La sequ¨ªa amenaza la cosecha de los cereales

La falta de lluvia en los ¨²ltimos meses en toda la pen¨ªnsula est¨¢ suponiendo ya una amenaza para el desarrollo de la campa?a de los cereales de invierno, as¨ª como un incremento en los gastos para las caba?as de las ganader¨ªas extensivas y las explotaciones de vacuno en las provincias de norte. Aunque la situaci¨®n tiene algunas diferencias seg¨²n los territorios, las organizaciones agrarias Asaja, Upa y Coag coinciden en se?alar que ya se est¨¢n produciendo da?os en las superficies de cultivo y que los resultados ser¨¢n catastr¨®ficos si no llueve a muy corto plazo.

La campa?a pasada, la producci¨®n de los cereales de invierno rond¨® la cifra r¨¦cord con m¨¢s de 19 millones de toneladas entre trigo, cebada y cultivos menores como avena, centeno y triticale.

El Ministerio de Agricultura ultima un real decreto para regular el abastecimiento global del agua en el Duero, consecuencia de la reducci¨®n de recursos en los embalses y contempla la convocatoria de una mesa para abordar el problema concreto del campo.

Desde el sector agrario se demandan medidas de ayuda v¨ªa fiscalidad y cr¨¦ditos. Se da la circunstancia de que los niveles de aseguramiento para la sequ¨ªa son muy bajos, situaci¨®n que se ha agravado esta campa?a por la subida de las primas ante la reducci¨®n de las subvenciones.

Superficie estable

La superficie de cultivo para los cereales de invierno esta campa?a se mantiene en los niveles de los ejercicios anteriores, con 5,7 millones de hect¨¢reas. En la mitad sur de la pen¨ªnsula, por su periodo de siembras m¨¢s adelantadas y las lluvias ca¨ªdas en su d¨ªa, la situaci¨®n de los cultivos es mucho mejor que en el resto del pa¨ªs. Sin embargo, la falta de agua est¨¢ perjudicando ya los cultivos y las previsiones son a la baja.

En el caso de Castilla-La Mancha y Arag¨®n, los cultivos se hallan igualmente al l¨ªmite. La situaci¨®n es m¨¢s grave en Castilla y Le¨®n, la mayor zona cerealista. En Tierra de Campos ya se habla de da?os catastr¨®ficos y con los cultivos al l¨ªmite en el resto de la comunidad aut¨®noma.

Aunque a estas alturas es dif¨ªcil hablar de p¨¦rdidas, en medios agrarios se estima que, si no cambia el tiempo, la cosecha se podr¨ªa reducir m¨¢s del 35% sobre la media de producci¨®n de las campa?as anteriores, para situarse en menos de los 14 millones de toneladas.

La reducci¨®n del agua embalsada con los pantanos solamente a una media del 57%, ha llevado a muchos agricultores a reducir las superficies de cultivos como ma¨ªz o remolacha por temor a falta de recurso en los meses de verano.

La falta de agua est¨¢ afectando tambi¨¦n al desarrollo de los vi?edos, as¨ª como al olivar en las zonas m¨¢s productoras donde se teme que la buena floraci¨®n de los ¨¢rboles se acabe perdiendo, lo que afectar¨ªa al precio del aceite ante una cosecha la baja y por la falta de existencias.

La inexistencia de lluvias est¨¢ causando tambi¨¦n perjuicios las caba?as ganaderas extensivas en toda la pen¨ªnsula y conlleva la necesidad de utilizar piensos y transporte de agua en cisternas a las explotaciones. En las provincias del norte, la sequ¨ªa ha reducido a m¨ªnimos los pastos para las explotaciones de vacuno.