La eurozona crece un modesto 1,5% y roza el nivel previo a la crisis
Grecia y Finlandia entran en recesi¨®n y las econom¨ªas francesa e italiana pierden fuelle
Ocho a?os despu¨¦s, Europa sigue arrastrando los pies. Grecia agu¨® la promesa de una aut¨¦ntica recuperaci¨®n en la eurozona en 2015: el PIB del euro creci¨® un modesto 1,5%. Espa?a creci¨® m¨¢s del doble, y cede as¨ª gustosamente el testigo de enfermo del euro a Italia, con un l¨ªo en su banca y una econom¨ªa languideciente. El PIB de los Diecinueve roza ya los niveles precrisis, alcanzados a principios de 2008, pero sigue ligeramente por debajo, creciendo a una velocidad de crucero muy inferior al resto de grandes econom¨ªas. Y con un 2016 plagado de dudas en los mercados, y Europa aquejada de una peligrosa anemia deflacionaria.
La bajada de la luz hace caer el IPC un 0,3%
Esta vez no fue el petr¨®leo, sino el viento. Tampoco los carburantes, sino el recibo de la luz. El caso es que la evoluci¨®n de los precios energ¨¦ticos ha vuelto a colocar al IPC en tasas negativas, como ha estado, con m¨ªnimas excepciones, en el ¨²ltimo a?o y medio. El Instituto Nacional de Estad¨ªstica confirm¨® ayer que la tasa anual del ¨ªndice de precios del consumo paso de una variaci¨®n nula (0%) en diciembre al -0,3% en enero.
El ¨ªndice subyacente, que excluye a los precios m¨¢s vol¨¢tiles (energ¨ªa y alimentos frescos) refleja una inflaci¨®n muy moderada (0,9% en tasa anual), como en diciembre.
El precio de la luz baj¨® de media un 13% respecto a enero de 2015. El descenso est¨¢ causado por la decisi¨®n de Industria de aminorar la parte regulada de lo que se factura al consumidor, un 2,8% menor que un a?o atr¨¢s. Y a la mayor contribuci¨®n de la energ¨ªa e¨®lica a la generaci¨®n de electricidad, de modo que los precios del mercado mayorista, que explican un 40% del recibo, retroceden un 30%. Por el contrario, el precio de los carburantes tiene esta vez una aportaci¨®n positiva al IPC. No porque hayan subido, sino porque se abaratan menos (-9,2%) que en diciembre (-10,6%).
Estados Unidos recuper¨® el PIB previo a la crisis en oto?o de 2011, y desde entonces ha crecido en torno a un 10% adicional con una pol¨ªtica monetaria ultraexpansiva y una pol¨ªtica fiscal menos ¨¢rida que la del euro. Peor equipada para una Gran Crisis y con una gesti¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica m¨¢s que discutible, la eurozona est¨¢ todav¨ªa a tres d¨¦cimas de PIB de recuperar los niveles de 2008. Ni el desplome de la cotizaci¨®n del petr¨®leo ni la depreciaci¨®n del euro por el activismo del BCE, dos est¨ªmulos formidables si estos fueran tiempos normales, permiten mejorar unos datos que siguen siendo decepcionantes, con la inflaci¨®n en la zona 0%, el desempleo por encima del 10% (con picos superiores al 20% en Espa?a y Grecia) y un crecimiento l¨¢nguido y desigual, incapaz de aliviar el resto de molestias que padece la econom¨ªa europea.
La eurozona cerr¨® 2015 con un avance trimestral del PIB del 0,3%, seg¨²n Eurostat, la agencia estad¨ªstica de la Uni¨®n. En el conjunto del a?o creci¨® a un ritmo del 1,5%, ligeramente inferior a lo previsto. Y si la fase aguda de la crisis griega parece superada ¡ªaunque con Europa siempre es imprescindible el latiguillo por el momento¡ª, un abanico de riesgos sigue llamando incansablemente a la puerta de Europa. La crisis de China y los emergentes parec¨ªa el principal quebradero de cabeza hasta hace solo unas semanas. La volatilidad en los mercados ¡ªpoderoso eufemismo de una situaci¨®n que combina incertidumbre y miedo, y en la que predominan las ca¨ªdas burs¨¢tiles¡ª ha tomado el relevo y ha rescatado del ba¨²l de la Gran Recesi¨®n los problemas gemelos sobre la banca y la deuda p¨²blica.
Recesi¨®n por barrios
La recesi¨®n iba por barrios, y lo mismo sucede con la recuperaci¨®n. Espa?a viaja ahora en el vag¨®n de cabeza del crecimiento en Europa, aunque el legado de la Gran Recesi¨®n sigue dejando r¨¦cords en paro, d¨¦ficit y enormes bolsas de vulnerabilidad si vuelven los l¨ªos. La econom¨ªa espa?ola creci¨® el 0,8% en el ¨²ltimo trimestre y el 3,2% en el conjunto del a?o: m¨¢s del doble que la media. Varios pa¨ªses del Este viajan a una velocidad de crucero incluso superior, con avances en torno al 4% en Eslovaquia, Polonia, Rumania y Rep¨²blica Checa gracias al tir¨®n de la demanda dom¨¦stica y de industrias exportadoras como la del motor. Alemania y Francia no dieron sorpresas en la parte final de 2015, a pesar de los atentados de Par¨ªs y de la desaceleraci¨®n en China: el PIB germano creci¨® el 0,3%, y el franc¨¦s el 0,2%, en l¨ªnea con las expectativas. Entre los grandes fue Italia la que present¨® datos decepcionantes, con un exiguo crecimiento del 0,1%. Grecia y Finlandia ¡ªcampeona de las reformas, partidaria de la ortodoxia siempre volvieron a territorio negativo.
Pero Italia es ahora el enfermo del euro y la principal fuente de preocupaci¨®n. Por la enorme debilidad de sus sistema financiero, que tiene cr¨¦ditos dudosos por importe de 350.000 millones de euros. Porque su deuda p¨²blica sigue siendo muy elevada, en torno al 130% del PIB. Y porque el pa¨ªs lleva pr¨¢cticamente 15 a?os estancado, desde la puesta en marcha de la moneda ¨²nica. Las estad¨ªsticas cuentan historias. Los datos de Italia cuentan la de un pa¨ªs que en 2015 creci¨® el 0,7%, por debajo de las previsiones de la Comisi¨®n Europea y del FMI, y con una preocupante contracci¨®n de la demanda interna. Y 2016 no va a ser un a?o sencillo: van dos semanas traum¨¢ticas para los bancos europeos, pero en particular para Deutsche Bank y los italianos.
Parad¨®jicamente, el personaje m¨¢s importante de la crisis del euro es tambi¨¦n un italiano: Mario Draghi. El jefe del BCE lleva cuatro a?os bajo presi¨®n, esta vez por el decepcionante crecimiento pero sobre todo porque lleva un a?o con las compras masivas de deuda ¡ªla versi¨®n europea del QE¡ª, y los precios no se dan por enterados. Puede que el BCE haya perdido un a?o con un QE insuficiente y mal dise?ado. Pero puede que Draghi se saque de la chistera un nuevo truco en la pr¨®xima reuni¨®n, ante el abanico de riesgos que aquejan a Europa y particularmente a su pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.