Tecnolog¨ªas inteligentes al rescate de las ciudades
¡®Big data¡¯, ¡®machine learning¡¯ y nuevas metodolog¨ªas: ejemplos de c¨®mo la innovaci¨®n y la ciencia ciudadana pueden lograr urbes m¨¢s sostenibles
Si hay un mundo en el que es dif¨ªcil imaginar qu¨¦ papel puede tener la alta tecnolog¨ªa es el del reciclaje. Nada m¨¢s lejos de la realidad: la investigaci¨®n y la innovaci¨®n cada vez juegan un papel mayor en la recuperaci¨®n de residuos y la salud de las ciudades. El big data, la inteligencia artificial y el internet de las cosas son armas para optimizar nuestros recursos, que no son infinitos, y utilizarlos de manera m¨¢s racional, virando nuestro modelo de consumo hacia una econom¨ªa circular. Aqu¨ª, tres ejemplos de c¨®mo la tecnolog¨ªa puede ayudar a ciudadanos, empresas y administraciones a vivir en urbes m¨¢s limpias y sostenibles.
El cerebro artificial que reconoce contenedores
Un ni?o aprende el abecedario a base de verlo una y otra vez hasta que lo interioriza y automatiza. Lo mismo ocurre con las redes neuronales inform¨¢ticas, unos sistemas que "aprenden de manera precisa lo que se les quiera ense?ar", explica Juan Jos¨¦ Pantrigo, profesor de la Escuela T¨¦cnica Superior de Ingenier¨ªa Inform¨¢tica de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Pantrigo forma parte del proyecto Contenedor Go, una experiencia piloto desarrollada en TheCircularLab de Ecoembes que conjuga machine learning y visi¨®n artificial para que un cerebro electr¨®nico sea capaz de detectar, distinguir y localizar el elemento que uno desee. En este caso, contenedores de basura.
"Contenedor Go nace para solventar un problema al que administraciones y gestoras del reciclaje se enfrentan: la ubicaci¨®n de los contenedores", explica Lucho Palombarani, del equipo desarrollador. Solo entre amarillos y azules hay m¨¢s de 600.000 en Espa?a. "Existen chips que nos indican su nivel de llenado y posici¨®n, pero por precio y coste de mantenimiento a¨²n no son escalables", detalla. Palombarani y su colegas encontraron una alternativa viable en las redes neuronales. Para explotarla, primero ten¨ªan que capturar im¨¢genes de todos lo contenedores de una ciudad. Eligieron Logro?o, montaron una c¨¢mara en un coche y recorrieron sus calles. El resultado: m¨¢s de 90.000 instant¨¢neas geolocalizadas. El material fue remitido al grupo de investigaci¨®n al que pertenece el profesor Pantrigo, que se encarg¨® de educar este programa inform¨¢tico para que tuviera claro qu¨¦ y qu¨¦ no era un contenedor. "Al principio la m¨¢quina se confund¨ªa con buzones amarillos o se?ales azules", recuerda Valvanera Alonso, otra de las integrantes de la iniciativa. Para minimizar el error, el software tuvo que procesar una enorme cantidad de im¨¢genes de contenedores que, adem¨¢s, ten¨ªan que ser tomadas en un entorno de calle, real, para que el cerebro se acostumbrara a condiciones veros¨ªmiles.
Una vez hecho el trabajo de machine learning, Contenedor Go ha dibujado un mapa de todo el parque de contenedores de Logro?o, algo esencial para la pr¨¢ctica eficiente de empresas de limpieza y administraciones. Sin embargo, la red podr¨ªa aprender otros par¨¢metros y tener m¨¢s utilidades. "Entre otras, distinguir si un contenedor est¨¢ pintado con grafitis, quemado o desbordado", cuenta Gema Anguita, tambi¨¦n parte de la experiencia. "Pero para ello habr¨ªa que grabar todos los contenedores desde una perspectiva que permitiese apreciar estos defectos, y despu¨¦s reentrenar otra vez a la red". Pantriago a?ade otras posibilidades, como la de detectar aparcamientos libres e informar en tiempo real al conductor: "Se ahorrar¨ªan emisiones de CO2 y energ¨ªa y se acortar¨ªa el tiempo b¨²squeda de parking".
Una plataforma abierta para mejorar nuestras ciudades
En urbes como Los ?ngeles, el an¨¢lisis de datos masivo ha logrado que sus calles est¨¦n un 80% m¨¢s limpias. A algo similar aspira Smartwaste, una plataforma de datos abierta y en desarrollo que busca ser una central de informaci¨®n y ciencia ciudadana para administraciones, empresas y usuarios con la que mejorar los procesos de limpieza, recogida de basuras y reciclaje de una ciudad. "La plataforma estar¨¢ conectada a administraciones pero tambi¨¦n, por ejemplo, a agendas culturales", explica Marcos Leyes, desarrollador de MINSAIT, una filial de INDRA especialista en transformaci¨®n digital y una de las art¨ªfices del proyecto. "Podremos prever los puntos calientes de acumulaci¨®n de basuras y definir, entre otras cosas, la flota de camiones necesaria para cubrir la recogida".
La plataforma se alimentar¨¢ de la informaci¨®n que el internet de las cosas y la sensorizaci¨®n puede proveer, como detectores de llenado y sistemas de pesaje en los contenedores. "Tambi¨¦n estar¨¢ abierta a otras fuentes de informaci¨®n, como pueden ser las incidencias que reporten los ciudadanos o las redes sociales", detalla Fernando Sanz, especialista en innovaci¨®n de Ecoembes, tambi¨¦n parte del proyecto.
Sanz considera Smartwaste una soluci¨®n para el quebradero de cabeza al que algunas administraciones se enfrentan: el cumplimiento del trabajo de las contratas. "Pongamos que un Ayuntamiento quiere saber si la contrata est¨¢ recogiendo a las horas fijadas y con la frecuencia establecida", ejemplifica. "Con la plataforma sabr¨ªamos en todo momento qu¨¦ se est¨¢ haciendo en tiempo real. Esto evitar¨ªa mucha log¨ªstica innecesaria". Los actores implicados podr¨ªan adem¨¢s adaptar sus actuaciones en funci¨®n del perfil demogr¨¢fico de una poblaci¨®n o la estacionalidad y simular escenarios especiales, como por ejemplo unas fiestas regionales.
Metodolog¨ªa universal para medir el impacto de los envases
?Cu¨¢nto da?a a la naturaleza la fabricaci¨®n de un recipiente cil¨ªndrico? ?Lo hace m¨¢s que uno c¨²bico? ?Y que uno esf¨¦rico? "El dise?o de un envase determina el 80% del impacto ambiental de un producto", sostiene Ana Rivas, del equipo de desarrollo de Ecoimpact, una metodolog¨ªa pionera que trata de eco-valorar los envases teniendo en cuenta sus impactos en las fases de su ciclo de vida.
La clave est¨¢, seg¨²n Rivas, en recabar la m¨¢xima cantidad de informaci¨®n objetiva sobre el envase y tratarla de manera casi cient¨ªfica. "Despu¨¦s se realizar¨ªa una valoraci¨®n acompa?ada de los puntos cr¨ªticos encontrados y de un listado de recomendaciones para que los envasadores puedan incluirlas en su fase de dise?o", ampl¨ªa la investigadora. Sin olvidar, eso s¨ª, la funcionalidad del recipiente: "Se est¨¢ potenciando la evaluaci¨®n de casos de sobreenvasasdo y de envases que, aunque por desgracia a¨²n no cuentan con una alternativa de reciclado, cumplen una misi¨®n muy importante en la preservaci¨®n del producto y la reducci¨®n del desperdicio alimentario".
Ecoimpact, impulsado por Ecoembes y en cuyo proceso participan la C¨¢tedra UNESCO y la organizaci¨®n alemana Fraunhofer, tiene como objetivo final potenciar los envases sostenibles. ¡°Para realizar la eco-valoraci¨®n se tiene en cuenta c¨®mo encaja el envase en el fomento de una econom¨ªa circular, si est¨¢ alineado con las reglas de ecodise?o y cu¨¢l es su impacto en el sistema de gesti¨®n de los residuos¡±, detalla Rivas. Este examen ¨²nico ¡ªque sigue adem¨¢s, seg¨²n Rivas, las pautas ISO¡ª sentar¨ªa las bases de una herramienta universal para el an¨¢lisis ambiental de los productos aplicable al ¨¢mbito europeo.
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