La inflaci¨®n golpea a las capas m¨¢s humildes de la sociedad mexicana
Los trabajadores del sector estrictamente informal, casi la tercera parte del total, se llevan la peor parte del alza de precios, superior al 5% interanual
A Heriberto San Mart¨ªn, vendedor ambulante de perritos calientes y hamburguesas de 38 a?os, la inflaci¨®n le est¨¢ pegando duro. "De enero hasta ahora, mi utilidad [beneficio] ha pasado del 50% al 30%", explica al otro lado de su puesto m¨®vil, en plena avenida de los Insurgentes de la Ciudad de M¨¦xico. "Sigo vendiendo todo al mismo precio, pero lo que compro ha subido mucho y mis ganancias, claro, son menos. La gente piensa que los productos de un local son de mayor calidad que aqu¨ª, en la calle, aunque sea cierto: ellos s¨ª pueden subir precios, nosotros no", resume, resignado, intentando hacerse o¨ªr entre el ruido ensordecedor del tr¨¢fico en una de las principales arterias de la capital mexicana.
Los tanques de 10 kilos de gas que utiliza para cocinar en plena calle han aumentado un 5% desde enero ¡ª"ahora el precio var¨ªa d¨ªa a d¨ªa, pero es m¨¢s caro que hace unos meses". Tambi¨¦n se han encarecido los principales ingredientes que utiliza: "El kilo de salchichas me costaba 80 pesos (4,2 d¨®lares); hoy, 85 (4,5). Los sacos de papas tambi¨¦n han subido, de 70 a 75 pesos". Y estacionar en un parking el carrito en el que prepara y vende los alimentos tambi¨¦n ha pasado de 800 a 1.100 pesos. En su caso, el azote inflacionista es doble: su esposa, madre de sus tres hijos de 16, 15 y 12 a?os, tambi¨¦n opera un puesto similar y sus ganancias han ca¨ªdo en id¨¦ntica medida. "Mientras, el transporte y la comida familiar no dejan de subir".
Capear el alza de precios ha sido, durante amplios periodos de la historia reciente de M¨¦xico, una de las actividades cotidianas de sus ciudadanos. A finales de los ochenta la inflaci¨®n lleg¨® a ser de triple d¨ªgito; en los noventa baj¨® a dos d¨ªgitos y ahora, tras casi 10 a?os con los precios bajo control, el tramo inicial de 2017 ha tra¨ªdo de nuevo fantasmas que se cre¨ªan olvidados: azuzado por la depreciaci¨®n del peso,?el ¨ªndice general de precios sube a un ritmo superior al 5,3% interanual, el m¨¢s alto en ocho ejercicios, y empieza a hacer estragos en las capas m¨¢s humildes de una sociedad ya de por s¨ª desigual. Ha regresado, en fin, lo que los economistas suelen calificar "el impuesto de los pobres".
"Hay una relaci¨®n clara entre ingreso e impacto de la inflaci¨®n: cuanto m¨¢s bajo es, m¨¢s da?o hace la subida de precios", explica el director del Centro de Estudios Educativos y Sociales (CEES), Miguel Sz¨¦kely. "Y si se trata de trabajadores informales, mucho m¨¢s. Eso es lo que ha sucedido en anteriores crisis econ¨®micas y lo que est¨¢ ocurriendo ahora".
El primer motivo por el que los mexicanos con menores recursos ¡ªen su mayor¨ªa, como Heriberto San Mart¨ªn, en la informalidad¡ª sufren en mayor medida el azote de la inflaci¨®n es la no alineaci¨®n entre sus ingresos y la subida de precios: a diferencia de los trabajadores formales, casi tres de cada 10 mexicanos trabajan en el sector estrictamente informal y no cuenta con un mecanismo b¨¢sico de protecci¨®n: la revisi¨®n salarial. "Dentro del sector formal, el 36% de los trabajadores ve revisado su salario anualmente seg¨²n lo fijado por la Comisi¨®n Nacional de los Salarios M¨ªnimos, dependiente del Gobierno federal, y el 64% negocia cara a cara con el patr¨®n", explica Raymundo Tenorio, director de la carrera de Econom¨ªa y Finanzas del Instituto Tecnol¨®gico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). Quien m¨¢s quien menos puede, como m¨ªnimo, mantener su poder adquisitivo. "En cambio, para quien est¨¢ en la informalidad, esta revisi¨®n ¡ªsi llega¡ª es mucho m¨¢s tard¨ªa y baja. La inflaci¨®n es, sin lugar a dudas, su mayor enemigo".
Controlar la subida de precios, ¡°la mejor pol¨ªtica p¨²blica¡±
?Qu¨¦ pueden hacer las autoridades mexicanas para hacer algo m¨¢s llevadero el d¨ªa a d¨ªa de quienes m¨¢s ven mermado su poder adquisitivo? Con la incertidumbre procedente de Estados Unidos como daga sobre la econom¨ªa y las finanzas p¨²blicas bajo presi¨®n, los economistas consultados coinciden en que el margen de maniobra por el lado de los subsidios, la palanca tradicionalmente empleada en muchos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, es bajo. "Los apoyos sociales, como el seguro popular ¡ªque cubre a aquellas personas que no est¨¢n afiliadas a la Seguridad Social¡ª o las ayudas que recibe el campo, no son suficientes para hacer frente a la subida de precios", destaca Raymundo Tenorio, del ITESM. "La mejor pol¨ªtica p¨²blica no son los subsidios", concluye Miguel Sz¨¦kely, del CEES. "La mejor pol¨ªtica p¨²blica es, en realidad, la m¨¢s b¨¢sica: lograr controlar la inflaci¨®n". Tarea, fundamentalmente, del Banco de M¨¦xico.
El segundo factor viene por el lado del gasto: los precios de los productos b¨¢sicos han subido por encima de la inflaci¨®n promedio. Y la presencia de estos bienes y servicios en la cesta de consumo de los m¨¢s humildes es muy superior a la de los segmentos m¨¢s acomodados de la poblaci¨®n. En marzo, ¨²ltimo mes completo para el que hay datos, el precio promedio de los 80 bienes y servicios que componen la canasta b¨¢sica [alimentos, vivienda, ropa y calzado, transporte, educaci¨®n y salud, fundamentalmente] creci¨® a un ritmo a un ritmo del 8%. "Es mucho m¨¢s que el 5,35% de subida del ¨ªndice general. Y es la mejor medida para saber c¨®mo les afecta a los m¨¢s humildes", asevera Tenorio. Todas las previsiones apuntan, adem¨¢s, a que, lejos de amainar, las subidas de precios seguir¨¢n al alza en lo que resta de a?o.
Por ¨²ltimo, los m¨¢s pobres y, en especial, los que trabajan en la informalidad, tienen menor acceso a herramientas financieras para resguardar el valor de sus ahorros. Seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles, la mitad de los mexicanos ni siquiera posee una cuenta bancaria; para ellos, proteger sus magros ahorros frente a la subida de precios es misi¨®n imposible: su ¨²nica forma de ahuchar es guardar el dinero bajo el colch¨®n, con la merma que esta lleva aparejada. "Las inversiones, por modestas que sean, retienen valor: una cuenta de ahorro, la compra de una propiedad¡ Pero eso solo es posible hacerlo si se tiene acceso al mercado financiero", subraya Sz¨¦kely.
La divisi¨®n campo-ciudad tambi¨¦n desempe?a un papel importante. "La inflaci¨®n le pega pr¨¢cticamente por igual al trabajador informal urbano y al rural", apunta Jos¨¦ Nabor Cruz Marcelo, profesor de Econom¨ªa Aplicada en la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) especializado en cuestiones de pobreza y desarrollo. Pero en el caso del campo, hay un riesgo adicional: si las remesas procedentes de EE UU ¡ªhasta ahora ilesas al paso del hurac¨¢n Trump¡ª cayeran, miles de familias de los Estados m¨¢s agrarios de M¨¦xico estar¨ªan en riesgo. "Son la principal fuente de ingresos de muchas de ellas, y en plena escalada de precios el da?o ser¨ªa mucho mayor", cierra el acad¨¦mico de la UNAM.
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