Propuestas socialdem¨®cratas para reformar la eurozona
No se puede discutir el futuro de la moneda ¨²nica sin una presencia de las ideas y valores progresistas
Pasado lo peor de la crisis, la Uni¨®n Europea ha abierto un proceso de reflexi¨®n sobre su futuro, que incluye la reforma de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria (UEM). Tanto la Comisi¨®n Europea como el presidente Macron y la canciller Merkel han desgranado ya sus propuestas, en un debate vivo y saludable, que dar¨¢ lugar a un primer paquete de decisiones en la cumbre del euro el pr¨®ximo d¨ªa 15 de diciembre.
Desafortunadamente la ambici¨®n de las reformas no est¨¢ al nivel esperado. De hecho, la negociaci¨®n est¨¢ sesgada y dominada por la derecha europea, que controla tanto las instituciones comunitarias como las mayor¨ªa de los gobiernos nacionales. La UE actual es fruto de muchos pactos y equilibrios forjados durante d¨¦cadas; pero los compromisos entre las grandes familias pol¨ªticas europeas y los intereses de diferentes pa¨ªses han dejado una UEM incompleta. Y ahora que las fuerzas socialdem¨®cratas en Europa est¨¢n d¨¦biles, hay un riesgo serio que los valores progresistas no sean adecuadamente reflejados en el dise?o de la eurozona del futuro.
Para la socialdemocracia, las reformas de la UEM no pueden dirigirse simplemente a estabilizar los mercados financieros e introducir m¨¢s disciplina de mercado para controlar los d¨¦ficits. No olvidemos que fue el mercado quien provoc¨® la crisis econ¨®mica, no el mal gobierno. A estas alturas deber¨ªa estar claro que la estabilidad de largo plazo de la eurozona requiere un mejor equilibrio entre sus resultados econ¨®micos y sociales. Esto tambi¨¦n significa consolidar la dimensi¨®n social para asegurar que el pleno empleo y la correcci¨®n de los desequilibrios de cohesi¨®n y laborales siguen siendo objetivos centrales de las pol¨ªticas de la zona euro. Los resultados de la reciente Cumbre Social de Gotemburgo van en la buena direcci¨®n, pero son insuficientes para cambiar el paradigma dominante, que sit¨²a la estabilidad monetaria por delante de la estabilidad social.
Una reforma progresista requiere abordar las principales debilidades estructurales de la actual arquitectura institucional de la UEM:
- Desequilibrios internos sist¨¦micos, que conducen a divergencias entre pa¨ªses en lugar de convergencia al alza.
- Sesgo deflacionista resultando en bajas tasas de crecimiento y empleo.
- Bajos niveles de inversi¨®n, claramente sub¨®ptimos para abordar la transici¨®n del modelo econ¨®mico.
- Vulnerabilidad sist¨¦mica de los sistemas bancarios y financieros, todav¨ªa no completamente solucionada.
- D¨¦ficit democr¨¢tico, que es una de las razones detr¨¢s del crecimiento de partidos pol¨ªticos populistas y euroesc¨¦pticos.?
Estos problemas, que ya exist¨ªan en el lanzamiento del euro, han sido magnificados por la crisis y contin¨²an en diferentes grados pese a las medidas adoptadas. Desde la izquierda, la clave para valorar las reformas debe ser en qu¨¦ medida promueven el crecimiento sostenible, la convergencia entre pa¨ªses y la estabilidad econ¨®mica, pol¨ªtica y social de todos los Estados Miembros. En este sentido, se plantean tres consideraciones:?
Primero, los problemas de crecimiento y estabilidad del euro requieren de la creaci¨®n de herramientas antic¨ªclicas y de inversi¨®n para garantizar una pronta recuperaci¨®n en caso de choques socioecon¨®micos. Esto nos lleva necesariamente a la puesta en marcha de instrumentos de compartici¨®n de riesgo, que a¨²nen solidaridad, responsabilidad y confianza mutua. Sin embargo, desde ¨¢mbitos conservadores, particularmente alemanes, se insiste en que no puede haber mutualizaci¨®n sin una reducci¨®n de riesgo previa. Este marco dicot¨®mico se utiliza como excusa para no avanzar en la integraci¨®n econ¨®mica. No se trata de convertir la eurozona en una uni¨®n de transferencias (transfer union), ni de premiar pol¨ªticas ineficientes de algunos gobiernos.
Lo que se plantea es la creaci¨®n de instrumentos europeos firmemente anclados en el marco comunitario, para abordar riesgos sist¨¦micos regionales (inestabilidad y fragmentaci¨®n financiera, baja inversi¨®n y crecimiento, etc¨¦tera), lo que en s¨ª mismo permite reducir esos riesgos. Todo ello debe ir acompa?ado de una reforma de las reglas fiscales europeas, articuladas en torno al Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), que son claramente deflacionarias y sesgadas contra los pa¨ªses deficitarios. Las nuevas reglas estar¨ªan ancladas en una posici¨®n fiscal agregada para el Euro, que reconozca a la UE como un actor global, cuyo objetivo debe ser expl¨ªcitamente la promoci¨®n del crecimiento econ¨®mico, y que permita distribuir mejor los esfuerzos fiscales entre pa¨ªses y la propia zona euro.
Segundo, conviene alertar de ciertas propuestas, ampliamente circuladas entre economistas neoliberales, que bajo una supuesta defensa de la estabilidad y la disciplina de los mercados esconden intereses nacionales y conllevan riesgos de inestabilidad soberana. Nos referimos por ejemplo, a la introducci¨®n de ponderaciones de riesgo para ciertos bonos soberanos en los balances bancarios o la puesta en marcha de un mecanismo de reestructuraci¨®n de deuda. Si la UE abrazara de forma oficial la idea de que determinados bonos soberanos no est¨¢n libres de riesgo (subyacente tambi¨¦n en la propuesta de la Comisi¨®n de un Activo Europeo Libre de Riesgo) y, por tanto, pueden entrar en suspensi¨®n de pagos,?generar¨ªa enorme inestabilidad en los mercados, agudizar¨ªa la fragmentaci¨®n financiera actual y penalizar¨ªa claramente a determinados pa¨ªses del sur en beneficio de otros. La experiencia del acuerdo franco-alem¨¢n de octubre de 2010 en Deauville sobre restructuraci¨®n de deuda privada griega deber¨ªa servir de lecci¨®n. Este tipo de propuestas cuestionan la solidaridad y la cohesi¨®n interna necesarias para consolidar la UEM.
Tercero, para fomentar la imprescindible convergencia se propone la creaci¨®n de un C¨®digo de Convergencia que se incorpore a un PEC reformado y establezca criterios claros de convergencia que complementen y refuercen su cumplimiento. Este es un enfoque superior a otras propuestas conservadoras que buscan condicionar a¨²n m¨¢s el presupuesto de la UE a la aplicaci¨®n de reformas estructurales. Dicho C¨®digo se adoptar¨ªa por codecisi¨®n, firmemente anclado en el m¨¦todo comunitario, frente al intergubernamental (m¨¢s opaco), respetando plenamente la apropiaci¨®n de los pa¨ªses. Adem¨¢s, frente a las imposiciones de pol¨ªticas, el C¨®digo est¨¢ concebido como un esquema de incentivos positivos, enfocados en el respeto de est¨¢ndares sociales, de crecimiento sostenible y de mejora de la capacidad administrativa.
Estas y otras propuestas ser¨¢n debatidas en la Conferencia de la Fundaci¨®n Alternativas y FEPS que se celebra este jueves en Madrid con amplia presencia de pol¨ªticos y expertos.
En definitiva, el euro es mucho m¨¢s que una moneda ¨²nica, es el elemento central de un proyecto pol¨ªtico cuyo objetivo es integrar estrechamente a los pa¨ªses miembros, desde una perspectiva pol¨ªtica, econ¨®mica y social. Se ha abierto una verdadera oportunidad para culminar la UEM, pero no todas las iniciativas responden a una l¨®gica que prioriza la convergencia, la cohesi¨®n, y el empleo. Por eso es imprescindible que la familia socialdem¨®crata, unida, haga escuchar su voz con un paquete integral de propuestas para completar y reequilibrar la zona euro.
Manuel de la Rocha V¨¢zquez es economista de la Fundaci¨®n Alternativas. David Rinaldi es Asesor Senior de Pol¨ªtica Econ¨®mica en la Fundaci¨®n Europea de Estudios de Progreso (FEPS). Ambos son autores, junto a Victor Echevarr¨ªa, del documento de FA-FEPS Progressive reforms for reforming and rebalancing the eurozone.
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