El PIB japon¨¦s pide mujeres
Jap¨®n pierde poblaci¨®n activa de forma alarmante, pero la urgencia de mano de obra choca con la tradicional discriminaci¨®n laboral femenina
?Yuka Masumori, de 27 a?os, trabaja en una empresa de marketing en Tokio, donde ingres¨® tras estudiar Econ¨®micas en la Universidad de Seijo. Ella y su novio planean casarse en unos meses. Y cuando lleguen los ni?os, lo tiene muy claro: ¡°Sin duda¡±, explica, dejar¨¢ de trabajar fuera de casa. Es dif¨ªcil que, si las cosas siguen como est¨¢n, se plantee reincorporarse alg¨²n d¨ªa a la vida del trabajo a tiempo completo. ¡°La cultura laboral japonesa no facilita que las mujeres puedan continuar una carrera despu¨¦s de tener hijos¡±, sostiene.
La opini¨®n de Yuka es com¨²n entre las j¨®venes de su pa¨ªs, y una muestra de las dificultades que afronta el primer ministro japon¨¦s, Shinzo Abe, para aumentar la presencia femenina en el mundo laboral. Es una de sus grandes reformas estructurales pendientes, que requerir¨¢ no solo cambiar leyes sino tambi¨¦n la mentalidad patriarcal de la sociedad japonesa y una estructura laboral que premia la lealtad y el n¨²mero de horas trabajadas por encima de la eficiencia.
El objetivo del Gobierno japon¨¦s es conseguir que para 2020 el 73% de las mujeres entre los 24 y los 44 a?os trabaje. Y que, para esa fecha, el 30% de los puestos directivos en las empresas y en la pol¨ªtica tengan una titular femenina.
No es que Abe, un pol¨ªtico muy conservador, se haya convertido de repente en un feminista radical; aunque experiencias como su viaje por Am¨¦rica Latina este verano, donde trat¨® con dos presidentas (Chile y Brasil), le dejaron impresionado. ¡°Nosotros tambi¨¦n tenemos que ir por ese camino¡±, coment¨® a sus colaboradores al t¨¦rmino de una reuni¨®n entre el Gobierno colombiano, repleto de mujeres, y la comitiva japonesa, compuesta por varones encorbatados.
El 60% de las trabajadoras niponas deja su trabajo tras tener el primer hijo
Se trata de una mera cuesti¨®n de n¨²meros: la poblaci¨®n activa japonesa afronta la reducci¨®n m¨¢s r¨¢pida de todos los pa¨ªses de la OCDE, debido al descenso de la natalidad y el envejecimiento de la poblaci¨®n. Incorporar a las mujeres a la vida laboral es vital ¡ªespecialmente dada la resistencia de la poblaci¨®n a admitir inmigrantes, la otra alternativa al problema¡ª para conseguir que Jap¨®n se mantenga entre las principales econom¨ªas del mundo. Seg¨²n ha calculado este a?o el banco de inversi¨®n Goldman Sachs, si el n¨²mero de mujeres en la fuerza laboral en Jap¨®n llegara al de los hombres, el PIB crecer¨ªa un 14%.
Aunque sus mujeres se encuentran entre las m¨¢s cualificadas del planeta, solo el 69,5% de las que se encuentran entre los 24 y los 44 a?os trabaja, seg¨²n las estad¨ªsticas oficiales, frente al casi 90% de las mujeres suecas o el cerca del 75% de las estadounidenses. ?nicamente el 7,5% de los puestos de mando se encuentran en manos de mujeres, que ocupan el 1,2% de los puestos de alta direcci¨®n. El 60% de las trabajadoras niponas dejan su puesto al tener su primer hijo.
Para conseguir su objetivo, el Gobierno de Abe programa la apertura de m¨¢s guarder¨ªas ¡ªel objetivo es contar con 400.000 plazas m¨¢s para 2018¡ª, incentivar el teletrabajo o establecer ventajas fiscales. Pero lo dif¨ªcil es quebrar la mentalidad tradicional, que prefiere, en igualdad de cualificaciones, a los hombres y que demanda de los empleados largas horas de trabajo como prueba de lealtad ¡ªaunque la productividad decaiga¡ª. Apenas un 2% de los padres toman el permiso por paternidad. Yuka se r¨ªe ante la posibilidad de que sea su futuro esposo el que se encargue de criar al beb¨¦ cuando lo tengan. ¡°Es absolutamente impensable¡±, se?ala.
Es esta mentalidad la que est¨¢ detr¨¢s del abandono laboral femenino, dice la profesora Machiko Osawa, del Instituto de Investigaci¨®n sobre Mujeres y Carreras de la Universidad Femenina de Jap¨®n. No es tanto, dice, que ¡°dejen de trabajar a causa de los ni?os, sino porque no tienen perspectivas de hacer carrera¡±. ¡°La estructura de las empresas japonesas est¨¢ a¨²n muy orientada a los hombres, prefieren contratar y promover a los varones aunque haya candidatas de igual capacidad¡±. Aquellas que vuelven al mercado de trabajo se reincorporan por lo general o bien a tiempo parcial o bien a empleos muy por debajo de sus cualificaciones. O ambas cosas.
Keiko Takegawa, de la Oficina de Igualdad de G¨¦nero del Ministerio de la Presidencia japon¨¦s, apunta que ¡°3,5 millones de japonesas entre los 24 y los 44 a?os desear¨ªan volver a trabajar, pero no encuentran un empleo adecuado¡±. El objetivo de su Gobierno es potenciarlo. De momento, en los dos a?os de mandato de Abe lo han hecho ya 750.000 mujeres. Pero faltan iniciativas que permitan acortar las brutales horas de trabajo de los empleados japoneses y campa?as de concienciaci¨®n para las j¨®venes generaciones.
Los mismos problemas ocurren en la vida pol¨ªtica. Tan solo un 9,5% de los esca?os en la C¨¢mara baja japonesa, de 475 diputados, tiene una titular femenina. En Arabia Saud¨ª, seg¨²n los datos de la Uni¨®n Interparlamentaria, ese porcentaje es del 20%. El propio Partido Liberal Dem¨®crata de Abe solo cuenta con un 8,6% de mujeres diputadas entre sus 291 esca?os. En la actualidad cuenta con cuatro ministras en su Gobierno. Una quinta, Yuko Obuchi, dimiti¨® como ministra de Industria en octubre tras un esc¨¢ndalo de financiaci¨®n de su campa?a.
¡°Est¨¢n teniendo lugar algunos cambios, pero quiz¨¢s a¨²n haya que esperar a las generaciones m¨¢s j¨®venes¡± para lograr una mayor igualdad, considera Osawa. Yuka opina de manera similar. ¡°La consideraci¨®n de que tienen que ser los hombres quienes ganen el pan tiene una historia muy arraigada y no cambiar¨¢ a corto plazo. Nuestra generaci¨®n tiene la tarea de educar a la siguiente. Que nuestros hijos tengan muy clara la idea de que hombres y mujeres estamos igual de capacitados. Y que las tareas debemos repartirlas a partes iguales¡±.
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