Cuando la pol¨ªtica viola las leyes de la econom¨ªa
Ser¨ªa imperdonable no buscar un proyecto para Espa?a alejado de quimeras ideol¨®gicas
La Gran Crisis del 2008 sumi¨® a la econom¨ªa en el desprestigio. Una ciencia sometida demasiado tiempo al absolutismo imperial de la escuela neocl¨¢sica y la teor¨ªa de la decisi¨®n racional, la cual, como dijo Sen, identifica racionalidad econ¨®mica con consistencia interna de la elecci¨®n y estrategias de maximizaci¨®n del inter¨¦s ego¨ªsta. Pero ni los modelos neocl¨¢sicos ni la elecci¨®n racional pueden explicar las anomal¨ªas econ¨®micas actuales; quiz¨¢s estemos saliendo de un periodo de ciencia normal para adentrarnos en otro de ciencia revolucionaria.
La econom¨ªa no es una ciencia exacta, se nos dice. Ni lo es ni falta que le hace, para eso est¨¢n las matem¨¢ticas. Pero, una menor exactitud no le impide ser ciencia: exhibe principios bien establecidos y regularidades emp¨ªricas, establece leyes universales. Tambi¨¦n realiza predicciones precisas al igual que un m¨¦dico cuando establece un pron¨®stico vital de c¨¢ncer, donde importa menos la exactitud que su predicci¨®n sea correcta. De esto ¨²ltimo, encontramos ejemplos en la crisis de la eurozona, donde los mercados financieros obligaron a los l¨ªderes europeos a tomar decisiones postergadas durante a?os. Tambi¨¦n los mercados dejaron desnudos a los pol¨ªticos espa?oles que nos arrastraron a la recesi¨®n en 2008, y algo parecido ocurre con la crisis catalana.
En un art¨ªculo en EL PA?S en 2007, ante las divergencias en precios y costes con la eurozona, predije una recesi¨®n en 2008. Para hacerle frente, fui el primero en Espa?a, que sepa, en proponer (en el mismo diario) una devaluaci¨®n interna del 10 al 13% descompuesta en una vertiente fiscal (reducci¨®n del impuesto de sociedades, aumento del IVA), y otra de costes laborales unitarios (disminuci¨®n de salarios y cotizaciones sociales, y aumentos de productividad). Pura dinamita pol¨ªtica que reclamaba unos Pactos de la Moncloa II. De lo contrario, predije, nos esperaban nueve a?os de crisis.
Ya han pasado. En el segundo trimestre de 2017 alcanzamos el PIB de 2008, el empleo crece (2,8%) tanto como la producci¨®n (3%), pero ha perdido la tendencia lineal pre-crisis. Disminuyen las incertidumbres, mejoran las expectativas, la afiliaci¨®n a la Seguridad Social es fuerte (18,48 millones), tambi¨¦n las exportaciones, el endeudamiento privado se reduce, y mantenemos un super¨¢vit exterior aunque crezcamos.
Salimos de la crisis, pero ?a qu¨¦ precio! Aumentan las divergencias con la eurozona, la renta disponible y el PIB per capita son menores que en 2007, el endeudamiento exterior neto es excesivo, y la deuda p¨²blica casi se ha triplicado. El paro ha bajado a 3,7 millones y su tasa al 16,4%, tenemos 19 millones de empleados, pero mucha precariedad. El salario medio real ha recuperado su nivel y ha ganado un 2,4% en poder adquisitivo, pero la participaci¨®n del trabajo en la renta ha perdido tres puntos porcentuales, quiz¨¢s porque el sacrificio salarial no se ha trasladado a las empresas.
En 2008, aplicar el recetario de cualquier manual de econom¨ªa cuando la absorci¨®n es superior a la producci¨®n dom¨¦stica nos habr¨ªa ahorrado algunas cicatrices actuales. Se ignor¨®. Hasta que llegamos a una situaci¨®n l¨ªmite en 2010, la pol¨ªtica se dedic¨® a violar las leyes de la econom¨ªa. Ello nos aboc¨® a una doble recesi¨®n que podr¨ªamos haber eludido con una clase pol¨ªtica a la altura del poder¨ªo econ¨®mico de Espa?a. Despu¨¦s se hizo todo, pero tarde y mal. Los distintos gobiernos subieron el IVA (16% al 18%, y 21% actual), bajaron el impuesto de sociedades (30% al 25%), y redujeron contribuciones sociales. Hab¨ªa margen.
No ocurri¨® as¨ª con los Pactos de la Moncloa de 1977, perge?ados por los pol¨ªticos del denostado "r¨¦gimen del 78". Ten¨ªan un proyecto para Espa?a y la vista puesta en la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE). Enrique Fuentes Quintana entend¨ªa que no pod¨ªa violar las leyes econ¨®micas, y Rojo que "con una inflaci¨®n del 26,4% ni entramos en la CEE ni vamos a la vuelta de la esquina". Ser¨ªa imperdonable que tir¨¢semos por la borda tantos sacrificios y no aprovech¨¢semos la reforma constitucional para defender un proyecto de Espa?a tan alejado de quimeras ideol¨®gicas como respetuoso con las leyes b¨¢sicas de la econom¨ªa.
Manuel Sanchis i Marco es profesor de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Valencia.
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