?Yo quiero trabajar ah¨ª!
Las compa?¨ªas con un fuerte prestigio como empleador son un destino prioritario para muchos profesionales
De ni?a, en su Leverkusen (Alemania) natal, Monika Nolte garabateaba sus dibujos infantiles en libretas con la caracter¨ªstica cruz de Bayer en el membrete. Su padre, como muchas otras personas en la ciudad, trabajaba para el gigante farmac¨¦utico creador de la aspirina. ¡°Fue directivo durante 30 a?os en Alemania, Guatemala, Ecuador, Espa?a y Argentina. Tambi¨¦n mi madre fue secretaria en Bayer durante un tiempo¡±, recuerda. Con semejantes antecedentes familiares, Monika no albergaba ninguna duda acerca de la compa?¨ªa en la que quer¨ªa estar cuando llegara el momento de incorporarse al mercado laboral. ¡°?C¨®mo no iba a llevar a esta empresa en el coraz¨®n?¡±, dice la que hoy, con 47 a?os, es miembro del departamento de Comunicaci¨®n de Bayer Espa?a. ¡°Para m¨ª estaba claro que alg¨²n d¨ªa trabajar¨ªa en Bayer; es que ni me planteaba otra opci¨®n¡±, zanja. ¡°Cuando lo consegu¨ª, fue como un sue?o hecho realidad¡±.
El caso de Monika no es tan raro como pudiera parecer. Algunas empresas han conseguido trascender su dimensi¨®n de puros agentes econ¨®micos, convirti¨¦ndose en verdaderos fen¨®menos sociales. Y es que resulta dif¨ªcil no enamorarse un poco del tecnodise?o de Apple, de la omnisciencia de Google, de la osad¨ªa de Tesla o del poder¨ªo espa?ol de Inditex. Empezando por sus propios empleados. Algunos, incluso desde mucho antes de serlo. ¡°La clave para que una compa?¨ªa se convierta en ic¨®nica es su capacidad para construir una marca de empleador aut¨¦ntica y consistente que sabe comunicar con ¨¦xito. Esta identidad est¨¢ habitualmente vinculada a la creatividad, a contar con un prop¨®sito apasionante y a los entornos de aprendizaje acelerado¡±, resume Salvador Ib¨¢?ez, director de Top Employers Institute Espa?a.
Predestinado para Coca-Cola
Cuando una marca es tan ubicua como Coca-Cola, es dif¨ªcil escapar a su influjo. Y m¨¢s cuando tienes que pasar por delante de una de sus plantas embotelladoras todas las ma?anas, camino del colegio. Fue lo que le sucedi¨® a Daniel Oltra (38 a?os), jefe de An¨¢lisis de Mercado en Coca-Cola European Partners Iberia. ¡°De ni?o ve¨ªa salir y entrar a los camiones rojos por mi calle e imaginaba c¨®mo ser¨ªa trabajar en la marca m¨¢s reconocida del mundo¡±. Tuvo la oportunidad de averiguarlo a?os despu¨¦s, durante las pr¨¢cticas universitarias que realiz¨® en una de las concesionarias de la compa?¨ªa de refrescos. ¡°Me enganch¨® tanto que mi entorno empez¨® a darme toques de atenci¨®n. Me dec¨ªan que no hablaba de otra cosa¡±, rememora.
Al terminar la carrera, fue contratado por Dia. Pero tambi¨¦n all¨ª la sombra de Coca-Cola era alargada. ¡°Era uno de los proveedores con los que m¨¢s contacto ten¨ªa¡±, explica Oltra. Cinco a?os despu¨¦s surgi¨® la oportunidad de regresar. ¡°Es una empresa donde tienes la posibilidad de llevar a cabo cualquier proyecto que te propongas. Si tiene sentido y encaja, se puede hacer¡±. Tiempo despu¨¦s descubri¨® que el abuelo de su esposa tambi¨¦n hab¨ªa trabajado en Coca-Cola. ¡°?Estaba predestinado?... pues algo de eso hay¡±.
Aunque hace a?os esos factores de fascinaci¨®n eran otros. En los noventa, a los j¨®venes consultores de firmas como Arthur Andersen (los ¡°arturitos¡±) parec¨ªa no importarles enfrentarse a jornadas laborales de 16 horas o sacrificar fines de semana. Era el precio que pagaban por pertenecer a una ¨¦lite. Almudena Rodr¨ªguez Tarodo, profesora de Employer Branding Academy y de la Universidad Europea de Madrid, cree que a los valores de atracci¨®n tradicionales, como retribuci¨®n y desarrollo de carrera, se han sumado ahora otros nuevos que han irrumpido con fuerza entre las nuevas generaciones: ¡°Fundamentalmente, flexibilidad e innovaci¨®n, ambas asociadas, en muchos casos, con empresas tecnol¨®gicas. Por eso son tan atractivas¡±, afirma.
Que un aspirante muestre abiertamente sus simpat¨ªas por la empresa puede ayudarle durante el proceso de selecci¨®n. ¡°Una ambici¨®n tan clara es garant¨ªa de un alt¨ªsimo compromiso por parte del candidato, de su pasi¨®n e inter¨¦s genuino en nuestro negocio y de que tiene una identificaci¨®n muy fuerte con nuestros valores. Y esos son los verdaderos motores de un equipo de alto rendimiento¡±, destaca Ricardo Bacchini, director de Recursos Humanos y Organizaci¨®n de Volkswagen - Audi Espa?a.
Noelia de Lucas, directora comercial de Hays Espa?a, recomienda dise?ar una estrategia de aproximaci¨®n a la empresa so?ada que haga visible ese grado de identificaci¨®n del candidato con la marca. Llevar a la entrevista de trabajo sus dispositivos o productos, participar en eventos organizados por la compa?¨ªa, contactar con personas influyentes de su organigrama o seguir y comentar sus actividades en las redes sociales son algunas de las v¨ªas para hacer patente ese inter¨¦s. ¡°Se trata de activar el efecto bola de nieve, de asegurarnos de que creamos un impacto viral y positivo en ese empleador¡±, concluye. Eso s¨ª, sin volverse loco. Porque centrarse demasiado en una ¨²nica opci¨®n puede cerrar otras puertas interesantes. ¡°Las personas que est¨¢n focalizadas en un objetivo, siempre que este sea realista, a menudo lo consiguen. Pero no puede convertirse en una obsesi¨®n. Si despu¨¦s de un tiempo prudencial vemos que nuestra primera opci¨®n no cuaja, habr¨¢ que contemplar otras alternativas¡±, a?ade esta especialista.
Idealizaci¨®n y valores
¡°Cuando alguien decide que quiere trabajar en una determinada empresa, lo hace pensando en los valores que transmite. Por eso es importante mostrar una imagen realista de la compa?¨ªa, para no crear falsas expectativas¡±, afirma Ricardo Bacchini. Es frecuente, sin embargo, que se tienda a idealizar a estos focos de atracci¨®n de talento. ¡°Esa primera impresi¨®n puede impulsar al profesional a tomar una decisi¨®n sin sopesar bien los pros y contras¡±, advierte Rodr¨ªguez Tarodo. Esta experta aconseja intentar poner en cuarentena el factor emocional hasta contar con m¨¢s elementos de juicio. ¡°Hoy es posible acceder a mucha informaci¨®n que complemente esa primera emoci¨®n: la opini¨®n de los empleados en las redes sociales, de amigos o conocidos que conozcan la empresa, memorias, rankings¡¡±
Porque raramente las cosas son tan bonitas como parecen. Burocracia, politiqueo, incoherencia¡ Una vez dentro, comenzar¨¢ la fase de desmitificaci¨®n. Si la compa?¨ªa ha hecho bien sus deberes, no habr¨¢ demasiado desfase entre expectativas y realidades. ¡°Lo que funcione muy bien, te chiflar¨¢, pero seguro que hay otras cosas que no te convenzan tanto¡±, comenta Noelia de Lucas. ¡°A medida que pase el tiempo, ese fen¨®meno fan ir¨¢ decayendo y empezar¨¢s a verlo todo desde una perspectiva m¨¢s racional¡±.
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