El inexistente expolio fiscal a Catalu?a
Ni ahora se roba a los catalanes, ni la independencia traer¨¢ un excedente fiscal. La comunidad solo puede quejarse de estar ligeramente peor financiada que la media
?Recibe Catalu?a un trato fiscal justo? ?Est¨¢ mal financiada? ?Servir¨ªa el d¨¦ficit fiscal, cifrado por la Generalitat en 16.000 millones, para generar un dividendo que podr¨ªa gastarse en el supuesto de la independencia? En el debate sobre los recursos de las comunidades se confunde interesadamente la financiaci¨®n auton¨®mica, el beneficio econ¨®mico de la secesi¨®n y las balanzas fiscales o diferencias entre lo que se aporta y recibe. Ni hay un expolio a los catalanes, ni una Catalu?a escindida disfrutar¨ªa de un gran excedente fiscal. No obstante, la comunidad s¨ª que est¨¢ ligeramente peor financiada que la media, aunque mejor que otras como Valencia y Murcia y en niveles similares a Madrid y Andaluc¨ªa. Tambi¨¦n se podr¨ªan mejorar las inversiones, si bien estas suponen cantidades muy inferiores a las que recibe Catalu?a por la financiaci¨®n para pagar servicios. Desde 1995, estas se sit¨²an por debajo de la media nacional en relaci¨®n al PIB y a los habitantes, pero no respecto a la superficie.
La Generalitat siempre ha empleado los datos de las balanzas fiscales para trasladar a la opini¨®n p¨²blica que Catalu?a est¨¢ maltratada fiscalmente. Pero en Espa?a existe un sistema tributario progresivo, y eso significa que los que m¨¢s ganan pagan m¨¢s impuestos. De ah¨ª que el d¨¦ficit fiscal de Catalu?a simplemente sea el reflejo de que es un territorio m¨¢s rico. ¡°Si aplic¨¢ramos la misma l¨®gica de la Generalitat, los contribuyentes que m¨¢s impuestos pagan deber¨ªan recibir m¨¢s contraprestaciones¡±, dice Almudena Semur, del Instituto de Estudios Econ¨®micos.
La cuesti¨®n entonces consiste en analizar si ese d¨¦ficit fiscal resulta excesivo. Y las comparaciones no parecen apuntar a eso. La situaci¨®n catalana no es muy distinta de las de otras regiones espa?olas o extranjeras con niveles similares de renta sobre la media nacional. En los ¨²ltimos a?os, los d¨¦ficits fiscales por habitante de Madrid y Baleares han superado los de Catalu?a. ¡°Existe una relaci¨®n inversa entre el PIB per c¨¢pita y el saldo fiscal. Cuanto m¨¢s alto es el PIB per c¨¢pita, peor es el saldo fiscal¡±, apunta ?ngel de la Fuente, un experto en la materia reconocido incluso por los independentistas y autor de las balanzas fiscales elaboradas por Hacienda. En esta comparativa, lo extraordinario es el caso de Pa¨ªs Vasco y Navarra, que pese a ser regiones ricas presentan super¨¢vit fiscal. El motivo es que las comunidades forales recaudan los impuestos, y luego pagan al Estado una cantidad por los servicios que les presta. Seg¨²n el consenso de los expertos, esa cifra se ha fijado demasiado baja.
Una comparaci¨®n internacional se antoja mucho m¨¢s dif¨ªcil de hacer, ya que Espa?a era el ¨²nico pa¨ªs que publicaba las balanzas fiscales con cifras oficiales. Solo Reino Unido ha hecho ese ejercicio justo este verano y sale, como es l¨®gico, que Londres da mientras que los dem¨¢s reciben. Respecto al resto, existen estudios privados llevados a cabo en pa¨ªses como Italia, Canad¨¢ o Australia que revelan d¨¦ficits fiscales similares. Algunas de las estimaciones de d¨¦ficit fiscal m¨¢s llamativas son estudios de parte de regiones ricas empleados para reivindicar mejoras de financiaci¨®n. En definitiva, el d¨¦ficit fiscal catal¨¢n no parece una anomal¨ªa.
Otra pregunta distinta es si Catalu?a est¨¢ mal financiada. De entrada, la respuesta es s¨ª pero no mucho. Mientras que la capacidad recaudatoria de una comunidad depende de la renta de sus contribuyentes, la finalidad de un sistema de financiaci¨®n consiste en que todos los ciudadanos reciban unos niveles similares de prestaciones. Al valorar los recursos necesarios para prestar servicios similares, hace falta tener en cuenta una serie de variables que encarecen la prestaci¨®n de servicios como el envejecimiento de la poblaci¨®n, la proporci¨®n de ni?os, la dispersi¨®n de los habitantes o la insularidad. El actual sistema espa?ol incorpora todos esos factores, pero no otros que podr¨ªan ser relevantes como los diferenciales de precios entre regiones, algo que reclama Catalu?a, o los diferenciales de renta per c¨¢pita, como piden algunos territorios con menos rentas. En todo caso, este sistema se acord¨® en la ¨²ltima reforma, negociada en 2009 con Catalu?a cuando el consejero de Hacienda era el socialista Antoni Castells, un acad¨¦mico de prestigio.
Y con este sistema de ponderaci¨®n, en las ¨²ltimas balanzas fiscales de Hacienda se normaliza a escala 100 el gasto por habitante igualando las competencias y el esfuerzo fiscal, esto es: 100 representa la media de lo que se gasta por habitante en las autonom¨ªas de r¨¦gimen com¨²n. Y el resultado se resume en que Pa¨ªs Vasco y Navarra son las mejor financiadas de largo, con valores en torno a 200. El resto ronda el 100. Pero hay diferencias. Valencia obtiene 92,2 y Murcia 93,5. Son las peor tratadas. Catalu?a figura a continuaci¨®n con 96,6, pr¨¢cticamente lo mismo que Madrid con 97. Andaluc¨ªa tambi¨¦n aparece por debajo de la media. Es decir, Catalu?a est¨¢ ligeramente infrafinanciada.
?Y cu¨¢nto supone eso?, ?es mucho dinero? De la Fuente hace un ejercicio que arroja cierta luz. A partir de datos oficiales, toma todo el gasto que se considera territorializable. Por ejemplo, no se recogen las partidas de Defensa o Exteriores, que obviamente no obedecen a criterios territoriales. Tampoco figuran las pensiones, que se pagan en funci¨®n de la carrera de cotizaci¨®n personal. Pero s¨ª que se incluyen todas aquellas r¨²bricas que revisten una l¨®gica territorial como la financiaci¨®n auton¨®mica, las ayudas regionales o la inversi¨®n p¨²blica. De la Fuente recopila estos cap¨ªtulos y examina cu¨¢nto difiere de la media el gasto territorializable por habitante sin ajustar, suprimiendo los impuestos propios de las comunidades. Esas ser¨ªan las diferencias de gasto e ingreso en relaci¨®n a la media que habr¨ªa que analizar con cuidado para ver si est¨¢n justificadas y si se precisa corregirlas.
El hallazgo de este ejercicio es que las diferencias son relativamente modestas. Los catalanes quedan por debajo de la media en 207 euros por habitante, lo que supone un d¨¦ficit total de 1.500 millones para Catalu?a. Otras regiones est¨¢n peor. Andaluc¨ªa se sit¨²a 358 euros por debajo de la media por habitante; Murcia con 569 y Valencia con 702. No obstante, si se suman todas las diferencias cuestionables, en el conjunto de Espa?a apenas se llega al 1% del PIB, unos 11.000 millones. Ese es el gasto sobre el que habr¨ªa que poner la lupa y repensar su distribuci¨®n. En cualquier caso, De la Fuente cree que son cantidades asumibles.
?Y ser¨ªa eso un trato justo para los independentistas? Seg¨²n el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, ¡°el m¨¢ximo que pagas deber¨ªa corresponderse con el PIB que produces y el m¨ªnimo que recibes deber¨ªa corresponderse con la poblaci¨®n que representas¡±. De acuerdo con los datos del INE, el PIB de Catalu?a representa el 18,77% del nacional. Y la poblaci¨®n es el 15,98%. Pues bien, seg¨²n los c¨¢lculos elaborados por la propia Generalitat en sus balanzas fiscales, la recaudaci¨®n que aporta Catalu?a ha supuesto entre el 18,89% y el 19,24% del total de Espa?a, dependiendo del m¨¦todo que se tome. Y el gasto se sit¨²a entre el 15,08% y el 13,81% del total. Los datos de Hacienda refrendan estos c¨¢lculos, elevando el peso en el gasto hasta el 15,97%. As¨ª que la diferencia respecto a lo que pide Junqueras es muy escasa o nula. Y en ning¨²n caso se cumple la afirmaci¨®n que siempre repite Junqueras de que Catalu?a contribuye con el 24% y solo recibe el 9%. Tama?a aseveraci¨®n no se corresponde con ning¨²n dato real independientemente del m¨¦todo elegido.
Otro debate diferente es el beneficio econ¨®mico que se obtendr¨ªa si Catalu?a se independizase. Los nacionalistas argumentan que ese saldo fiscal favorable ser¨ªa el dividendo fiscal de la secesi¨®n. Junqueras siempre ha declarado que contar¨ªan con los manidos 16.000 millones. Pero en esas balanzas fiscales no se contabilizan muchas r¨²bricas de gasto estatal que el Govern tendr¨ªa que afrontar por s¨ª solo si se independizase, perdiendo econom¨ªas de escala.
Adem¨¢s, en las balanzas que invoca la Generalitat solo computan los gastos de numerosos organismos del Estado en la medida en que estos tienen sede en Catalu?a. Y ello a pesar de que los catalanes se benefician igual que el resto de la Agencia Espa?ola de Medicamentos, la de Seguridad Alimentaria, el BOE, el Instituto Nacional de Consumo, el de Turismo o el Consejo de Seguridad Nuclear, por decir solo algunos. Tambi¨¦n se ignoran sustancialmente los desembolsos por Defensa, Exteriores o el aparato administrativo central. Por no hablar de que se da por hecho que el nivel de renta en Catalu?a no disminuir¨ªa con la secesi¨®n, algo desde luego muy aventurado.
La propia Generalitat calcul¨® para sus cuentas de 2015 cu¨¢l ser¨ªa el presupuesto de todas las Administraciones en Catalu?a. El conseller que los elabor¨®, Andreu Mas-Colell, asegur¨® que estas ser¨ªan las cuentas catalanas ¡°bajo cualquier orden jur¨ªdico¡±. Es decir, tambi¨¦n bajo la independencia. Y la conclusi¨®n era un excedente de 2.409 millones aun minusvalorando partidas. En cualquier caso, nada que ver con los 16.000 que siempre vende Junqueras.
Una vez liquidados esos presupuestos, el que era n¨²mero dos de M¨¢s-Colell, Albert Carreras, public¨® en una revista acad¨¦mica que el excedente finalmente ascendi¨® a 428 millones. Lo divulgaba para poder decir que una Catalu?a independiente ser¨ªa autosuficiente. Eso s¨ª, en ese ejercicio no cuenta con los problemas que una secesi¨®n a las bravas generar¨ªa de fuga de capitales, tarifas arancelarias o recaudaci¨®n tributaria. Por no mentar una salida del euro o los desembolsos en los que se incurrir¨ªa para crear un Estado. Todo ello empobrecer¨ªa mucho a Catalu?a y Espa?a, evaporando cualquier dividendo fiscal.
Un dinero que no existe
La Generalitat siempre ofrece sus cifras de balanzas con el d¨¦ficit p¨²blico neutralizado o suprimido. Esto es un ejercicio acad¨¦mico leg¨ªtimo para saber cu¨¢l es la situaci¨®n fiscal de Catalu?a con independencia del ciclo econ¨®mico, es decir, en fase de bonanza. Pero Oriol Junqueras ha vendido a los catalanes que dispondr¨ªan de esos 16.000 millones si se escindiesen. Tendr¨ªan hasta una hipoteca pagada, ha dicho. Pero eso no es verdad. Una parte del dinero que reivindican no existe. Al suprimir el d¨¦ficit lo que han hecho es vender el endeudamiento como si fuese un ingreso. Poner un signo m¨¢s donde hab¨ªa un menos. Esa cantidad no existir¨ªa hoy de independizarse. De hecho, solo el sistema de pensiones y prestaciones de desempleo tiene en Catalu?a un agujero de 6.043 millones, seg¨²n las ¨²ltimas balanzas de Hacienda con cifras de 2014.
En lo ¨²nico que tiene un poco de raz¨®n Junqueras es en los datos de inversi¨®n: seg¨²n la Fundaci¨®n BBVA-Ivie, el porcentaje dedicado a Catalu?a de inversi¨®n p¨²blica se sit¨²a en un promedio del 14,6% durante el periodo 1995-2013, una cifra por debajo del PIB y la poblaci¨®n. Sin embargo, guarda relaci¨®n con la extensi¨®n del territorio, un factor tambi¨¦n determinante.?"Vistos estos datos, la inversi¨®n en Catalu?a est¨¢ por debajo de lo que le corresponder¨ªa de acuerdo a su tama?o y poblaci¨®n. A partir de 2004, se observ¨® un punto de inflexi¨®n en el que empieza a subir recuperando posiciones. Sin embargo, desde 2009 se observa un retroceso", explica Matilde Mas, catedr¨¢tica de la Universidad de Valencia e investigadora del Ivie.
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