El emblem¨¢tico 'Bush Bazar' de Kabul, en horas bajas, sucumbe al "made in China"
Con la retirada de las tropas de Afganist¨¢n, la oferta del emblem¨¢tico "Bush Bazar" de Kabul, donde uno pod¨ªa comprar todo tipo de art¨ªculos de las fuerzas de Estaods Unidos y la OTAN, es ahora cada vez m¨¢s reducida y sucumbe al 'Made in China'.
Creado en 2003, tras la ca¨ªda del r¨¦gimen talib¨¢n, el mercado alberga material militar -uniformes, botas, mochilas, linternas, c¨¢maras, grabadoras o cubiertas de pistolas- y productos de consumo diario como cosm¨¦ticos, at¨²n, espaguetis, bebidas y prote¨ªnas.
El bazar lleva el nombre del expresidente estadounidense que orden¨® la invasi¨®n a Afganist¨¢n e inicialmente estuvo ubicado cerca del Palacio presidencial, pero luego se mud¨® debido a unas obras p¨²blicas a Kart-e-Parwan, un barrio del oeste de la ciudad.
"Cientos y cientos de clientes, muchos de ellos extranjeros, han venido al 'Bush Bazar' entre 2003 y 2010, pero desde que las tropas han acelerado su retirada el mercado ha visto menguar sus clientes", explic¨® a Efe Gul Ahmad, un propietario de un puesto de venta.
Ahmad se mostr¨® "preocupado" por la escasez de productos originales de EEUU y de la Alianza Atl¨¢ntica que hoy en d¨ªa se pueden encontrar en el mercado y por la baja afluencia actual de visitantes for¨¢neos.
Seg¨²n su versi¨®n, antes los bienes estadounidenses se vend¨ªan a precio de saldo, pues los comerciantes contaban con muchos contactos para conseguir mercanc¨ªas.
Algunos materiales proced¨ªan, por ejemplo, de camiones con suministros para la OTAN saqueados por bandas criminales en su ruta por Afganist¨¢n; otros eran hurtados o distribuidos clandestinamente por empleados afganos que trabajaban en bases militares extranjeras.
Pero tanto el tr¨¢fico de veh¨ªculos aliados como el n¨²mero de contactos locales con las tropas for¨¢neas ha descendido gradualmente desde que en 2011 las fuerzas aliadas iniciaran el repliegue y el traspaso de las seguridad al Ej¨¦rcito y Polic¨ªa afganos, un proceso que concluir¨¢ en 2014.
"Hasta diciembre del a?o pasado ten¨ªa muchos productos de EEUU. Desde enero son muy complicados de conseguir", admiti¨® a Efe el joven comerciante Farid Ahmad Kakar, de 32 a?os.
"Un amigo era conductor dentro de una base militar y sol¨ªa sacar estos materiales para venderlos en el mercado. Pero fue despedido y no tengo m¨¢s acceso a ellos", lament¨® Kakar.
El comerciante agreg¨® que tiene otras tres tiendas en el mercado que son gestionadas por sus hermanos, en las que vende prote¨ªnas que consigue gracias a un int¨¦rprete empleado en la base estadounidense de Bagram, cerca de Kabul.
Otro vendedor detall¨®, bajo anonimato, que un primo suyo estuvo un tiempo empleado como guardia de seguridad en una organizaci¨®n extranjera y le suministraba balas, indumentaria militar, gorras y chalecos hasta que march¨® a EEUU como beneficiario de un programa.
"D¨¦jame que sea honesto, he vendido balas estadounidenses incluso a los polic¨ªas afganos", subray¨®.
As¨ª las cosas, en el 'Bush Bazar' ya no predominan los productos norteamericanos o de otras potencias militares occidentales, sino que estos est¨¢n siendo reemplazados por artefactos 'made in China'.
Relojes, zapatos, camisetas o chaquetas chinas se venden con facilidad como si fueran de EEUU o la OTAN porque "la mayor parte de los clientes muchas veces ni siquiera mira la marca, conf¨ªa en el mercado", cuentan los comerciantes.
En la d¨¦cada de 1980, durante la ocupaci¨®n sovi¨¦tica, tambi¨¦n hubo un mercado similar que tom¨® el nombre "Brezhnev Bazar", por el mandatario que lanz¨® la invasi¨®n a Afganist¨¢n, y en ¨¦l se vend¨ªa entonces material sovi¨¦tico.
Este tipo de comercio ya no es la gallina de huevos de oro; en la ¨¦poca m¨¢s boyante el propietario de un puesto pod¨ªa ganar hasta 1.000 d¨®lares al d¨ªa, y, ahora, sin embargo, se ha de conformar con unos ingresos de entre 250 y 500 billetes verdes por jornada.
M¨¢s all¨¢ de la salud del negocio, a los mercantes les preocupa tambi¨¦n qui¨¦n adquiere sus productos, ya que en ocasiones la insurgencia talib¨¢n ha utilizado uniformes militares para confundir al bando enemigo.
Con apenas cien d¨®lares se puede conseguir la indumentaria de un oficial de alto rango, lo que supone una amenaza para las tropas extranjeras, que han sufrido muchos ataques "internos" en los ¨²ltimos a?os de insurgentes infiltrados en las fuerzas afganas.
"La experiencia nos dice a qui¨¦n debemos vender los uniformes. Los vendo a gente que ya va en uniforme, como miembros de la Polic¨ªa, del Ej¨¦rcito nacional o int¨¦rpretes y guardias de seguridad", defendi¨® otro tendero.
"Conf¨ªo en mi instinto y espero no equivocarme. Tengo una tienda separada para uniformes. Si alguien realmente necesita uno, lo llevo a ese lugar", argument¨®.
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