El 2,4%
Para cumplir con los compromisos contra¨ªdos con Bruselas ser¨¢ necesario disminuir o, al menos mantener sin grandes variaciones, el gasto de las administraciones p¨²blicas
En el reciente debate sobre el estado de la naci¨®n, el Presidente del Gobierno anunci¨® que el crecimiento de la econom¨ªa para este a?o ser¨ªa del 2,4% o m¨¢s, lo que contrasta, evidentemente, con el 1,4% del pasado ejercicio. No fue muy expl¨ªcito sobre las razones en las que basaba su pron¨®stico, por lo que parece razonable interrogarse sobre las posibilidades de alcanzar, o superar, el crecimiento anunciado.
Un buen punto de partida consiste en estimar el llamado "carry over" es decir, la inercia con la que la econom¨ªa entr¨® en este a?o: si a lo largo de ¨¦ste y los pr¨®ximos trimestres la actividad permaneciera estancada, el crecimiento medio (suma de los cuatro trimestres de 2015 sobre el mismo periodo de 2014) ser¨ªa de ocho d¨¦cimas. Por otra parte, si la econom¨ªa creciera a lo largo de este a?o al mismo ritmo al que lo hizo en el ¨²ltimo trimestre, el crecimiento medio ser¨ªa del 2,6%. El problema consiste pues en indagar las razones por las cuales el crecimiento del ¨²ltimo trimestre de 2014 (siete d¨¦cimas sobre el trimestre precedente, un 2,8% en tasa anual) deber¨ªa mantenerse a lo largo del presente a?o.
Para ello hay que comenzar por el mayor componente de la demanda que no es otro que el consumo de las familias, determinado principalmente por las variaciones del empleo y los salarios. Por lo que se refiere al empleo, el incremento medio del pasado a?o fue de un 1,2 por ciento, pero en el ¨²ltimo trimestre fue casi del tres por ciento, si bien hay que tener en cuenta que en los meses centrales de 2014 apenas se cre¨® empleo (una vez corregida la estacionalidad). Es muy probable que se supere ampliamente el 1,2 por ciento de 2014, pero no ser¨¢ f¨¢cil ir mucho m¨¢s all¨¢ del 2 por ciento y ello a pesar de que en los dos primeros meses de este a?o, el aumento de las altas en la Seguridad Social ha sido del 2,7 por ciento. Por lo que se refiere a los salarios, el a?o pasado descendieron ligeramente, algo que casi con seguridad no se repetir¨¢ este a?o. Es posible apostar razonablemente por un aumento de entre medio punto y un punto porcentual comprendidos los llamados deslizamientos, es decir, los incrementos derivados de las reclasificaciones y de la antig¨¹edad, principalmente. Todo lo cual no da para financiar un aumento del tres por ciento del consumo, cifra a la que aludi¨® el Presidente durante su intervenci¨®n en el debate anteriormente citado. Para alcanzarla hay que a?adir el impacto de la reducci¨®n de los impuestos que, aunque no hay estimaciones detalladas, a?adir¨¢ algunas d¨¦cimas a la renta disponible de las familias.
Quedan a¨²n dos elementos fundamentales para prever el consumo en t¨¦rminos reales de las familias. Por una parte hay que estimar la variaci¨®n de los precios que, por el momento, es negativa debido a la fuerte ca¨ªda del precio del petr¨®leo. Para el conjunto del a?o hay opiniones para todos los gustos, pero en general prevalecen las de quienes apuestan por el estancamiento o, en todo caso, por una ligera reducci¨®n de los mismos. El otro elemento a tener en cuenta es el comportamiento de ahorro. Aunque a¨²n no tenemos cifras para el conjunto de 2014, lo sucedido en los tres primeros trimestres permite pronosticar, con poco margen de error, una ca¨ªda importante, algo que no deber¨ªa repetirse este a?o ya que, a priori, el incremento de la renta disponible y el estancamiento, o ca¨ªda, del ¨ªndice de precios permitir¨ªa compatibilizar el crecimiento del consumo con el mantenimiento, e incluso con un ligero aumento, de la tasa de ahorro de las familias.
Todo lo cual es tanto m¨¢s relevante cuanto que el consumo p¨²blico deber¨ªa permanecer estancado o crecer muy moderadamente. Para cumplir con los compromisos contra¨ªdos con Bruselas ser¨¢ necesario disminuir o, al menos mantener sin grandes variaciones, el gasto de las administraciones p¨²blicas especialmente el relativo a los gastos corrientes.
Por lo que se refiere a la formaci¨®n bruta de capital parece haber un consenso sobre una moderada recuperaci¨®n de la construcci¨®n, lo que parece corroborar el reciente repunte del empleo en este sector, y a un nuevo aumento de la inversi¨®n en bienes de equipo, del orden del 8 por ciento. Es razonable pensar que as¨ª sea, pues las empresas, al menos las grandes, han conseguido cerrar el pasado a?o con un aumento significativo de sus beneficios, compatible con un moderado desendeudamiento. Es l¨®gico pensar que el incremento de la demanda las incite a invertir para consolidar la mejora de la competitividad obtenida en los ¨²ltimos a?os.
Llegamos as¨ª al problema exterior. Es necesario reducir la vulnerabilidad de nuestra econom¨ªa frente a los vaivenes de los mercados financieros derivada de nuestro elevado endeudamiento: la deuda neta exterior de Espa?a (p¨²blica y privada) equivale al 100 por cien del PIB cuando los organismos internacionales consideran que a partir del 50 por ciento puede considerarse la situaci¨®n como peligrosa. Es importante pues conseguir crecer y crear empleo reduciendo al mismo tiempo la dependencia exterior. Conviene tener en cuenta que a pesar de la ca¨ªda del precio del petr¨®leo, terminamos 2014 con un ligero excedente (el 0,1 por ciento del PIB) de la balanza por cuenta corriente. Es cierto que el a?o pasado nuestro principal mercado, es decir, la eurozona, atraves¨® una situaci¨®n dif¨ªcil, pero tambi¨¦n hay que tener en cuenta que, al menos en la segunda mitad, nos beneficiamos de la apreciaci¨®n del d¨®lar, que hizo que nuestros productos mejoraran su competitividad en amplios mercados del mundo.
Tambi¨¦n es probable que las primeras compras de las familias, al aumentar su confianza en las perspectivas econ¨®micas, fueran de bienes de consumo duradero cuya renovaci¨®n se hab¨ªa aplazado y que, a partir de ahora, sus compras tengan un menor contenido de importaci¨®n. En cualquier caso, la apreciaci¨®n del d¨®lar y la previsible mejora de nuestros principales mercados en Europa deber¨ªan inducir un aumento apreciable de las exportaciones lo que a su vez podr¨ªa permitir un excedente en la balanza por cuenta corriente, esencial para devolver una parte del de las ingentes cantidades de ahorro que hemos tomado a pr¨¦stamo. Es algo que est¨¢ por ver pero que actualmente parece alcanzable. De ser as¨ª, estar¨ªamos en la buena v¨ªa que har¨ªa compatible el crecimiento y la creaci¨®n de empleo con el desendeudamiento de los agentes econ¨®micos y podr¨ªa confirmarse que algunas de las reformas emprendidas han dado su fruto.
Es cierto, y podr¨¢ decirse con raz¨®n, que hay muchas incertidumbres por delante, econ¨®micas y sobre todo pol¨ªticas. Un a?o electoral tan cargado como el presente es propicio para las proclamas demag¨®gicas y para la tentaci¨®n de aumentar el gasto p¨²blico y dejar para ma?ana las reformas y los ajustes que se deber¨ªan hacer hoy. Es de esperar que se impongan la serenidad y el rigor a la hora del debate y al mismo tiempo la coherencia de hacer en nuestra casa lo que pedimos a otros que hagan en la suya para que, al final del a?o, podamos decir que se han creado centenares de miles de puestos de trabajo en un clima de confianza en las posibilidades, que son grandes, de crecimiento de nuestra econom¨ªa.
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