Europa entra en su quinto a?o de crecimiento pero la recuperaci¨®n no despega
Bruselas advierte de que la limpieza en el sector bancario no ha acabado y que el paro sigue en niveles elevados
Los riesgos internos se moderan, m¨¢s a¨²n despu¨¦s de la victoria de Emmanuel Macron en Francia y de la constataci¨®n de que el Brexit, de momento, no altera el horizonte econ¨®mico europeo. Los riesgos geopol¨ªticos externos siguen siendo lo m¨¢s preocupante, pero ni se han materializado en Estados Unidos ni parece que China vaya a provocar quebraderos de cabeza. La eurozona ha entrado en su quinto a?o de crecimiento, aunque el apellido m¨¢s adecuado para la recuperaci¨®n sigue siendo mediocre, seg¨²n las previsiones de primavera de la Comisi¨®n Europea. No hay signos de aceler¨®n: los vientos de cola se compensan con las debilidades y vulnerabilidades propias de la salida de la mayor crisis en d¨¦cadas. Tras un 2016 complicado, el PIB del euro sigue rondando una velocidad de crucero cercana al 2%: la eurozona crecer¨¢ el 1,7% este a?o y el 1,8% el pr¨®ximo, con todos sus pa¨ªses, incluyendo Grecia, en territorio positivo.
Varios pa¨ªses peque?os registran ya tasas de crecimiento del 4% (Irlanda, Malta, Luxemburgo). Entre los grandes, Espa?a es el m¨¢s destacado, con un avance del PIB del 2,8% este a?o, tal como avanza hoy EL PA?S. Pero Europa es fiel a sus fundamentos: la eurozona baila al son de Alemania, que crecer¨¢ el 1,6% y el 1,9%, para lo bueno (con un mercado de trabajo que roza el cielo del pleno empleo) y para lo malo (con un super¨¢vit comercial que supera con creces el 8% del PIB y que desequilibra a toda Europa). Sufre con Francia, que aun as¨ª acelera levemente con un crecimiento del 1,4% este a?o y del 1,7% en 2017. Y reza para que la crisis del euro no vuelva por el flanco de Italia, que lleva 15 a?os estancada y no consigue sacar la cabeza: el PIB transalpino crecer¨¢ alrededor del 1% en los dos pr¨®ximos a?os, lastrado por una monta?a de cr¨¦ditos t¨®xicos que demandan una soluci¨®n que nunca termina de llegar.
Las previsiones trazan el mapa de los miedos de Europa. Muchos de ellos no han cristalizado en los ¨²ltimos meses complicados por el Brexit, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y el tir¨®n de los populismos. Pero Bruselas desconf¨ªa. Lejos de cantar victoria, lo m¨¢s destacado del documento que presentan hoy el vicepresidente Valdis Dombrovskis y el comisario Pierre Moscovici son los lamentos de su economista jefe, el italiano Marco Buti: "La recuperaci¨®n sigue siendo incompleta". La inversi¨®n sigue muy lejos de recuperarse, la situaci¨®n de los bancos en varios pa¨ªses (Italia, Portugal) no permite acompa?ar la reactivaci¨®n, y el mercado laboral mejora pero "la tasa de paro sigue siendo elevada y las horas por trabajador son se han recuperado", avisa.
Bruselas, en fin, advierte de que el legado de la Gran Crisis es tozudo y se resiste a aflojar. La recuperaci¨®n no es todav¨ªa lo suficientemente autosostenida como para que el BCE levante el pie del acelerador de la pol¨ªtica monetaria. El Eurogrupo se neg¨® a aprobar un est¨ªmulo de apenas el 0,5% del PIB para el conjunto de la eurozona, con lo que Draghi est¨¢ solo ante el peligro; as¨ª ha sido durante toda la Gran Recesi¨®n. La limpieza del sector bancario no se ha completado, en lo que quiz¨¢ supone el principal riesgo econ¨®mico.
El resto de preocupaciones son pol¨ªticas: puede que la burbuja populista est¨¦ pinchando despu¨¦s de las elecciones holandesas y francesas, pero los argumentos que han dado alas a los ultras siguen ah¨ª. Una parte de los europeos recela del cambio tecnol¨®gico y de la globalizaci¨®n, que deja tanto ganadores como perdedores. Para acabar con eso, Bruselas apuesta por un c¨®ctel: est¨ªmulos fiscales, reformas y pol¨ªticas monetarias expansivas. Los est¨ªmulos fiscales no aparecen, las reformas han perdido pujanza.
Queda Draghi, que ayer sufri¨® un vapuleo en el Parlamento holand¨¦s, criticado en los pa¨ªses acreedores por sus tipos de inter¨¦s negativos y su pol¨ªtica de compra de activos. Al cabo, ese era y es el problema: el Norte de Europa quiere unas pol¨ªticas econ¨®micas y el Sur necesita otras; esas divergencias, lejos de recortarse, se ampl¨ªan. A pesar de las propuestas de Emmanuel Macron, que han encontrado en Berl¨ªn el sempiterno nein. Macron, por cierto, tiene trabajo: el d¨¦ficit franc¨¦s superar¨¢ el 3% del PIB en 2019, lo que dejar¨ªa a Par¨ªs como el ¨²nico pa¨ªs del euro en el brazo correctivo del Pacto de Estabilidad.
Guindos saca pecho con las previsiones
En su cuarto a?o de expansi¨®n, las previsiones de Bruselas y de Espa?a empiezan a parecerse. La Comisi¨®n pronostica que la econom¨ªa espa?ola crecer¨¢ el 2,8% este a?o, una d¨¦cima m¨¢s que el Gobierno. El d¨¦ficit se ir¨¢ al 3,2% del PIB, apenas una d¨¦cima por encima de lo previsto. ¡°Son buenas noticias¡±, asegur¨® el comisario Pierre Moscovici, que permitir¨ªan bajar del sacrosanto 3% de d¨¦ficit el a?o que viene.
El ministro espa?ol, Luis de Guindos, se congratul¨® de la revisi¨®n al alza de las previsiones de Bruselas. ¡°El crecimiento es m¨¢s intenso, y tambi¨¦n m¨¢s equilibrado¡±, destac¨®. La creaci¨®n de empleo permitir¨¢ reducir el paro por debajo del 16% en 2018, su nivel m¨¢s bajo desde 2009.
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