Cantabria despide a su gran mecenas
Pol¨ªticos, empresarios y ciudadanos despiden a Bot¨ªn en el funeral en Santander
Al principio hubo un profundo silencio de respeto, al final, el calor de los aplausos a la familia. As¨ª despidieron hoy los ciudadanos de Cantabria a Emilio Bot¨ªn, fallecido en Madrid en la noche del 9 de septiembre. El banquero est¨¢ considerado un mecenas en la regi¨®n porque ha realizado grandes inversiones empresariales, culturales y educativas a trav¨¦s del banco Santander y de la Fundaci¨®n Bot¨ªn. La Catedral de Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n de la capital c¨¢ntabra estaba repleta media hora antes del funeral, que comenz¨® a las cuatro y media, concelebrado por diez sacerdotes. Los pasillos y las escaleras estaban abarrotadas. Asistieron m¨¢s de 1.000 personas.
En las primeras filas, a la izquierda, se sentaron Luis de Guindos, ministro de Econom¨ªa, junto a Ignacio Diego, presidente de Cantabria; Luis Linde, gobernador del Banco de Espa?a; Rodrigo Rato, miembro del consejo internacional del Santander y Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, vicepresidenta de Gobierno con Zapatero, entre otros. El Rey Felipe VI no asisti¨® pero acudi¨® el viernes al domicilio familiar a dar el p¨¦same. A la derecha del altar estaban los representantes empresariales: Jos¨¦ Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia; Isidro Fain¨¦, de La Caixa y CaixaBank; C¨¦sar Alierta, de Telef¨®nica; Pablo Isla, de Inditex; ?ngel Cano, consejero delegado del BBVA; y Jos¨¦ ?ngel Gurr¨ªa, secretario general de la OCDE, junto con consejeros y ejecutivos de la entidad, algunos de ellos visiblemente emocionados. As¨ªmismo, el piloto de F¨®rmula 1 Pedro de la Rosa acudi¨®.
En el centro de la nave g¨®tica, adornada con nardos de color blanco (la flor favorita de Bot¨ªn), estuvo toda la familia. Tras su esposa, Paloma O¡¯Shea, con traje oscuro y gafas de sol, y su hija primog¨¦nita y nueva presidenta del Santander, Ana Bot¨ªn. Los seis hijos, nueras y yernos y los 19 nietos de Bot¨ªn ocuparon las nueve primeras filas. Tambi¨¦n asisti¨® Jaime Bot¨ªn, hermano del difunto, con su esposa, Bel¨¦n Naveda, hijos, c¨®nyuges y nietos.
Detr¨¢s, bajo un discreto control del personal de seguridad, abarrotaron la nave los ciudadanos de a pie, la mayor¨ªa de mediana y avanzada edad. Tambi¨¦n hubo una importante presencia de empleados del banco con corbata roja, el color corporativo, y traje oscuro. Todos soportaron el sofocante calor que se vivi¨® durante los 50 minutos que dur¨® la ceremonia. La Camereta Coral de la Universidad de Cantabria interpret¨® siete piezas elegidas por Paloma O¡¯Shea, que preside la Fundaci¨®n Alb¨¦niz, que aport¨® una solista y un violinista. Al final, la mayor¨ªa de los presentes acudieron a dar el p¨¦same a la familia.
La misa estuvo oficiada por el de¨¢n de la catedral, Francisco S¨¢nchez, y la predicaci¨®n correspondi¨® al p¨¢rroco de la iglesia de Santa Luc¨ªa, Jos¨¦ Olano. La familia est¨¢ muy vinculada a esa iglesia, situada a pocos metros de la sede del banco. ¡°Todav¨ªa no nos hemos rehecho del impacto de la muerte de este hombre lleno de vida, de proyectos, gran esposo y padre. Era un optimista nato, una referencia del trabajo bien hecho, de la tenacidad, de la franqueza y profundamente religioso. Amaba a la iglesia y ayud¨® a la reparaci¨®n de templos, de campanas y de ¨®rganos, como el de esta catedral¡±, coment¨® Olano en una homil¨ªa cargada de sentimiento.
El p¨¢rroco destac¨® la ¡°unidad, entrega, cari?o y solidaridad interna¡± de los Bot¨ªn y tres de los nietos leyeron las peticiones, una de ellas por su abuelo y otra por ¡°los m¨¢s necesitados y los que m¨¢s sufren¡±. Olano describi¨® las principales obras de la Fundaci¨®n Bot¨ªn, como las millonarias aportaciones al Hospital Valdecilla, un centro p¨²blico al que acudi¨® en alguna ocasi¨®n el propio Bot¨ªn; el Centro Bot¨ªn, obra inacabada del arquitecto italiano Renzo Piano, la r¨¦plica de las cuevas de Altamira (las originales las descubri¨® la abuela de Bot¨ªn), las aportaciones a la universidad, as¨ª como el nuevo centro de proceso de datos que cuenta con una torre iluminada con la llama del Santander, que se ha convertido en un faro para la bah¨ªa.
¡°He venido al funeral porque este se?or ha hecho mucho por nosotros¡±, coment¨® una anciana al terminar la ceremonia. ¡°Soy m¨¢s bien rojillo. No me gustaba el centro cultural porque est¨¢ en medio de la bah¨ªa y tuve man¨ªa a Bot¨ªn, pero hay que reconocer que es el ¨²nico que trae progreso a Santander, no los pol¨ªticos¡± admiti¨® Juan Nova, de unos sesenta a?os. Al inicio del funeral luc¨ªa un precioso sol cant¨¢brico de septiembre. A la salida, el cielo estaba nublado y ca¨ªan unas gotas gordas de lluvia. Un d¨ªa t¨ªpico del norte despidi¨® a Bot¨ªn en su tierra.
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