Un impacto desigual

Todos los desastres naturales generan un tremendo sufrimiento humano. Ese debe ser siempre el primer foco de atenci¨®n de cualquier an¨¢lisis. Hay que centrar los esfuerzos en c¨®mo auxiliar, contener y ayudar a recuperarse a las poblaciones afectadas. Es por ello que el balance de un desastre natural es siempre negativo.

Sin embargo, desde la investigaci¨®n econ¨®mica es interesante analizar el impacto que tienen sobre el crecimiento econ¨®mico. Y aqu¨ª es donde, junto con otros colegas, hemos contribuido a analizar si todos los desastres naturales son iguales respecto a su impacto econ¨®mico en el medio y largo plazo. Porque en el corto plazo son siempre negativos.

Nuestro estudio ha mostrado, en primer lugar, que los desastres naturales afectan al crecimiento econ¨®mico de mediano y largo plazo, pero no siempre negativamente. Los efectos difieren entre los tipos de desastres y los sectores econ¨®micos. No hay raz¨®n para suponer que las cat¨¢strofes afectar¨¢n por igual a la agricultura, industria y servicios. Las tormentas pueden infligir da?os considerables en las cosechas, la propiedad y la infraestructura, por lo que tender¨¢n a reducir temporalmente el crecimiento agr¨ªcola. Pero al mismo tiempo podr¨ªan impulsar el crecimiento industrial a trav¨¦s de la reconstrucci¨®n y actualizaci¨®n del stock de capital.

En segundo lugar, algunos desastres moderados pueden tener secuelas positivas en algunos sectores. Por ejemplo, la destrucci¨®n del capital f¨ªsico puede inducir una actualizaci¨®n acelerada del stock existente con capital m¨¢s moderno y productivo, acelerando as¨ª temporalmente el crecimiento.

Pero, seg¨²n nuestros resultados, los desastres graves nunca tienen efectos positivos. Mientras que las tormentas moderadas pueden impulsar el crecimiento industrial, este efecto se vuelve negativo en el caso de las severas. En otras palabras: si bien las tormentas y terremotos moderados pueden tener un efecto beneficioso de reconstrucci¨®n sobre el crecimiento industrial, los eventos severos son tan devastadores que la p¨¦rdida de capital no se compensa con el aumento de la utilizaci¨®n de la capacidad, disipando as¨ª las ganancias potenciales

De aqu¨ª se puede concluir que el impacto sobre el crecimiento de desastres recientes como los huracanes Irma y Harvey va a depender de la gravedad en cada zona afectada.

El tercer hallazgo es que el crecimiento en los pa¨ªses en desarrollo es m¨¢s sensible a los desastres naturales que en los desarrollados, con m¨¢s sectores afectados. ?Por qu¨¦? Por un lado, un pa¨ªs desarrollado generalmente tiene un sistema financiero m¨¢s desarrollado, lo que permite financiar m¨¢s r¨¢pidamente la reconstrucci¨®n. Segundo, los desastres naturales generan una disrupci¨®n tal que hace necesario reasignar recursos (capital humano y f¨ªsico) de un sector a otro. Por lo que los pa¨ªses que pueden hacerlo con mayor facilidad se recuperar¨¢n m¨¢s r¨¢pidamente. Y los Estados con menores ingresos son muy poco eficaces en reasignar sus factores de producci¨®n a un uso m¨¢s eficiente. Esta es, en definitiva, una de las causas iniciales de su menor desarrollo.

As¨ª, se puede concluir que el impacto negativo de, por ejemplo, el hurac¨¢n Irma sobre el crecimiento ser¨¢ mayor en las zonas afectadas que tienen menor desarrollo econ¨®mico. Y ello pese a que la p¨¦rdida de capital podr¨ªa haber sido mayor precisamente en esas ¨¢reas.

Eduardo Olaberria es economista senior del Banco Mundial