Pioneras, creativas y brillantes: las mujeres de Silicon Valley se reivindican
Latinas y espa?olas en la meca de la tecnolog¨ªa huyen de victimismos y quieren ocupar un lugar relevante en una industria pr¨®spera pero complicada
Las mujeres son pioneras en el mundo de la programaci¨®n inform¨¢tica, pero la realidad les discrimina. La reciente pel¨ªcula Figuras Ocultas (Hidden Figures en su t¨ªtulo original) refleja muy bien c¨®mo fue la labor de las matem¨¢ticas afroamericanas que fueron capaces de llevar al hombre al espacio. Empleadas de la NASA e ignoradas tiempo despu¨¦s. Un reconocimiento tard¨ªo pero necesario. El lenguaje de programaci¨®n Cobol, publicado en 1959, hace que, todav¨ªa hoy, funcione el sistema bancario mundial. Lo invent¨® una mujer ingeniera Grace Hopper.
Todos estos avales, estos cimientos, no han servido para que las mujeres se hagan un hueco en la inform¨¢tica y la tecnolog¨ªa. Han sido pioneras en un mundo que hoy les vuelve la espalda. En el lugar m¨¢s avanzado del mundo en materia de innovaci¨®n, Silicon Valley, los prejuicios siguen vivos. El esc¨¢ndalo m¨¢s reciente se vivi¨® en Google, donde un empleado difundi¨® un manifiesto donde cuestionaba las pol¨ªticas de igualdad de la empresa y criticaba las habilidades de sus compa?eras. No es un caso aislado. Hace un a?o Zenefits se vio envuelta en un esc¨¢ndalo de acoso. La profunda investigaci¨®n de Uber est¨¢ dejando un reguero de pr¨¢cticas humillantes acentuadas por una brecha salarial de m¨¢s del 20%.
En Silicon Valley las mujeres son minor¨ªa, representan el 35% de la fuerza laboral y casi siempre ocupan puestos no t¨¦cnicos. Esto no impide que lleguen a la capital tecnol¨®gica con la ambici¨®n de cumplir sus sue?os. Las que est¨¢n, brillantes y con historias de superaci¨®n, hacen camino en un campo que les vuelve la espalda. EL PA?S ha sentado a un grupo de latinas e hispanas que marcan el paso en este sector para compartir su experiencia, inquietudes y dificultades. Conversan, se re¨²nen y debaten. Todas forman parte de Latinas in Tech. Lo que comenz¨® como un grupo de Facebook se ha convertido en un movimiento que celebrar¨¢ su primera gran convenci¨®n a finales de septiembre. Ni el victimismo, ni el ¨¢nimo de revancha tienen cabida en el colectivo. Todas se han hecho una promesa, ayudar a las que se suman y evitar, dentro de lo posible, que pasen por los mismos malos tragos que ellas.
¡°El cambio cultural es brutal. Deber¨ªa valorarse el trabajo de la persona, sin fijarse en el pa¨ªs de origen ni el g¨¦nero. Y contar con el apoyo de los hombres ayudar¨ªa¡±, a?ade Bel¨¦n Cruz (Murcia, 1987), programadora de aplicaciones m¨®viles en Groupon. Fue la primera chica del programa J¨®venes con Futuro, que trae a ingenieros espa?oles a empresas de la zona. Lleg¨® a San Francisco para trabajar en una firma que compr¨® el gigante de los descuentos.
"Viejos errores"
Isabel Arcones (Madrid, 1964) va m¨¢s all¨¢: ¡°El problema es que se est¨¢n creando nuevas empresas cometiendo viejos errores. No entiendo c¨®mo en el siglo XXI no son los hombres los que se rebelan contra una desigualdad. Aqu¨ª parece que todo el mundo mira para otro lado¡±. Ella lleg¨® hace nueve a?os. Su mente es la de una programadora, confiesa que ve el mundo en unos y ceros. Tras crear OnPublico, dedicada al periodismo ciudadano, acaba de lanzarse con 10Darts, que ofrece soporte a clientes con inteligencia artificial.
La mexicana Roc¨ªo Medina (Davis, 1980), la latina que ostenta un cargo de rango m¨¢s alto, directora de m¨¢rketing de producto en Prezi, una start up de gran crecimiento y popularidad, aborda un debate recurrente, las cuotas: ¡°Los que tienen miedo de perder su estatus son los que promueven que se eliminen. Es un reflejo de su inseguridad, de defender los privilegios del hombre blanco, pero a la vez me da mucha pena que todas sintamos esa presi¨®n de tener que demostrar la val¨ªa siempre¡±.
Su vida ha transcurrido a ambos lados de la frontera. Estudi¨® en el Instituto Tecnol¨®gico de Monterrey. "Esto es s¨²per exclusivo. Aqu¨ª compites con miles de personas por el mismo puesto. Es importante hacerlo bien, porque tiene un impacto y los ojos est¨¢n puestos en nosotras", confiesa de su experiencia en Silicon Valley.
Desconfianza de los inversores
Paola Santana (Santo Domingo, 1986) supo que la idea que ten¨ªa en mente era v¨¢lida cuando Amazon anunci¨® que iba a repartir los paquetes con drones. Los inversores les dieron su apoyo. Decidi¨® cambiar el mundo enviando medicinas con drones a zonas remotas del mundo. No le fue f¨¢cil. Es habitual: un estudio de Ernst & Young concluye que solo el 1% de los recursos del capital riesgo financia proyectos de mujeres. Pero ah¨ª llegaron los problemas. ¡°A m¨ª me gusta trabajar en equipo, pero al consejero delegado se le ve como omnipotente, agresivo, unipersonal. Me daba cuenta de que se cuestionaba todo, de que primero me quer¨ªan ayudar para despu¨¦s irme quitando poder. Nos faltan modelos para seguir. Pienso mucho en c¨®mo ser mujer y mandar¡±.
Tratar con los inversores tambi¨¦n fue complicado para Agustina Sartori (Montevideo, 1987). Tuvo que hacer una peregrinaci¨®n por Sand Hill Road, la calle de los inversores, esperar, insistir y contestar muchas preguntas: "Yo iba a contar mi plan de negocio y mi idea¡±. Finalmente logr¨® dos millones de d¨®lares para su proyecto, GlamStreet, una start up de belleza que tiene acuerdos con grandes del sector.
Todas reclaman un margen para aprender y mejorar, para crear una nueva forma de liderazgo sin imitar los roles masculinos. "Cuando estaba en Espa?a, como directiva, hubo momentos en que saqu¨¦ lo peor de m¨ª. La presi¨®n por ser ejecutivo y mujer te hace una bestia", reconoce Arcones. Santana entiende su posici¨®n: "Es que lo f¨¢cil es volver a lo aprendido. No s¨¦ sabe qu¨¦ es una mujer l¨ªder. Hacen falta ejemplos. Si no hay una mu?eca Barbie negra, nunca vas a quererla. No te reconoces en lo que no has visto".
La maternidad y el equilibrio entre vida personal y laboral es una de sus grandes inquietudes. Sheryl Sandberg, n¨²mero dos de Facebook, aboga por hombres implicados que compartan tareas. Marissa Mayer, exdirectiva de Google y reciente CEO de Yahoo!, puso una cunita en su despacho a los pocos d¨ªas de nacer su beb¨¦. Un ejemplo que dio la vuelta al mundo.
A Arcones no le gust¨® demasiado el gesto: "Esa imagen nos perjudica. Ya cansa ver a s¨²per mujeres que pueden con todo y salen perfectas. Es necesario que digan que cuentan con ayuda, con asistentes, con una red de soporte como yo tengo. Porque lo contrario solo causa frustraci¨®n al ver que t¨² no eres capaz".
En cambio, a Medina, madre de dos ni?os, el de Sandberg le parece un ejemplo inspirador. Siente que es posible compatibilizar si la familia y esposo ayudan. "No hace falta tener s¨¦quito, pero con apoyo, se puede", reafirma.
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