¡°Ya me han dicho que en septiembre me van a echar¡±

Pablo Herrera ya est¨¢ acostumbrado a mudarse. Gaditano de nacimiento y sevillano por estudios, este joven licenciado en Periodismo y con una maestr¨ªa en Antropolog¨ªa acaba de encontrar su colocaci¨®n en el mercado laboral: el 28 de junio firm¨® un contrato para trabajar como cajero en un supermercado de Madrid, ubicado en el barrio de la Concepci¨®n.

Este periodista de 25 a?os decidi¨® mudarse a la capital a la ma?ana despu¨¦s de que su pareja encontrara un puesto de recepcionista en un hotel. Poco m¨¢s tarde apareci¨® una oportunidad tambi¨¦n para ¨¦l: un trabajo temporal, a jornada completa, que le garantiza un sueldo de 900 euros netos hasta septiembre. "Estoy cubriendo las vacaciones de otro empleado. Me van a echar seguro, ya me lo dijeron cuando firm¨¦ el contrato", asegura.

"Antes hice de todo: corrector, fot¨®grafo y hasta de modelo", enumera Herrera. "En Sevilla, donde estuve viviendo los ¨²ltimos a?os, la situaci¨®n era insostenible. Ve¨ªa que me iba a quedar en la calle". Sus amigos y antiguos compa?eros de carrera empezaron a buscar trabajo fuera de Andaluc¨ªa y muchos de ellos, frente a las escasas oportunidades brindadas por la madre patria, acabaron cruzando la frontera e instal¨¢ndose en el extranjero.

Herrera y su pareja tomaron buena nota y decidieron que estaban dispuestos a moverse adonde fuera. "Ten¨ªa que encontrar trabajo a toda costa e inici¨¦ a echar curr¨ªculos en Barcelona y Madrid. Me daba igual el sitio, si me hubieran ofrecido algo en Bilbao me hubiese mudado all¨ª", confiesa el joven.

La desesperaci¨®n era tan grande que la ¨²ltima entrada de su blog, Dalven Vainor, se titula No me voy, me echan. El texto es una carta de despedida y denuncia en la que Herrera explica que en ning¨²n momento se plante¨® mudarse a Madrid, que "econ¨®micamente nunca hab¨ªa estado tan cerca del abismo" y que ¨¦l y su pareja no decidieron irse "por gusto", sino porque Andaluc¨ªa les "impide sobrevivir". La conclusi¨®n de la entrada, antes de una serie de im¨¢genes de personas y lugares que el joven "echar¨¢ de menos", es algo escalofriante. "Mi m¨¢xima aspiraci¨®n realista en Madrid es ser cajero o dependiente en un restaurante de comida r¨¢pida", escribe Herrera.