2016 en el mundo e Iberoam¨¦rica
La regi¨®n se enfrent¨® por segundo a?o a la contracci¨®n econ¨®mica, algo que no ocurr¨ªa desde la d¨¦cada de los ochenta
El 2016 pasar¨¢ a la historia como ¡°el fin del fin¡± del siglo XX. Muchos han se?alado la conexi¨®n entre los sucesos de este a?o y los procesos que dieron inicio con la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn: una globalizaci¨®n acelerada, la transferencia de poder del Norte al Sur y del Oeste al Este, el efecto disruptivo de los adelantos tecnol¨®gicos, y las profundas transformaciones que estos procesos generaron en todos los niveles de la sociedad.
Para Iberoam¨¦rica, este fue un a?o de ¨¦xitos y desaf¨ªos. Nuestras instituciones superaron pruebas muy dif¨ªciles, desde la celebraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos en R¨ªo de Janeiro hasta la atenci¨®n de la emergencia ocasionada por el virus del zika y el terremoto en Ecuador. Cinco pa¨ªses sostuvieron elecciones generales (Espa?a, Nicaragua, Per¨², Portugal y Rep¨²blica Dominicana), Brasil concluy¨® el proceso de impeachment, el entonces presidente Obama realiz¨® su hist¨®rica visita a Cuba, y se realizaron distintas consultas populares y elecciones subnacionales. Recibimos la sorpresa del rechazo al Acuerdo de Paz en el plebiscito de Colombia y, hace apenas unos d¨ªas, celebramos la aprobaci¨®n legislativa del nuevo Acuerdo, poniendo fin al conflicto armado m¨¢s antiguo del Hemisferio Occidental.
La regi¨®n enfrent¨® su segundo a?o consecutivo de contracci¨®n econ¨®mica, algo que no ocurr¨ªa desde la d¨¦cada de los ochenta. Afortunadamente, hoy los gobiernos tienen mayores herramientas y han logrado preservar su estabilidad macroecon¨®mica, aunque es muy preocupante el retroceso en los indicadores de pobreza y desigualdad que hemos empezado a observar. No obstante, la mayor¨ªa de los analistas coincide en que la econom¨ªa regional se levantar¨¢ en 2017 y que ya estamos viendo signos de recuperaci¨®n.
Tal vez la conclusi¨®n m¨¢s simb¨®lica de este a?o sea el fallecimiento de Fidel Castro, un ¨ªcono de la pol¨ªtica del siglo XX y una figura de enorme peso en la regi¨®n. Su muerte acent¨²a la certeza de que nos encontramos ante una Iberoam¨¦rica distinta a la de hace un cuarto de siglo. Nuestra regi¨®n ha cambiado con el mundo.
Algunas de las transformaciones que hemos visto han sido muy positivas, como la reducci¨®n de la pobreza a nivel global, el avance en salud y educaci¨®n en todas las regiones, o la revoluci¨®n en las comunicaciones. Otros cambios han sido m¨¢s problem¨¢ticos, como el aumento de la desigualdad o los efectos del consumo sobre el medio ambiente. La rapidez de estos movimientos ha generado una sensaci¨®n de vulnerabilidad en amplios sectores de la sociedad. En los pa¨ªses occidentales, muchos perciben el libre comercio y la migraci¨®n como una amenaza, y esto se ha traducido en desafecci¨®n hacia las instituciones democr¨¢ticas y desconfianza frente a los l¨ªderes pol¨ªticos.
?C¨®mo preservar los avances alcanzados bajo el orden global emergido de la Segunda Guerra Mundial, a la vez que atendemos las leg¨ªtimas demandas de una poblaci¨®n que se siente relegada? ?C¨®mo profundizar el multilateralismo y la cooperaci¨®n en un contexto geopol¨ªtico fragmentado y de voces estridentes que claman por un retorno al aislacionismo y al nacionalismo?
Iberoam¨¦rica ofrece un ejemplo alentador: una regi¨®n que apuesta por la paz, a la cooperaci¨®n y al multilateralismo como forma de abordar los conflictos y los desaf¨ªos del desarrollo. No es casualidad que este a?o hayamos celebrado, en cuesti¨®n de semanas, la elecci¨®n del exmandatario portugu¨¦s Ant¨®nio Guterres como Secretario General de las Naciones Unidas, el otorgamiento del premio Nobel de la Paz al presidente Juan Manuel Santos, y la XXV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que tuvo lugar en Cartagena de Indias en el mes de octubre.
Somos uno de los pocos ejemplos en el mundo de un espacio de di¨¢logo pol¨ªtico ininterrumpido, al m¨¢s alto nivel, entre m¨¢s de una veintena de pa¨ªses. Esa continuidad ha superado diferencias pol¨ªticas e ideol¨®gicas considerables, y numerosos procesos electorales a lo largo de los a?os. A pesar de ello, el di¨¢logo y la cooperaci¨®n regionales se han mantenido, se han fortalecido y se han profundizado, lo que confirma que es posible encontrar territorio com¨²n y trabajar sobre las coincidencias, aun reconociendo la diversidad y aun en medio de la incertidumbre y la complejidad de la actualidad global.
Esperamos que en el 2017 la regi¨®n mantenga su compromiso con la diplomacia, con el di¨¢logo, con la cooperaci¨®n, con la paz y con la democracia. El mundo sin duda lo necesita.
Rebeca Grynspan dirige la Secretar¨ªa General Iberoamericana
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