Lo verde echa ra¨ªces en la ciudad
En Espa?a hay 400 huertos urbanos que ocupan m¨¢s de 166 hect¨¢reas
Algo tan simple como un huerto se ha convertido en un movimiento urbano imparable. El Urban Farming ha llegado a las ciudades para quedarse. Los hay en Londres, Nueva York o Par¨ªs. En Copenhague ya son obligatorias las azoteas verdes. La primera fue Toronto, Canad¨¢, donde hay 1,2 millones de metros cuadrados de este color.
Una pizca de tendencia por lo ecol¨®gico, una gota de compromiso ambiental y unos toques de h¨¢bitos de consumo m¨¢s saludables. Son las motivaciones de estas ensaladas urbanas. En Espa?a son, al menos, 216 las ciudades que cuentan con huertos urbanos, una cifra que se ha multiplicado por 15 desde 2006. Hay 400 huertos y 15.243 parcelas que ocupan una superficie que supera las 166 hect¨¢reas, contabiliza Gregorio Ballesteros, miembro de Ecologistas en Acci¨®n y de la Sociedad Espa?ola de Agricultura Ecol¨®gica. Se trata de huertos de ocio, familiares o sociales, escolares, para personas jubiladas, comunitarios, etc¨¦tera. El 11% del total son privados.
Alquilar un huerto de 25 metros cuesta 35 euros al mes, incluido el riego
Crecen en las fachadas y en las cubiertas de los edificios, tanto en hoteles, como en museos y viviendas. Miles de azoteas lucen lechugas, tomates o calabazas. El hotel Wellington (Madrid), ha sido uno de los ¨²ltimos en sumarse al reto, con un huerto de 300 metros cuadrados a 30 metros de altura.
Tambi¨¦n crecen los rincones hortofrut¨ªcolas de andar por casa, ya sea en chal¨¦s con espacio de sobra o en pisos. La escasez de metros ya no es un problema ni tampoco una excusa. Cada vez son m¨¢s frecuentes los minhuertos en terrazas y patios, por lo que el mercado se ha apresurado a lanzar una amplia gama de productos, como las mesas de cultivo, que cuestan entre 100 y 275 euros.
El verde est¨¢ entrando en las ciudades, tanto desde la iniciativa privada como desde el ¨¢mbito municipal. Cada semana un Ayuntamiento ofrece suelo para huertos comunitarios. Uno de los ¨²ltimos ha sido el de Madrid, que ha sacado a concurso las primeras 15 parcelas que podr¨¢n ser transformadas en huertos urbanos ecol¨®gicos.
Los terrenos tienen una superficie media de 1.000 metros cuadrados y se adjudicar¨¢n a organizaciones sin ¨¢nimo de lucro con el compromiso de no vender los productos cultivados. Las concesionarias tendr¨¢n que contribuir de forma altruista a la promoci¨®n de los valores medioambientales, educativos y de convivencia vecinal.
Crece el uso de mesas para mini cultivos en patios y terrazas
Aunque hay un pero: imputan los costes del agua a las adjudicatarias de las parcelas. ¡°Es dar al traste con una larga y dif¨ªcil regularizaci¨®n, que por fin iba a sacar de la semi-clandestinidad a estos espacios en Madrid y permitir¨ªa que fuese una de las ciudades pioneras en este tipo de regularizaciones¡±, explica Pablo Llobera, educador medioambiental y portavoz de la Red de Huertos Urbanos Comunitarios de Madrid, para quien cada huerto urbano consolidado es una conquista social.
Se sumar¨¢n a las huertas que funcionan desde hace a?os, como La Huertita de Tetu¨¢n, en el barrio madrile?o que lleva el mismo nombre. Solo en la capital hay unas 33 iniciativas comunitarias como esta.
En Barcelona la tradici¨®n de huertos se remonta al a?o 1986, cuando un grupo de vecinos montan el Hort de l'Avi, al lado del Parc G¨¹ell. En la Ciudad Condal superan la veintena.
Pero no es nada nuevo. ¡°Sus or¨ªgenes se remontan a la Segunda Guerra Mundial, aunque el antecedente del fen¨®meno actual podr¨ªa encontrarse en la Green Guerrilla de las ciudades norteamericanas, donde vecinos organizados deciden reverdecer solares abandonados para convertirlos en recursos vecinales, ecol¨®gicos y educativos. Aquellas oleadas llegaron a Europa y a Espa?a, donde la horticultura urbana en realidad nunca lleg¨® a desparecer, aunque s¨ª a marginalizarse¡±, explica LLobera.
Sus ideas se centran en desarrollar valores comunitarios: arraigo con el barrio, espacio de encuentro y trabajo intercultural y multigeneracional, educaci¨®n ambiental, etc¨¦tera. El cultivo que se recoge se suele comer en el propio huerto o se reparte entre los asiduos. Cada uno establece los criterios de reparto.
Porque los tomates no saben a tomates. Por eso y por la b¨²squeda de una alimentaci¨®n sana, est¨¢n proliferando otra tipolog¨ªa de huertos: los comerciales. Se trata de alquilar peque?as parcelas donde cada particular o familia cultiva sus propias verduras y frutas. Al tiempo, los propietarios de esos terrenos que no ten¨ªan uso encuentran en ellos una salida profesional.
Alegr¨ªa de la Huerta, en San Mart¨ªn de la Vega (Madrid) es un proyecto formado por tres amigos que proceden del mundo del cine. ¡°El proyecto surge por la crisis y adem¨¢s de la necesidad de montar un negocio diferente, que plantee un tipo de ocio sano, divertido y constructivo, sobre todo si tienes hijos. Nuestros clientes hacen todo el proceso, desde la siembra hasta la recolecta¡±, dice Olaf Guembe.
El perfil del hortelano aficionado es muy variado. ¡°Tenemos muchas parejas j¨®venes que quieren ense?ar a sus hijos c¨®mo es cultivar tus propios productos. Tambi¨¦n tenemos un alto porcentaje de gente joven que quiere acercarse al cultivo ecol¨®gico. Y muchos usuarios que est¨¢n reci¨¦n jubilados¡±.
En este huerto hay parcelas desde 25 metros cuadrados y se alquilan por 39 euros al mes. El tama?o est¨¢ndar es de 50 metros, suficiente para una familia de cuatro miembros. En cada terreno hay una toma de agua y el consumo est¨¢ incluido en la cuota mensual.
La empresa pone toda la infraestructura (suelo, asesoramiento, riego, material de riego, aperos, plantel, invernadero¡) y a partir de ah¨ª, cada particular gestiona su huerto. ¡°La mayor¨ªa de usuarios viene una o dos veces por semana y es suficiente para tener el huerto en buen estado, aunque depende de la ¨¦poca del a?o y de los cultivos¡±, explica Guembe.
En la localidad madrile?a de Alcorc¨®n, dos emprendedores, Mario Rodr¨ªguez y Jes¨²s Gamonal, crean en 2008 Huertos Ecol¨®gicos, una iniciativa para el alquiler de peque?os huertos para autoconsumo de familias y grupos de amigos
¡°La finca era en origen un terreno dedicado al cultivo del cereal y nosotros la hemos convertido en una finca de cultivo de hortalizas donde, en las zonas comunes, hemos sembrado m¨¢s de 600 frutales y alrededor de 500 cepas para producir vino ecol¨®gico entre todos los socios¡±
Las superficies van desde los 50 a los 160 metros cuadrados. El mantenimiento general de la finca es a cargo de la empresa. ¡°Tenemos un sistema de riego autom¨¢tico individual y por goteo en cada parcela donde aportamos las necesidades h¨ªdricas de los cultivos seg¨²n cada ¨¦poca del a?o¡±, explican.
Los precios oscilan desde 40 a 85 euros mensuales.
Te Pongo un Huerto nace hace un a?o en C¨®rdoba de la mano de Agust¨ªn Rom¨¢n. Se trata de un suelo agr¨ªcola de una hect¨¢rea al que no le estaba dando ning¨²n uso. Las parcelas son de 50 metros cuadrados y el alquiler sale por 39 euros mensuales. Est¨¢ incluida una boca de agua para riego, la azadilla, un manual formativo, uso de los materiales comunes y acceso a todas las zonas comunes.
Son solo un par de ejemplos de la enorme lista de huertos comerciales que existen en Espa?a.
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