El cr¨¦dito, un arma de doble filo
Los bancos han abierto el grifo del cr¨¦dito a empresas y familias. Desde el inicio del a?o, el volumen total de pr¨¦stamos ha aumentado en 6.000 millones de euros, es decir un 0,5% anual. Aunque modesta en su cuant¨ªa, esta evoluci¨®n representa un cambio significativo de tendencia. En efecto, se revierte el proceso de contracci¨®n del cr¨¦dito que ven¨ªa produci¨¦ndose, casi sin interrupci¨®n, desde el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Es crucial que fluya el cr¨¦dito para sostener la inversi¨®n, las exportaciones y la actividad econ¨®mica. Durante los dos ¨²ltimos a?os, los nuevos pr¨¦stamos ven¨ªan creciendo con intensidad, lo que en buena medida explica la recuperaci¨®n econ¨®mica. Sin embargo, muchas entidades decidieron no renovar los antiguos cr¨¦ditos, ya sea porque los consideraban de dudoso valor o debido a que los pr¨¦stamos agotaban su plazo natural. Poco a poco las nuevas contrataciones han ido ganando peso sobre aquellas que venc¨ªan.
No obstante, la calidad de los pr¨¦stamos es aun m¨¢s importante que su volumen. Durante los a?os 2005-2007, en plena euforia alcista, el volumen de cr¨¦dito se duplic¨®. Esto es, aument¨® en torno a un bill¨®n de euros, lo que equivale a un a?o de riqueza nacional, algo sin precedentes en la historia econ¨®mica reciente. Sin embargo, esos pr¨¦stamos alimentaron la burbuja y no sirvieron para mejorar la capacidad productiva del pa¨ªs. Prueba de ello es que la productividad se ha estancado.
?ndice de producci¨®n industrial
El IPI, corregido de efectos estacionales y de calendario, aument¨® en abril un 0,1% con respecto a marzo, y un 0,7% con respecto a un a?o antes. Esta evoluci¨®n moderada contrasta con otros indicadores de actividad, que apuntan a una aceleraci¨®n del crecimiento econ¨®mico. As¨ª pues, los ¨ªndices de confianza en la industria y de cartera de pedidos anuncian una actividad elevada. Los ciclos de producci¨®n en el sector del autom¨®vil, de gran peso en la industria, podr¨ªan contribuir a explicar la discrepancia entre actividad registrada y perspectivas de crecimiento. Seg¨²n ANFAC, el lanzamiento de nuevos modelos va a reactivar la producci¨®n en los pr¨®ximos meses.
Para que el cr¨¦dito sea de calidad, es decir evolucione de forma ¨²til para la econom¨ªa y la sociedad, es esencial prevenir excesos en la toma de riesgo por parte de las instituciones financieras. Sin duda, el riesgo es algo inherente a la actividad del banquero, que trasforma dep¨®sitos a corto plazo en pr¨¦stamos a largo plazo. Por definici¨®n, adem¨¢s, nadie puede garantizar por completo la devoluci¨®n del cr¨¦dito. A¨²n as¨ª, ese riesgo s¨ª que se puede contener.
Primero, las entidades deben disponer de un colch¨®n de capital que les permita asumir las consecuencias de sus inversiones, en la medida de lo posible, y a la vez hacer frente a las necesidades de liquidez. En este ¨¢mbito, la normativa espa?ola se ha endurecido sustancialmente, en l¨ªnea con las recomendaciones internacionales. Adem¨¢s, los balances se han saneado, con el apoyo del Estado y del contribuyente, y mediante procesos de reestructuraci¨®n que han provocado la desaparici¨®n de entidades insolventes.
Lo demuestra la ca¨ªda de Popular, intervenido esta semana. En contra de lo que se anticipaba, este saneamiento no hab¨ªa tocado su fin. El volumen de cr¨¦ditos irrecuperables, consecuencia de la crisis del ladrillo, era mayor de lo esperado, lo que ha acabado por generar la desconfianza entre los accionistas y una fuga de dep¨®sitos hacia otras entidades.
En segundo lugar, la sostenibilidad de la actividad crediticia requiere de un seguimiento estricto de la calidad de la cartera de pr¨¦stamos. El caso de Popular es sintom¨¢tico de que los controles no han funcionado adecuadamente. La Autoridad Bancaria Europea, que es la instituci¨®n encargada de realizar los test de estr¨¦s, concluy¨® en julio pasado que ¡°los resultados en la prueba de las entidades espa?olas muestran un grado de resistencia apreciable, superando con holgura los requerimientos de capital utilizados como referencia en pruebas de resistencia anteriores¡±. Las conclusiones de la ABE se basan en un an¨¢lisis pormenorizado de las seis principales entidades espa?olas, incluido Popular.
El lado positivo de la crisis de Popular es que su resoluci¨®n se ha realizado de forma transparente, en cooperaci¨®n con las instituciones europeas y sin aportaci¨®n alguna del contribuyente. Algo que contrasta con la crisis prolongada ¡ªy costosa para el erario p¨²blico¡ª del sector financiero italiano.
En suma, la reactivaci¨®n del cr¨¦dito es una buena noticia para la econom¨ªa espa?ola. Pero la crisis de Popular muestra que algo falla en la supervisi¨®n, tanto a nivel nacional como europeo. El seguimiento cualitativo de la actividad crediticia debe mejorar. Como m¨ªnimo, se necesita una reformulaci¨®n de los test de estr¨¦s de las entidades o su sustituci¨®n por otro mecanismo que genere confianza.
Raymond Torres, Director de coyuntura de Funcas, @RaymondTorres_
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