¡®Fintech¡¯ y ¡®big data¡¯, el imparable advenimiento de la banca digital
Las ¡®fintech¡¯, el an¨¢lisis masivo de datos, las aplicaciones y las enormes posibilidades que ofrece la ¡°cadena de bloques¡± derriban las barricadas del sector tradicional
Una insurgencia financiera se ha levantado en armas en el mundo del dinero. Sus soldados son algunas de las mentes m¨¢s brillantes de Silicon Valley. Y el objetivo es revolucionar, amparado en la retaguardia de Internet, el sistema financiero y su millonaria industria. Lo llaman fintech. El disruptivo sector que suma a la tecnolog¨ªa las estrategias bancarias de la era digital.
Esa nueva ola tecnol¨®gica narra una historia de robots que invierten nuestros ahorros, de tecnolog¨ªas que verifican las transacciones (blockchain), de inteligencia artificial y de billeteras digitales. Un relato que bien podr¨ªan haber imaginado maestros de la ciencia-ficci¨®n como Isaac Asimov o Philip K. Dick. Sin embargo, el dinero no sue?a con ovejas el¨¦ctricas sino con beneficios. Y muchos. Desde 2010, m¨¢s de 50.000 millones de d¨®lares (47.000 millones de euros) han terminado en 2.500 compa?¨ªas que operan en estas vaguadas. Solo los robots inversores manejar¨¢n ¨Cvaticina la gestora de fondos InvestSmart¨C unos 250.000 millones de d¨®lares (235.000 millones de euros) durante 2019.
Muchas ¡®start-ups¡¯ trabajan ya en alternativas a la entidad cl¨¢sica, con la que tendr¨¢n que ir de la mano
Muy lejos quedan los d¨ªas en los que hab¨ªa que pasar por el banco para cerrar cualquier operaci¨®n. El mundo rota en sentido contrario. ¡°Probablemente seremos la ¨²ltima generaci¨®n que use tarjetas de d¨¦bito y cr¨¦dito¡±, preve¨ªa en 2015 John Stumpf, antiguo consejero delegado de Wells Fargo. Porque si se presta atenci¨®n se escucha el traqueteo del advenimiento de un ej¨¦rcito. ¡°Silicon Valley est¨¢ llegando. Vemos cientos de start-ups con mucho talento y dinero que trabajan en varias alternativas a la banca tradicional¡±, avisa Jamie Dimon, m¨¢ximo ejecutivo de JP Morgan.
Cambio radical
Pero si algo identifica a la industria bancaria es su capacidad de resistencia y adaptaci¨®n. Y ahora los bancos est¨¢n invirtiendo en este nuevo sector. ?C¨®mo? Compran empresas disruptivas, lanzan incubadoras e incorporan talento para crear sus propias soluciones en lo que algunos expertos llaman el comienzo de una nueva era. Una amalgama inevitable. ¡°En Espa?a las fintech se est¨¢n asociando a la banca tradicional. Por s¨ª solas no tendr¨ªan tanto ¨¦xito¡±, reflexiona Lourdes Rodr¨ªguez, directora del departamento de investigaci¨®n del Instituto de la Econom¨ªa Digital de ESIC. La tecnolog¨ªa derriba las barricadas de la banca de-toda-la-vida y ninguna entidad puede permanecer indiferente. ¡°Si queremos continuar siendo la opci¨®n preferida de nuestros clientes, tendremos que cambiar. En algunos aspectos el cambio puede ser incremental; en otros, radical¡±, advert¨ªa en noviembre pasado Ana Bot¨ªn, presidenta de Banco Santander.
Conscientes de la fractura que se puede abrir entre entidad y cliente, la firma c¨¢ntabra esboza un organigrama donde la tecnolog¨ªa brilla como el astro rey. El ¨¢rea de innovaci¨®n trabaja sobre los desaf¨ªos del big data y el blockchain, mientras su fondo de capital emprendedor (Santander InnoVentures) rastrilla el mercado en busca de inversiones que sumen valor y sentido. Sobre esa aritm¨¦tica, tambi¨¦n en noviembre invert¨ªa en PayKey, una start-up que permite pagar con la misma facilidad con que se escribe un chat. Pero tambi¨¦n ha confiado en Kabbage (pr¨¦stamos a pymes y consumidores) y Tradeshift (intercambio de documentos comerciales). Todas las voces interesan porque todas cuentan.
El Santander rastrea inversiones en todas las nuevas ¨¢reas y negocios
El Santander busca su lugar en un mundo en el que la tecnolog¨ªa puede cambiar la vida, sobre todo, de los m¨¢s d¨¦biles. El ¨²ltimo informe del McKinsey Global Institute sostiene que la inclusi¨®n financiera (pago por m¨®vil, pr¨¦stamos digitales, sistemas de abonos sencillos y transparentes) podr¨ªa generar en un plazo de 10 a?os un aumento de 3,7 billones de d¨®lares en la riqueza de las econom¨ªas emergentes. Solo hay que imaginar el efecto que tendr¨ªa sobre la corrupci¨®n en algunos de esos pa¨ªses eliminar los pagos en met¨¢lico y sustituirlos por transacciones digitales. Hay mucho en juego. ¡°Ante este choque de innovaci¨®n, los bancos espa?oles atravesar¨¢n los pr¨®ximos a?os por un proceso amplio y profundo de digitalizaci¨®n¡±, prev¨¦ Luis S¨¢nchez de Lamadrid, director general de Pictet WM en Espa?a.
La competencia se extiende desde colosos como Google a disruptivas start-ups. Una de estas es Finizens. Propone una inversi¨®n m¨ªnima de 100 euros y costes hasta un 85% inferiores a los de un banco, aseguran. Su tarjeta de visita en el cada vez m¨¢s concurrido espacio de los robots inversores. ¡°Quer¨ªamos romper las barreras que exist¨ªan en la inversi¨®n: comisiones abusivas, esc¨¢ndalos bancarios, trato deficiente al cliente, falta de oferta debido a conflictos de inter¨¦s y un asesoramiento financiero de una calidad cuestionable¡±, desgrana Giorgio Semenzato, director general de la empresa.
Estrategia de compras
Pero Finizens, al igual que otras fintech, deber¨¢ hallar un camino solo (algo dif¨ªcil) o acompa?ado por un banco. En Espa?a, estima Fernando Moroy, profesor de Cunef (Centro Universitario de Estudios Financieros), act¨²an unas 200 empresas que mezclan digitalizaci¨®n y dinero. Y nadie puede parpadear porque perder¨ªa negocio. Por eso los bancos andan muy atentos a la entrada de competidores. De hecho, BBVA y Santander ya contraatacan con una ambiciosa estrategia de compras. El primero ha adquirido, entre otras, Simple y Atom Bank (banca digital), y la entidad c¨¢ntabra incorpor¨® a Ripple (cibermonedas) e iZette (pagos m¨®viles). Mientras, otro competidor, CaixaBank, opta por lo que Fernando Moroy llama un ¡°modelo de desarrollo interno¡±. El a?o pasado lanzaba imaginBank. Un banco que opera a trav¨¦s de aplicaciones y redes sociales y que pretende atrapar el elusivo universo financiero de los millennials. Antes, en 2013, lleg¨® el Muro, que conecta a los clientes de elevados patrimonios y sus gestores. Y un a?o m¨¢s tarde aparecieron las pulseras contactless. Con todos estos refuerzos, CaixaBank blinda un pilar de su plan estrat¨¦gico 2015-2018: ser l¨ªder en banca digital.
Desde luego un ¨¢lgebra clave en esa ambici¨®n es el big data, la movilidad y la vanguardista arquitectura del cloud computing. ?Est¨¢ preparado el sector para esta oleada de cambios? ¡°Los grandes bancos espa?oles tienen visiones adecuadas del futuro, sobre todo internamente¡±, incide Enrique Garc¨ªa Palacio, experto de Ahorro Corporaci¨®n. ¡°Aunque hay tres problemas: la dificultad de la transici¨®n de los actuales sistemas tecnol¨®gicos, el marco cultural y organizativo y el dise?o e implementaci¨®n de una estrategia para transformar el modelo¡±.
Asesoramiento
Cada vez surgen m¨¢s servicios que prescinden del ser humano. El espacio f¨ªsico pierde sentido cuando casi todos los productos bancarios son susceptibles de digitalizarse. ¡°La ¨²nica raz¨®n que puede llevar al usuario a una oficina es recibir asesoramiento de un empleado concreto¡±, aventura Carlos Trevijano, socio responsable de Estrategia y Operaciones del sector financiero de KPMG. Los muros tangibles de la banca quedar¨¢n limitados a los clientes m¨¢s rentables de la entidad. El resto del paisaje ser¨¢ digital.
El Banco Popular lo sabe y ha destinado m¨¢s de 1.000 millones de euros desde 2010 a la innovaci¨®n de su tejido tecnol¨®gico. Y a trav¨¦s de su Centro de Excelencia Movilidad ha mejorado la experiencia del usuario en la web y tambi¨¦n ha creado una aplicaci¨®n para dispositivos m¨®viles. Adem¨¢s, junto a otros bancos, integra la plataforma de pago por m¨®vil Bizum. Es la v¨ªa para acomodar a sus 908.927 clientes ¨²nicos digitales y el camino que seguir¨¢n sus m¨¢s de 2.100 millones de transacciones online anuales. ¡°La banca minorista cambia con el mundo digital y debe enfocarse en la eficiencia y la rentabilidad¡±, sostienen en la entidad.
Grietas en las finanzas digitales
Cegados por la luz de las finanzas, miles de inversores han depositado el dinero y sus ilusiones en el universo fintech. Ese que reivindica la llegada de la industria tecnol¨®gica a los servicios financieros. Sin embargo, ha sido un a?o duro para muchas compa?¨ªas. Social Finance, conocida como Sofi, que est¨¢ especializada en refinanciar las deudas contra¨ªdas por alumnos que cursan sus estudios en universidades de ¨¦lite estadounidenses, ha cancelado sus planes de salir a Bolsa. Padece la anemia de la llegada de fondos procedentes del capital riesgo.
Todo un golpe para el recalentado sector fintech, que ¨Cseg¨²n Citigroup¨C recibi¨® 19.000 millones de d¨®lares (18.000 millones de euros) en 2015. Grietas que no acuden solas. Pues son el biselado reflejo de c¨®mo los problemas se han intensificado en la industria de los pr¨¦stamos online. Leading Club y OnDeck Capital, las dos pioneras en estas transacciones en llegar al parqu¨¦, est¨¢n sufriendo. Los t¨ªtulos de Leading Club se dejaron en 2016 m¨¢s del 50% de su valor y su compa?era de viaje alrededor del 60%. Adem¨¢s, otras dos grandes plataformas (Can Capital y CircleBack) han congelado la concesi¨®n de cr¨¦ditos. Y el ¨ªndice KFTX ¨Clanzado en julio del a?o pasado por el Nasdaq para cobijar a algunas empresas (Paypal, MarketAxess, CME Group o Visa) de este paisaje que ?enhebra dinero y tecnolog¨ªa¨C evidencia un comportamiento m¨¢s plano de lo previsto.
Quiz¨¢ lo que haya sucedido es que las expectativas fueron demasiado altas y las ambiciones demasiado veloces. "No se puede esperar que las fintech crezcan al ritmo de tecnol¨®gicas puras como Twitter o Facebook", explica Jos¨¦ Mar¨ªa Villar, managing director de finanzas de Accenture. Necesitan espacio y tiempo. El sistema de pagos Paypal lleva dos d¨¦cadas en el mercado y, a pesar del ¨¦xito, su negocio resulta marginal frente a competidores tradicionales como Visa.
A esta fragilidad se suman se?as de identidad propias. Espa?a es una tierra cuyos habitantes mantienen un arraigo estrecho con su oficina bancaria. Por si fuera poco, este conglomerado fintech a¨²n resulta muy nuevo. "La ley que regula las plataformas de crowlending y crowfunding [micropr¨¦stamos y micromecenazgo online] es de finales de abril de 2015", dice Fernando Moroy, profesor de Cunef. De ah¨ª que, junto a espacio y dinero, las fintech pidan tiempo.
Y si hay una tecnolog¨ªa a la que le cuadran los n¨²meros en la era del advenimiento de las finanzas digitales es el blockchain. De todas las propuestas de esta nueva industria su impacto ser¨¢ el m¨¢s profundo. Es un sistema inform¨¢tico, semejante a un libro de contabilidad, que utiliza algoritmos para validar transacciones de cualquier tipo de activos, desde acciones a divisas. En ella habita la operativa de criptomonedas como el bitcoin, una divisa virtual que ha perdido parte de su entusiasmo debido a su elevada volatilidad. Pero da igual. Miramos a los ojos a una tecnolog¨ªa que ataja comisiones e impuestos y que, adem¨¢s, tiene una interesante derivada en la edici¨®n de peri¨®dicos. Gracias a este libro contable, un diario podr¨ªa cobrar a sus lectores por art¨ªculo en vez de por una suscripci¨®n mensual o anual. Un sendero para monetizar este oficio en crisis perenne que despierta la esperanza. ¡°Aunque todav¨ªa le quede camino por recorrer, es una tecnolog¨ªa muy prometedora¡±, argumentan en Bankinter.
Es m¨¢s, el uso de redes descentralizadas para los pagos y las liquidaciones que permite esta ¡°cadena de bloques¡± ahorrar¨ªa, seg¨²n el Santander, a los bancos entre 15.000 y 20.000 millones de d¨®lares (de 14.000 a 19.000 millones de euros) a partir de 2022. En la pr¨¢ctica es como si el correo electr¨®nico sustituyera al dinero.
Esa imagen del e-mail reemplazando al euro ilumina la profundidad de este cambio. En algunas industrias resulta evidente. ¡°El micromecenazgo transforma la manera en la que se comercializan productos, servicios e ideas¡±, relata la gestora Fidelity. El 10% de las pel¨ªculas admitidas a concurso en los festivales de Sundance, SXSW y Tribeca se financiaron a trav¨¦s de Kickstar, una plataforma art¨ªstica que ha cubierto m¨¢s de 100.000 proyectos con 2.300 millones de d¨®lares (2.160 millones de euros) respaldados por 10 millones de personas. De unos n¨²meros igual de sonoros presume el servicio de env¨ªo de dinero Transferwise. Fundado por antiguos ingenieros de Skype y con el aval de Richard Branson, cobra unas tasas que los bancos a duras penas pueden igualar.
Cambia la aritm¨¦tica de las finanzas porque la tecnolog¨ªa cambia el mundo. El 44% de los millennials estadounidenses paga utilizando el m¨®vil y un 13% emplea monedas digitales. Solo en ese pa¨ªs, los pagos m¨®viles (seg¨²n Fidelity) alcanzar¨¢n los 142.000 millones de d¨®lares (133.000 millones de euros) en 2019. Pero m¨¢s cerca, en Espa?a, Ibercaja levanta su estructura para sostener este nuevo horizonte. El banco ha cerrado una alianza estrat¨¦gica con Microsoft, colabora con varias fintech y ahora mismo tiene dos nuevos servicios digitales en la fase de test conocida como friends and family. ¡°Adem¨¢s, hemos creado un ecosistema de socios que nos permitir¨¢ evolucionar hacia una arquitectura abierta [un software que permite a las aplicaciones interactuar sin intervenci¨®n del usuario] basada en microservicios, la cual ser¨¢ una fuente de nuevas innovaciones¡±, desgrana Nacho Torre, jefe de Innovaci¨®n y Experiencia de Cliente de Ibercaja.
La banca, debido a que es un sector muy regulado, ha llegado tarde a la innovaci¨®n tecnol¨®gica. Incluso hay quien sostiene que la ¨²ltima gran disrupci¨®n bancaria fue el cajero autom¨¢tico. Y de eso hace cinco d¨¦cadas. ¡°Es probable que haya habido poca innovaci¨®n financiera en el sector desde que se rubricaron los primeros contratos de futuros sobre cereales en el valle del Indo hace miles de a?os¡±, refrenda Avinash Persaud, analista s¨¦nior del think tank Peterson Institute for International Economics. Sin embargo, en nuestros d¨ªas la tecnolog¨ªa se empe?a en derribar las barreras de la historia y de la banca tradicional. La insurgencia financiera se ha levantado en armas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.