Espa?oles en Harvard
Entre los 6.700 estudiantes de grado de esta universidad, solo hay dos espa?oles. Tienen 19 a?os y est¨¢n en primer curso
No existe una f¨®rmula para ser aceptado en Harvard. Su proceso de admisi¨®n no se basa en la suma de los resultados de diferentes pruebas. ¡°Es un todo¡±, se?alan en la web. Esta universidad, la m¨¢s antigua de Estados Unidos fundada en 1636, busca estudiantes con personalidades fuertes, con talentos que sobresalgan de la media y con la agudeza suficiente para aprovechar cualquier oportunidad. ¡°?Por qu¨¦ no Harvard? ?Por qu¨¦ no t¨²?¡±, espetan a los aspirantes en su site.
Es tentador, pero la posibilidad de entrar es remota. Solo el 6,2% de los solicitantes lo consigue. Entre el listado de antiguos alumnos y profesores hay 47 premios Nobel, 47 Pulitzer y 32 jefes de estado de todo el mundo, entre ellos ocho presidentes de Estados Unidos como Barack Obama y John F. Kennedy. De los 6.700 alumnos de grado matriculados hoy en Harvard College, donde el 11% son internacionales, solo hay dos espa?oles. La madrile?a Elena Monge y el catal¨¢n Jos¨¦ Mar¨ªa Amich, ambos de 19 a?os y en primer curso.
¡°Jam¨¢s pens¨¦ que me admitir¨ªan, cre¨ªa que era indispensable haber publicado algo. Hay gente de mi edad que ha fundado una ONG o desarrollado una App, hay un chico prodigio del piano que ha dirigido orquestas. Es una locura¡±, cuenta Elena Monge desde Madrid, donde pasa el Spring Break, la semana de vacaciones de primavera que se celebra cada marzo en el campus de Cambrigde, en Boston.
Ella no tiene un perfil al uso. Con apenas cinco a?os empez¨® a recibir clases particulares de piano, viol¨ªn, franc¨¦s y alem¨¢n, a lo que se sumaba su formaci¨®n en el colegio brit¨¢nico King¡¯s College. Su primer contacto con Estados Unidos fue a los 15 a?os, cuando su madre la llev¨® junto a sus dos hermanos mayores a visitar las universidades de la costa oeste, entre ellas la de Stanford (California).?Un a?o despu¨¦s se matricul¨® en un curso de biolog¨ªa de cuatro semanas en la Universidad de Columbia (Nueva York),?integrada junto a Harvard y otras seis en la llamada Ivy League, una red de universidades de ¨¦lite fundadas entre 1.600 y 1.800 y caracterizadas por su excelencia acad¨¦mica, elitismo y su admisi¨®n selectiva. El siguiente agosto sigui¨® un programa sobre filosof¨ªa y macroeconom¨ªa en la escuela de verano Harvard Summer School, este ¨²ltimo con un precio de matr¨ªcula de 10.000 d¨®lares.
¡°No he pedido ninguna beca para estudiar aqu¨ª. Mis padres se lo pueden permitir¡±, cuenta Elena. La matr¨ªcula en Harvard ronda los 60.000 d¨®lares al a?o (unos 53.500 euros) y el 60% de los estudiantes reciben alg¨²n tipo de ayuda econ¨®mica, se?ala la instituci¨®n en su web. Elena empez¨® a preparase el Standard Admission Test (SAT), el examen obligatorio para poder acceder a universidades en EE UU, a los 16 a?os con la ayuda de un profesor experto en este tipo de pruebas. Del m¨¢ximo de 2.400 puntos ella obtuvo 2.290. ¡°No es un examen que se prepare en un mes; mide tus habilidades en campos como las matem¨¢ticas, la comprensi¨®n lectora y escritura¡±. En su instituto, el brit¨¢nico Runnymede College, en La Moraleja, la mayor¨ªa de estudiantes se decantan por Oxford o Cambridge, en Reino Unido, y al menos suele entrar uno al a?o a cada una de ellas. ¡°Ves que se puede, que la gente lo consigue. Te mentalizan de que si te esfuerzas puedes entrar en una de las grandes¡±. Ella ha sido la primera que ha llegado a Harvard.
Estudiantes de posgrado
A diferencia de lo que ocurre en Harvard College, matricularse en un posgrado en alguna de las diez facultades de esta universidad es m¨¢s viable. Este curso 2014-2015 hay 29 estudiantes espa?oles cursando un m¨¢ster o un doctorado en las diferentes escuelas de Harvard.
Estas son algunas de las becas que se pueden solicitar para cursar este tipo de estudios:
- Fundaci¨®n La Caixa
- Fulbright
- Fundaci¨®n Ram¨®n Areces
- Becas Pedro Barrie de la Maza (solo para gallegos)
- Becas Talentia (solo para andaluces)
¡°La selecci¨®n de alumnos es brutal, solo solicitan los que piensan que tienen una oportunidad. Aqu¨ª en Estados Unidos hay asesores en los institutos que saben qui¨¦n puede ingresar¡±, cuenta el espa?ol Luis Fern¨¢ndez, profesor de literatura y lenguas romance en Harvard desde hace 26 a?os, sentado en una cafeter¨ªa en Cambridge. Con un patrimonio de 36.000 millones de d¨®lares, es la universidad m¨¢s rica del mundo y tiene la mejor biblioteca universitaria con 114 departamentos. All¨ª los estudiantes no tienen que elegir el grado que quieren cursar hasta el segundo a?o. Durante el primero siguen el llamado Liberal Arts, un programa de ocho asignaturas de diferentes especialidades que escogen ellos mismos. ¡°Dan matem¨¢ticas, psicolog¨ªa, f¨ªsica, derecho¡ un poco de todo. La idea es que tengan una formaci¨®n b¨¢sica en todos los campos¡±, se?ala Fern¨¢ndez.
La primera semana de clase es la shopping week (semana de compras), cinco d¨ªas en los que cada profesor cuenta en qu¨¦ consiste su asignatura. ¡°Entran en el aula, te observan, se llevan el programa y despu¨¦s deciden¡±, explica. La media de alumnos por aula ronda los 40, salvo las clases magistrales, en las que entran m¨¢s de 500. Los que estudian all¨ª son muy activos, hay m¨¢s 400 asociaciones estudiantiles oficiales.
A Jos¨¦ Mar¨ªa Amich, el otro estudiante espa?ol en Harvard, una de las cosas que m¨¢s le gustan de este campus es que todos se esfuerzan por evitar la segregaci¨®n por grupos. ¡°No hay clanes, est¨¢ todo mezclado y te olvidas de las diferencias por nacionalidad¡±. En los ocho meses que lleva en Cambridge nunca ha visto que se desplace a nadie. All¨ª ning¨²n alumno piensa ¡°ese t¨ªo es un poco raro¡±. La universidad busca gente carism¨¢tica que vaya a caer bien a los dem¨¢s y sepa moverse en grupo. El sue?o de Jos¨¦ Mar¨ªa era ser piloto de aviaci¨®n comercial, pero en primero de ESO empez¨® a interesarle la ciencia. Destinaba un par de recreos a la semana a hacer experimentos en el laboratorio de su colegio, el brit¨¢nico Oak House en Barcelona, con una profesora de biolog¨ªa.
Con 15 a?os le seleccionaron para el programa Joves y Ci¨¨ncia de la Fundaci¨® Catalunya-La Pedrera, lo que le llev¨® a pasar tres veranos consecutivos en departamentos de investigaci¨®n de diferentes instituciones. Una de ellas fue el Massachusetts Institute of Technology (MIT), tambi¨¦n en Cambridge, donde pas¨® seis semanas investigando junto a una tutora el mecanismo por el que las prote¨ªnas que regulan la osificaci¨®n se activan. Su art¨ªculo final se public¨® en una revista cient¨ªfica. Fue esa misma tutora quien le asesor¨® en los dos ensayos que deb¨ªa presentar para acceder a Harvard.
?l tampoco ha solicitado ayudas para pagar la matr¨ªcula. Pese a no haber sacado una buena nota en el SAT, en su solicitud de acceso figuraba su nota media de bachillerato, un 10. Solo envidia una cosa de los estadounidenses. ¡°Ellos son mucho m¨¢s abiertos y ambiciosos, no tienen problemas en ser claros porque est¨¢n orgullosos de lo que hacen. No tienen miedo a reconocer en una clase frente a 500 personas que no han entendido nada durante los ¨²ltimos cinco minutos. En Espa?a se ver¨ªa como reconocer p¨²blicamente lo tonto que eres¡±, opina.
Si se le pregunta por qu¨¦ piensa que le aceptaron, habla de uno de los ensayos que present¨®. Contaba c¨®mo pas¨® de la infancia a la madurez en una de sus estancias de verano en un laboratorio del Hospital Universitari Vall d¡¯Hebron. Estaban tratando a una paciente con una enfermedad nunca vista en la literatura cient¨ªfica que desarrollaba tumores por todo el cuerpo. Nunca la conoci¨®, por las barreras de confidencialidad, pero ser part¨ªcipe de una investigaci¨®n para ayudar a una persona real le cambi¨® la vida. Se hizo mayor, cuenta.
A Elena Monge le encanta hablar de sus compa?eras de habitaci¨®n, una de Georgia y la otra de California, que llegaron con sendas biblias bajo el brazo y colocaron un cartel en la pared que dec¨ªa Rezar a menudo. La primera escribe poemas y trabaj¨® durante varios a?os como ayudante de enfermer¨ªa en un hospital, donde llevaba flores o agua a los pacientes. ¡°Tiene much¨ªsimo talento, aqu¨ª todos tienen estrella¡±, cuenta Elena. La otra era asistente en el departamento de investigaci¨®n de un hospital, estudi¨® toda la vida en colegios p¨²blicos y le han concedido una beca para poder estudiar en Harvard; a cambio trabaja en la biblioteca de estudios asi¨¢ticos del campus. ¡°Los estadounidenses son muy activos, gente muy motivada que siempre est¨¢ haciendo cosas. Aqu¨ª se valora mucho la vida fuera de las aulas, los voluntariados y los proyectos personales. Lo ¨²nico que no me gusta es el feminismo cursi de tac¨®n y vestido rosa; aqu¨ª solo los chicos organizan fiestas, se respira un ambiente muy conservador¡±.
?Podr¨ªa un estudiante de un centro p¨²blico espa?ol acceder a Harvard? Elena y Jos¨¦ Mar¨ªa tienen opiniones opuestas. Ella cree que la ¡°gran tragedia¡± de Espa?a es el ingl¨¦s, que "solo se aprende con una inmersi¨®n total". ?l defiende que a mucha gente le paraliza el idioma, pero que no es tan importante y que Harvard no le pidi¨® ning¨²n certificado oficial (aunque tiene el Proficency, el C2 de Cambridge English). El profesor Luis Fern¨¢ndez lo tiene claro. En Harvard entra la ¨¦lite y sale la ¨¦lite.
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