Irlanda funciona
Nuestra estrategia ha funcionado. Nuestro pueblo vuelve al trabajo. Somos el primer pa¨ªs de la eurozona que sale de un programa de esta naturaleza. Es un momento clave, no solo para Irlanda sino para Europa.
Esta crisis ha puesto a prueba a nuestros Gobiernos, la solidaridad europea y el propio proyecto europeo. Lo que ocurre hoy en Irlanda pone de manifiesto que, mientras que Europa necesita dar una respuesta id¨®nea a sus cr¨ªticos, ¨¦stos a su vez han de reconocer los avances reales logrados en base al sacrificio del pueblo.
La decisi¨®n que ha tomado Irlanda de salir del programa sin una l¨ªnea de cr¨¦dito preventivo ha sido posible gracias a lo que ha logrado el pueblo y el Gobierno. Hemos recuperado la competitividad, mientras que los costes y precios han subido menos que los de nuestros socios comerciales. Hemos hecho ajustes presupuestarios equivalentes al 18% de nuestro PIB y hemos introducido reformas estructurales de gran envergadura. Hemos ganado de nuevo la confianza de los inversores internacionales. Tenemos a nuestra disposici¨®n inmediata suficientes fondos para cubrir nuestras necesidades de financiaci¨®n para todo el a?o pr¨®ximo. Desde 2014, tendremos un super¨¢vit presupuestario que implica que estamos ingresando m¨¢s por recaudaci¨®n que lo que dedicamos al gasto p¨²blico, menos los intereses sobre la deuda nacional.
Recortando no se puede crecer y crear empleo, pero la solvencia no se logra elevando el gasto
Ahora bien, la medida de nuestro ¨¦xito es ante todo el empleo. Hemos pasado de una situaci¨®n en la que perd¨ªamos 1.600 puestos de empleo por semana durante la crisis, a crear actualmente 1.200. Aunque la tasa de desempleo actual del 12,5% sigue estando a niveles inaceptables, lleva bajando progresivamente desde el 15% alcanzado hace dos a?os; no hay mejor manera de inspirar nuestra confianza nacional, ni mejor reflejo de la recuperaci¨®n de la econom¨ªa real y de la sostenibilidad del futuro.
La creaci¨®n de empleo ha sido fundamental para nuestro plan de acci¨®n en Irlanda, como debe ser en el resto de Europa. Durante nuestra presidencia de la UE este a?o, junto con nuestros socios europeos, hemos aprobado importantes medidas en este sentido. Tal vez la Garant¨ªa Juvenil sea la que haya respondido m¨¢s directamente a las preocupaciones de la generaci¨®n futura, atenazada por el miedo de que su futuro les ofrezca menos que a la generaci¨®n de sus padres. Desde luego, el deber primordial del liderazgo pol¨ªtico es establecer las condiciones id¨®neas para la creaci¨®n de empleo, y esto incluye tanto mantener la estabilidad de las finanzas p¨²blicas as¨ª como asegurar una inversi¨®n enfocada a este fin.
El ejemplo de Irlanda nos ense?a que hay que lograr un equilibrio dif¨ªcil pero alcanzable. A trav¨¦s de 270 medidas individuales incluidas en el programa de la UE-FMI y enormes sacrificios por parte de los hogares irlandeses hemos controlado nuestra deuda y hemos hecho de Irlanda una apuesta segura para los mercados internacionales de capital. No obstante, este logro depende de medidas que garanticen una soluci¨®n al complicado legado de nuestra deuda bancaria y que respondan a los principios m¨¢s b¨¢sicos de la justicia. As¨ª mismo, este logro depende de que los sacrificios que hemos pedido a nuestro pueblo en nombre de la responsabilidad fiscal, no socaven los cimientos del crecimiento econ¨®mico real.
Juntos sacamos provecho de la integraci¨®n europea, y juntos debemos defendernos de los riesgos
Recortando no se puede conseguir empleo y crecimiento, aunque reconocemos que la solvencia no se logra aumentando el gasto p¨²blico. Cuando existe un compromiso firme con la reforma de las finanzas p¨²blicas nacionales, esto debe de ir acompa?ado de acciones colectivas europeas para aliviar el peso, sobre todo para romper el c¨ªrculo vicioso entre la deuda bancaria y el soberano.
Me complace decir que en el caso de Irlanda la respuesta europea se ha hecho patente en algunos sectores importantes. Hemos renegociado algunas condiciones clave del programa, hemos conseguido una reducci¨®n de la tasa de inter¨¦s, y hemos hallado una soluci¨®n al tema espec¨ªfico de la deuda del Anglo Irish Bank.
No obstante, queda trabajo por hacer a nivel europeo. Hemos de finalizar el proyecto de la uni¨®n bancaria que implica no solo la supervisi¨®n ¨²nica, sino mecanismos de resoluci¨®n con respaldo fiscal y una garant¨ªa efectiva de dep¨®sitos bancarios.
Si cualquier banco de Europa puede amenazar el sistema financiero de todos los miembros de la eurozona, tenemos que disponer de mecanismos para responder a ese riesgo. Nuestro objetivo es el de integrar las econom¨ªas europeas para la prosperidad y seguridad de todos nuestros pueblos. Juntos sacamos provecho de esta integraci¨®n, pero juntos tambi¨¦n debemos defendernos de los riesgos.
Durante a?os el pueblo de Irlanda ha estado trabajando, y seguir¨¢ haci¨¦ndolo durante muchos m¨¢s, para quitarse la losa de la deuda que fue acumulado de manera irresponsable por un pu?ado de bancos, as¨ª como el pinchazo de la burbuja inmobiliaria que financiaban.
A trav¨¦s de nuestra determinaci¨®n, y con la solidaridad de nuestros socios europeos, estamos demostrando que se puede salir adelante, y que Europa puede hacer frente a los desaf¨ªos creados por la crisis financiera global.
Ahora que empezamos a ver resultados, no aflojar¨¢ nuestro empe?o, ni Europa debe aflojar su compromiso con una respuesta com¨²n y decisiva.
Eamon Gilmore es vice primer ministro y ministro de Asuntos Exteriores y Comercio de Irlanda.
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