europeo.
En Jap¨®n, la Administraci¨®n de Abe deber¨¢ de anunciar la subida del impuesto sobre el consumo (equivalente al IVA) para el a?o que viene, parte fundamental de la estrategia econ¨®mica del primer ministro ¡ªajuste fiscal a largo plazo, est¨ªmulo monetario y fiscal de corto plazo y reformas estructurales. No olvidemos que Jap¨®n tiene un nivel de deuda bastante superior al 200% del PIB y que, dado el perfil de crecimiento potencial y demogr¨¢fico, es muy dif¨ªcil que consiga reducirlo este siglo por debajo de ese nivel. Un plan de ajuste fiscal cre¨ªble a largo plazo es fundamental, y con un impuesto sobre el consumo de tan solo el 5% Jap¨®n tiene margen suficiente para ajustar.
Los mercados, cada vez m¨¢s sospechosos de que el gran periodo de bonanza emergente llega a un 'impasse'
China deber¨¢ continuar con la dif¨ªcil tarea de navegar la transici¨®n hacia una econom¨ªa menos dependiente de las exportaciones, de la inversi¨®n y del cr¨¦dito y que potencie m¨¢s el consumo interno. La r¨¢pida expansi¨®n del cr¨¦dito en el sector bancario no regulado ha creado turbulencias en el mercado interbancario, y el banco central est¨¢ adoptando una posici¨®n de ajuste monetario para desacelerar la econom¨ªa hacia una senda de crecimiento m¨¢s sostenible.
Finalmente, los pa¨ªses emergentes, que hemos debatido en esta columna recientemente, tendr¨¢n que gestionar unos mercados cada vez m¨¢s sospechosos de que el gran periodo de bonanza emergente est¨¢ llegando a un impasse. La fuerte depreciaci¨®n de las monedas de Brasil, India e Indonesia en las ¨²ltimas semanas, que han tenido que defender con subidas de tipos e intervenciones en mercados cambiarios, es muestra de que algo est¨¢ cambiando.
Este es el panorama oto?al que se encontrar¨¢ Espa?a en la vuelta al cole, m¨¢s o menos despejado, pero, como todos los oto?os, con riesgo de fuertes tormentas. Por suerte los esc¨¢ndalos pol¨ªticos est¨¢n siendo ignorados hasta ahora, pero la experiencia de los ¨²ltimos a?os deber¨ªa demostrar que la confianza es mala consejera. La temporada tur¨ªstica est¨¢ siendo buena, es muy posible que el crecimiento pase pronto de ser negativo a marginalmente positivo y que el desempleo haya tocado techo. Pero esto solo significa que hemos dejado de empeorar. El d¨¦ficit sigue siendo muy alto y habr¨¢ que adoptar medidas correctoras para el a?o que viene, la deuda ha llegado al 90% del PIB, la prima de riesgo sigue muy alta, las condiciones de financiaci¨®n del sector privado muy dif¨ªciles y el desempleo alt¨ªsimo: la situaci¨®n sigue siendo muy complicada. No hay margen para errores ni para distracciones pol¨ªticas internas, ni a nivel de partidos ni a nivel regional, que quede muy claro a todos. La parte m¨¢s dif¨ªcil de la recuperaci¨®n tras una crisis llega cuando la urgencia ya no apremia. Es ah¨ª donde se pueden cometer muchos errores y provocar una reca¨ªda.
?ngel Ubide es senior fellow del Peterson Institute for International Economics en Washington.
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