Am¨¦rica Latina es m¨¢s fuerte ante las crisis
La regi¨®n exhibe ahora fortalezas que no ten¨ªa durante la depresi¨®n de los a?os ochenta
Am¨¦rica Latina ha entrado en un periodo de desaceleraci¨®n econ¨®mica. Sin embargo, la coyuntura reclama responsabilidad en el an¨¢lisis y mesura en la reacci¨®n. Al menos cuatro matices son necesarios: primero, Am¨¦rica Latina es diversa y no todos los pa¨ªses enfrentan las mismas condiciones. Segundo, la regi¨®n est¨¢ hoy mejor preparada para encarar los desaf¨ªos. Tercero, la pol¨ªtica importa tanto como las variables econ¨®micas. Cuarto, la econom¨ªa latinoamericana interact¨²a con un complejo contexto global.
Am¨¦rica Latina es diversa. Si bien la regi¨®n experiment¨®, en promedio, una contracci¨®n econ¨®mica en 2015, esa contracci¨®n estuvo determinada por las tasas de crecimiento negativas de Brasil y Venezuela. El resto de pa¨ªses registr¨® un crecimiento positivo y relativamente aceptable en el marco global actual. 16 pa¨ªses crecieron por encima del 2%. Ocho pa¨ªses crecieron m¨¢s del 3%, incluso sobrepasando el promedio global. Las proyecciones para el 2016 arrojan un panorama similar.
Aunque los bajos precios de las materias primas y el exiguo dinamismo del comercio exterior obligan a mantener proyecciones modestas, lo esperable no es que la regi¨®n ingrese en una crisis generalizada, sino que encuentre un nuevo equilibrio. Afirmar que la econom¨ªa latinoamericana cae en picada no solo es impreciso, es en s¨ª mismo arriesgado por su efecto sobre el comportamiento de los agentes econ¨®micos. La regi¨®n requiere mantener la confianza y continuar las reformas que permitan diversificar la econom¨ªa y dar un salto de productividad ¨Cla agenda microecon¨®mica que, hay que reconocer, qued¨® rezagada en los a?os de bonanza¨C.
Am¨¦rica Latina es distinta al pasado. La regi¨®n exhibe ahora fortalezas que no ten¨ªa durante la crisis de los ochenta. Con pocas excepciones, los pa¨ªses tienen m¨¢s instrumentos disponibles, han entendido la importancia de la estabilidad macroecon¨®mica, exhiben niveles de endeudamiento p¨²blico mucho m¨¢s bajos, y las instituciones financieras y monetarias est¨¢n realizando su trabajo.
Adem¨¢s, por primera vez hay menos personas bajo la l¨ªnea de pobreza que en la clase media. Una poblaci¨®n m¨¢s sana y m¨¢s educada es un activo indispensable de cara al porvenir, aunque al mismo tiempo ejerce presiones en t¨¦rminos de expectativas crecientes. ?C¨®mo atenderlas con tasas de crecimiento mediocres?
La pol¨ªtica importa. Los gobiernos latinoamericanos enfrentan un triple desaf¨ªo: preservar las ganancias sociales protegiendo a los sectores m¨¢s vulnerables, responder a las aspiraciones de los nuevos sectores medios mejorando la calidad de los servicios p¨²blicos, y elevar la competitividad de la econom¨ªa apostando por la innovaci¨®n, por m¨¢s inversi¨®n en ciencia y tecnolog¨ªa, por una agenda digital que permita entrar decididamente a la sociedad del conocimiento, y por una gesti¨®n p¨²blica mucho m¨¢s eficiente y transparente.
Lograr esto con menos espacio fiscal demanda un di¨¢logo mucho m¨¢s fluido con el sector privado y con la sociedad civil. Am¨¦rica Latina necesita duplicar sus niveles de inversi¨®n en infraestructura y log¨ªstica para superar el rezago que muestra con respecto a Asia. Para ello es esencial renovar las alianzas p¨²blico-privadas, recuperando la confianza del sector privado y la sociedad en la capacidad estrat¨¦gica y el comportamiento ¨¦tico del Estado. No se trata, entonces, solo de un reto de gesti¨®n econ¨®mica sino tambi¨¦n de gesti¨®n pol¨ªtica para responder oportunamente a una ciudadan¨ªa m¨¢s exigente y un entorno m¨¢s competitivo.
Un contexto mundial adverso. Los esfuerzos pueden, sin embargo, desvanecerse en un contexto internacional determinado por la excesiva incertidumbre, la alta volatilidad, la salida de capitales y el endurecimiento de las condiciones de financiamiento externo. Ning¨²n pa¨ªs es suficientemente resistente para soportar una d¨¦cada m¨¢s de econom¨ªa mundial aletargada.
Hacen falta acciones decisivas para profundizar la integraci¨®n regional y expandir los mercados, pero tambi¨¦n es urgente emprender una discusi¨®n en torno a la gobernanza mundial y las estructuras que rigen el comercio, la transferencia de tecnolog¨ªa, el sistema financiero internacional, el flujo de capitales y la cooperaci¨®n exterior. Una discusi¨®n que ponga el cambio clim¨¢tico y el desarrollo sostenible en el centro de la agenda, y que permita encontrar los motores de crecimiento estable y din¨¢mico hacia el futuro.
Am¨¦rica Latina afronta retos considerables, pero no los enfrenta sola. La suerte de la regi¨®n depender¨¢ tanto de la sabidur¨ªa de sus gobiernos, como de la capacidad de la comunidad internacional para acordar un rumbo que nos lleve, conjuntamente, a buen puerto.
Rebeca Grynspan dirige la Secretar¨ªa General Iberoamericana (SEGIB).
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