Mexichem: un imperio qu¨ªmico a golpe de chequera
La compa?¨ªa mexicana pone freno a su compulsiva estrategia de crecimiento
Har¨ªan bien los profesores de las escuelas de negocios que buscan un caso de internacionalizaci¨®n a golpe de talonario ¡ªcon sus luces y sus sombras¡ª en posar sus ojos sobre Mexichem. Hace poco m¨¢s de una d¨¦cada, el por aquel entonces Grupo Industrial Camesa no era m¨¢s que una firma sobresaliente en el sector qu¨ªmico mexicano. Por facturaci¨®n, apenas 50 millones de d¨®lares (42 millones de euros) al a?o, estaba a a?os luz de los grandes de la industria. Y su cartera de productos, muy poco diversificada, a duras penas pod¨ªa competir con los grandes conglomerados qu¨ªmicos; no ya con los mundiales sino simplemente con los estadounidenses.
Solo 13 a?os despu¨¦s, apenas un santiam¨¦n en una compa?¨ªa con m¨¢s de cinco d¨¦cadas de historia, y ya convertida en una firma global con ramificaciones en medio mundo, Mexichem empieza a echar el freno en su desmedida ambici¨®n de crecimiento para poder pagar la deuda asumida para acometer sus ¨²ltimas compras. Por el camino quedan 23 adquisiciones ¡ªmuchas de ellas en Estados Unidos y Europa, lo que equilibra su exposici¨®n a los mercados emergentes¡ª por valor de m¨¢s de 6.000 millones de d¨®lares (5.080 millones de euros). Se acab¨®, al menos temporalmente, el crecimiento a golpe de talonario que tanto ha marcado su historia reciente: toca digerir lo engullido.
La estrategia era clara: buscaba proveedores, clientes o competidores que le pudiera aportar valor en alguna de sus dos principales cadenas de valor ¡ªla del fl¨²or y la del etileno¡ª. La ¨²ltima adquisici¨®n fue la m¨¢s importante y tambi¨¦n la que ha obligado a la direcci¨®n a replantear su estrategia en aras de reducir pasivos: la de la israel¨ª Netafim. Pag¨® 1.500 millones de d¨®lares para tomar el control del l¨ªder mundial de riego por goteo altamente tecnificado, un salto de gigante en un mercado que el cambio clim¨¢tico impulsar¨¢ en las pr¨®ximas d¨¦cadas. Una jugada maestra a un alto coste: superar el techo de deuda fijado por sus accionistas.
Escasa exposici¨®n al ¡®efecto Trump¡¯
Con las cifras encima de la mesa, y a pesar de que una de las estirpes m¨¢s poderosas de M¨¦xico ¡ªla familia Del Valle¡ª controla casi la mitad de su capital y de que cotiza desde hace casi cuatro d¨¦cadas en la Bolsa de M¨¦xico, no es de extra?ar que se sienta cada vez menos mexicana y m¨¢s global; menos petroqu¨ªmica y m¨¢s diversificada. La composici¨®n de su planta noble es una muestra m¨¢s de su acelerada globalizaci¨®n: solo cinco de sus diez m¨¢ximos directivos son tienen pasaporte del pa¨ªs norteamericano; mientras que tres son estadounidenses ¡ªuno de ellos de origen indio y otro, con ra¨ªces venezolanas¡ª y dos m¨¢s, espa?oles.
Sin embargo, los analistas siguen viendo a Mexichem como una petroqu¨ªmica eminentemente mexicana. Y en un momento en el que el prol¨ªfico Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC) pende de un hilo, los principales bancos y casas de an¨¢lisis del mundo miden su exposici¨®n al pa¨ªs y las firmas vinculadas con el sector petrolero son vistas como una fuente de riesgo en las carteras, buena parte de sus esfuerzos pasan por desligarse de ambas etiquetas. "Nuestras ventas a Estados Unidos en pesos son solo el 3,6% del total y la mayor¨ªa de productos que vendemos all¨ª se compran o se hacen en los propios EE UU. Eso nos convierte en una de las empresas mexicanas m¨¢s resistentes frente a una potencial ruptura del TLC: no nos afectar¨ªa o lo har¨ªa muy limitadamente", concluye Guzm¨¢n.
Hoy, la empresa mantiene una presencia significativa en el mercado de la fluorita, donde explota la mayor mina del planeta de este mineral de uso industrial, en San Luis Potos¨ª (en el centro de M¨¦xico), que copa el 20% de la producci¨®n global. Pero el peso de las materias primas no ha dejado de disminuir en los ¨²ltimos a?os ¡ªdel 80% de hace 15 a?os al 40% actual¡ª en favor de los productos terminados, donde la volatilidad de precios es mucho menor y los m¨¢rgenes, notablemente m¨¢s estables en el tiempo.
"En los ¨²ltimos a?os hemos tomado recursos procedentes de las materias primas y nos hemos integrado hacia abajo, ampliando nuestra presencia en productos terminados y de especialidad", reconoce orgulloso el director financiero de Mexichem, Rodrigo Guzm¨¢n. Con 120 plantas de producci¨®n repartidas en 37 pa¨ªses; m¨¢s de 1.000 millones de facturaci¨®n anual; 18.000 empleados ¡ªcifra que se disparar¨¢ por encima de los 20.000 cuando los reguladores den el visto bueno definitivo a la compra de Netafim¡ª y 15 laboratorios de investigaci¨®n y desarrollo, la firma l¨ªder global en pl¨¢sticos y qu¨ªmicos ser¨ªa hoy irreconocible para un inversor mexicano de principios del siglo XXI.
"No nos parecemos pr¨¢cticamente en nada a la empresa que ¨¦ramos hace diez a?os. Tampoco a la que ¨¦ramos hace seis", agrega Guzm¨¢n. Ni por tama?o, ni por diversificaci¨®n geogr¨¢fica, ni por sectores en los que descansan sus ingresos. "Seguimos llam¨¢ndonos igual, pero, parad¨®jicamente, cada vez somos menos mex y menos chem", comenta el directivo.
El peso de M¨¦xico, un pa¨ªs que, con casi 130 millones de habitantes, se ha convertido en una bicoca para firmas industriales y de servicios de medio mundo, ha ido decreciendo en su cuenta de resultados hasta llegar a un nivel casi marginal. Hoy, el 60% de sus ingresos de Mexichem es en d¨®lares y el 30%, en euros. El resto se divide en un grupo heterog¨¦neo de divisas europeas y latinoamericanas, entre ellas el peso mexicano o el real brasile?o. Aunque el dram¨¢tico accidente de Pajaritos, una planta que explotaba conjuntamente con Pemex (donde murieron 32 trabajadores en 2016), y el menor potencial de algunos de sus negocios adquiridos ha lastrado los resultados y la cotizaci¨®n de la compa?¨ªa ¡ªambas variables hoy por debajo de los niveles de hace 15 a?os¡ª, los riesgos aparejados a su negocio han ca¨ªdo considerablemente.
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