La orilla de la inflaci¨®n
El petr¨®leo barato ha sido una espoleta para el ca?¨®n monetario del BCE
La provisi¨®n de extraordinarias cantidades de liquidez oficial desde los bancos centrales ha marcado el paso en la salida de la crisis pero se aprecia igualmente una extraordinaria dificultad actual y potencial para desmantelar ese enorme laboratorio monetario. Tanto el BCE como la Fed tienen en la inflaci¨®n una referencia para articular sus acciones pero, en el caso del banco central estadounidense el mandato no es solo el control de precios sino promover el empleo. Esta doble capacidad resulta especialmente ¨²til cuando la pol¨ªtica fiscal est¨¢ agarrotada y permite contemplar una pol¨ªtica monetaria con m¨¢s sentido y m¨¢s comprensible por los ciudadanos y empresas.
Esta semana es un nuevo turno para revalidar el compromiso de apoyo monetario en ausencia de coordinaci¨®n fiscal en la eurozona. En casi todas las intervenciones de Mario Draghi encontramos una llamada (casi s¨²plica) a los Gobiernos europeos para mover ficha, con la advertencia de que la pol¨ªtica monetaria por s¨ª sola no es suficiente, al menos no eternamente. La baja o negativa inflaci¨®n ha servido de excusa porque las expectativas de que esta subiera han debido posponerse en varias ocasiones. Los bajos precios del petr¨®leo han sido una espoleta para el ca?¨®n monetario. Muy probablemente, el BCE ha excedido impl¨ªcitamente su mandato porque esa baja inflaci¨®n no explicaba el estancamiento y la extraordinaria situaci¨®n de tipos negativos reales de la econom¨ªa europea. El problema es que ahora la orilla de la inflaci¨®n deseada ya no es tan lejana. Ayer se produjo una confirmaci¨®n de crecimiento de precios, a¨²n moderado pero al alza, en la eurozona.?
El BCE anhela que se alcance la orilla de la inflaci¨®n en un momento en el que su particular desmantelamiento de la expansi¨®n cuantitativa sea posible. Surge la duda de si la magnitud de la liquidez oficial y la dependencia de la misma no es demasiado abrumadora como para prescindir de ella en poco tiempo. A ambos lados del Atl¨¢ntico la din¨¢mica econ¨®mica es la de ¡°ante el susto, liquidez¡±. Cualquier fallo en las expectativas o shock de mercado es correspondido con una prolongaci¨®n del riego monetario. De hecho, falta mucho para que el tapering ¡ªretirada de los programas de compra de deuda¡ª est¨¦ culminado en Estados Unidos. La oscura realidad, m¨¢s pesada a¨²n en algunos pa¨ªses europeos, es que hay niveles de deuda p¨²blica y privada muy importantes a los que tipos m¨¢s altos har¨ªan mucho da?o. Y el sector financiero sigue en transformaci¨®n.
En lo que respecta al BCE, es posible que en su Consejo de Gobierno de este jueves se oficialice la extensi¨®n de los programas de compra de deuda m¨¢s all¨¢ de marzo de 2017. ?Ser¨¢ Draghi capaz de aventurar cu¨¢ndo est¨¢ previsto el tapering en la eurozona? ?Se acabar¨¢n los argumentos para la expansi¨®n cuantitativa con la llegada de la inflaci¨®n? El dilema para estos banqueros centrales es que estirar el calendario de la expansi¨®n cuantitativa calma a los mercados pero, al mismo tiempo, prolonga demasiado un conjunto de incentivos financieros ¡°oficiales¡± hasta el punto de que casi nos olvidamos que una vez hubo un mercado de liquidez privado.
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