Bruselas avisa a la industria del autom¨®vil: ¡°El di¨¦sel es una tecnolog¨ªa del pasado¡±
La comisaria de Industria advierte a los fabricantes: ¡°Quien no se adapte desaparecer¨¢¡±
En la evoluci¨®n de las especies que atisba Bruselas, el Homo di¨¦sel aparece condenado a la extinci¨®n. La comisaria de Industria, Elzbieta Bienkowska, reniega de su condici¨®n de profeta, pero en un sector como el automovil¨ªstico, dependiente de los cambios tecnol¨®gicos, la pol¨ªtica polaca ha asumido el rol de predicadora del nuevo Homo el¨¦ctricus. ¡°Da igual que haya fabricantes y consumidores alemanes a los que les encante. El di¨¦sel desaparecer¨¢. Y lo har¨¢ m¨¢s r¨¢pido de lo que pensamos. Es tecnolog¨ªa del pasado¡±, afirm¨® este jueves en una entrevista con varios medios europeos, entre ellos EL PA?S. Bienkowska advierte de lo que se le viene encima a los fabricantes que no reaccionen a tiempo. ¡°Si no somos lo suficientemente r¨¢pidos ahora, los coches de cero emisiones y el¨¦ctricos los producir¨¢ alguien de fuera de Europa. Aunque ahora seamos una industria potente, quien no se adapte desaparecer¨¢ del mercado¡±, augur¨®.
En un sector que en la UE emplea a unos 12 millones de trabajadores entre empleos directos e indirectos, una de las grandes inc¨®gnitas es saber si esa fuerza laboral seguir¨¢ activa con el cambio que se avecina, al que acompa?a una robotizaci¨®n de las cadenas de producci¨®n. "No puedo decir que el n¨²mero de trabajos ser¨¢ el mismo. Las compa?¨ªas deben prepararse para una masiva actualizaci¨®n de las capacidades de sus empleados", demanda.
El escenario dibujado por la comisaria presenta a China y Estados Unidos como los grandes competidores. El gigante asi¨¢tico ya ha introducido una cuota obligatoria por la cual los fabricantes deben producir un 10% de autom¨®viles el¨¦ctricos. Un movimiento que es visto con preocupaci¨®n. "Todo lo que nuestros competidores hacen es un reto. Queremos mantener la producci¨®n en Europa y no comprar en 2030 los coches el¨¦ctricos en China".
La Comisi¨®n Europea no es partidaria de establecer cuotas ni de prohibir el di¨¦sel para no perjudicar a los consumidores que ya han adquirido un veh¨ªculo de este tipo, pero estima que el futuro de este combustible ya est¨¢ escrito. Y que la transformaci¨®n del transporte urbano es una realidad inevitable. "La revoluci¨®n que estamos viviendo es m¨¢s r¨¢pida que cualquier otra vivida previamente en la historia de la humanidad", se?ala Bienkowska.
La comisaria espera grandes cambios en un futuro cercano, no superior a una d¨¦cada. Adem¨¢s, considera que las marcas no pueden ignorar fen¨®menos como el creciente uso de plataformas de coche compartido, el auge de la econom¨ªa circular que representan empresas como Uber o la expansi¨®n del coche el¨¦ctrico y aut¨®nomo. "Claro que hay lobbies que tratan de prolongar en el tiempo el modelo actual. Pero este cambio viene impulsado por la sociedad. Con el dieselgate ha crecido el deseo de tener coches m¨¢s limpios. Sobre todo entre los j¨®venes".
Los objetivos de la Comisi¨®n a largo plazo est¨¢n ah¨ª: las emisiones deben ser en 2025 un 15% inferiores a las que emita la flota de veh¨ªculos europea en 2021, y un 30% menor en 2030 respecto a ese mismo a?o. El fraude por parte de las marcas es ahora m¨¢s complicado. Desde el 1 de septiembre, los controles de emisiones se han reforzado en toda la Uni¨®n Europea: los nuevos modelos tienen que superar pruebas en condiciones reales de conducci¨®n y pasar un test mejorado en laboratorio.
Reproche a Volkswagen por el ¡®dieselgate¡¯
La comisaria de Industria, Elzbieta Bienkowska, considera insuficiente el compromiso de Volkswagen de revisar los millones de veh¨ªculos afectados por el fraude de emisiones. ¡°No estoy pidiendo las mismas compensaciones que en Estados Unidos, imposibles en Europa, incluso legalmente. Pero creo que la forma en que la compa?¨ªa manej¨® la crisis no es ciertamente un ejemplo¡±.
La empresa alemana ofreci¨® a cada cliente afectado por el dieselgate en EE UU alrededor de 5.000 d¨®lares (4.250 euros). En cambio, en Europa, se limit¨® a enviarles una carta avisando de que pod¨ªan acudir a reemplazar el sistema. Bienkowska cree que la industria alemana ha aprendido la lecci¨®n, y esta ha servido como una suerte de cura de humildad para todo el sector. "Tengo la impresi¨®n de que antes pensaban que pod¨ªan hacer lo que quisieran. Por suerte, no lo piensan ahora".
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