El G20 y la burbuja ol¨ªmpica
El Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) concedi¨® los Juegos Ol¨ªmpicos al Primer Mundo (Tokio), se los quit¨® a los pa¨ªses emergentes (ya no habr¨¢ continuidad entre Brasil 2016 y Turqu¨ªa 2020) y elimin¨® con mucha rapidez a un pa¨ªs en decadencia, Espa?a, con una tasa de paro (26% de la poblaci¨®n activa) propia de una Gran Depresi¨®n. El COI, como los mercados, ha dado muestras de su aversi¨®n al riesgo. El resultado de la votaci¨®n parece premonitorio de lo que est¨¢ sucediendo en el planeta: los pa¨ªses centrales tienen su mejor posici¨®n econ¨®mica en los dos ¨²ltimos a?os, los emergentes est¨¢n deteniendo su crecimiento, y el sur de Europa permanece postrado.
Los primeros ministros de los tres pa¨ªses en contienda, Abe, Erdogan y Rajoy, hicieron el mismo viaje de ida hacia Buenos Aires desde San Petersburgo (Rusia), donde se celebraba la octava cumbre de jefes de Gobierno del G20 desde que esta instituci¨®n tom¨® cuerpo como piloto colectivo para dirigir la recuperaci¨®n econ¨®mica mundial en noviembre del a?o 2008, en unos momentos en que todo parec¨ªa posible en la econom¨ªa mundial (incluso el colapso global). Rajoy llegaba optimista a la capital argentina, despu¨¦s de declarar que en el anterior G20 (M¨¦xico, junio de 2012) se habl¨® de la posibilidad de un rescate a Espa?a (que se produjo finalmente en el sector financiero, con consecuencias para toda la sociedad en forma de exigencias macroecon¨®micas), la prima de riesgo, la crisis del euro¡ y 15 meses despu¨¦s ¡°Espa?a no es noticia en el G20 por nada de eso¡±.
Por lo que s¨ª es noticia Espa?a en el mundo es por la tasa de paro. En el G20 compiti¨® con el primer puesto de esa clasificaci¨®n negativa solo con Sud¨¢frica y todas las perspectivas, incluso las m¨¢s optimistas del Gobierno, se refieren a soluciones a muy largo plazo del verdadero problema diferencial de la econom¨ªa espa?ola, lo que m¨¢s la distingue de los pa¨ªses de nuestro entorno, a los que hace poco (antes de 2007) nos acercamos en convergencia real. En las declaraciones de Luis de Guindos (que es el menos tifossi de los ministros econ¨®micos) al programa Hoy por hoy de la cadena SER, el concepto m¨¢s repetido fue el de ¡°estabilizaci¨®n¡±: estabilizaci¨®n del paro, del consumo¡, todav¨ªa nada de recuperaci¨®n.
El gran fracaso del G20 es su ausencia de recetas y de voluntad pol¨ªtica para atacar el problema del desempleo en el mundo: m¨¢s de 200 millones de personas sin puesto de trabajo, de los cuales m¨¢s de 30 millones se han generado durante la actual crisis econ¨®mica; 80 millones de j¨®venes menores de 25 a?os; 1.200 millones de ciudadanos, el 40% de la fuerza de trabajo global, que son considerados vulnerables por las condiciones en las que laboran o por los escasos emolumentos que perciben. Generar esos 30 millones de puestos de trabajo perdidos en los seis ¨²ltimos a?os, m¨¢s los 170 millones que ya no exist¨ªan antes de la Gran Recesi¨®n, m¨¢s los millones de empleos para los j¨®venes que cada a?o se incorporan al mercado de trabajo, incluso crear o potenciar los sistemas de protecci¨®n de los que ya han desistido de buscar un lugar en el sistema productivo por des¨¢nimo, deber¨ªa ser uno de las prioridades pol¨ªticas del G20: la propuesta de incorporar el empleo a los objetivos centrales de los Gobiernos, organismos multilaterales o de los estatutos de todos los bancos centrales.
Nada m¨¢s alejado de esa voluntad pol¨ªtica. De San Petersburgo solo salen declaraciones, no compromisos. Si se repasa el documento inicial del G20 en Washington, de 2008, el crecimiento econ¨®mico, el empleo y la reducci¨®n de la pobreza solo figuran colateralmente entre las prioridades, y no se menciona ni una vez el concepto de desigualdad entre los males del planeta. Los esfuerzos est¨¢n centrados en ¡°proporcionar liquidez, fortalecer el capital de las instituciones financieras, proteger los ahorros y dep¨®sitos, corregir las deficiencias regulatorias, descongelar los mercados de cr¨¦dito, ¡¡±. Cuando ha comenzado el s¨¦ptimo a?o de la crisis, ?no ser¨ªa el momento de que estos l¨ªderes se dieran un paseo por la econom¨ªa real tambi¨¦n, para no quedar atrapados por sus propias palabras y recuperar la credibilidad de la pol¨ªtica entre la ciudadan¨ªa?
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