Esperar 217 a?os o actuar
Las rompedoras del silencio¡± fue el t¨ªtulo que utiliz¨® la revista Time para nombrar personaje del a?o a las mujeres protagonistas del movimiento #MeToo. M¨¢s all¨¢ de las necesarias denuncias sobre acoso sexual que constituyen la esencia de este movimiento, se ha abierto en la sociedad una conversaci¨®n m¨¢s amplia sobre la desigualdad de g¨¦nero. Las historias que han compartido miles de mujeres a lo largo de los ¨²ltimos meses son reflejo de graves desequilibrios de poder en nuestros ¨¢mbitos de trabajo, desequilibrios que solo podr¨¢n corregirse a trav¨¦s de la igualdad real y efectiva de la mujer, incluyendo su empoderamiento econ¨®mico y su presencia en los puestos de toma de decisi¨®n. Para ello, se requiere de la participaci¨®n activa y transformadora de hombres y mujeres: esta deber¨ªa ser una lucha de toda la sociedad porque beneficia a toda la sociedad.
La desigualdad econ¨®mica es una de las m¨¢s persistentes que afectan a las mujeres. A pesar de la masiva incorporaci¨®n femenina a la universidad y a los m¨¢s altos niveles de formaci¨®n, la brecha econ¨®mica de g¨¦nero ha venido creciendo. Se estima que, al ritmo actual, tardaremos 217 a?os en alcanzar la igualdad. ?Las mujeres no podemos esperar al a?o 2.234 para tener el mismo acceso al empleo y ganar los mismos salarios que los hombres!
Bastan algunos datos: hay m¨¢s hombres llamados John al frente de las 1.500 mayores empresas del ¨ªndice S&P que todas las mujeres directivas juntas. En Am¨¦rica Latina, las mujeres reciben 84 centavos por cada d¨®lar que reciben los hombres por trabajo de igual valor. Lo que es peor: la brecha salarial aumenta con el nivel educativo. Las mujeres con m¨¢s de 13 a?os de estudios ganan 74 centavos al d¨®lar y se encuentran dram¨¢ticamente subre?presentadas en los cargos ejecutivos. Para abordar estas brechas, recientemente acompa?amos el lanzamiento de la coalici¨®n por la igualdad salarial EqualPay en Am¨¦rica Latina, una iniciativa de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT) liderada en nuestra regi¨®n por el Gobierno de Panam¨¢.
El car¨¢cter de este siglo estar¨¢ determinado por cu¨¢nto avancemos las mujeres contra la discriminaci¨®n
Combatir la brecha salarial es indispensable, pero es urgente tambi¨¦n implementar mecanismos para la conciliaci¨®n familia-trabajo y revisar los roles de g¨¦nero que a¨²n imponen barreras al desarrollo laboral de las mujeres y les asignan cargas desproporcionadas en el manejo del hogar. Una sociedad no se puede entender sin cuidados, son indispensables para la vida humana. El llamado que hacemos es, m¨¢s bien, a valorizar los cuidados: requerimos de la corresponsabilidad entre mujeres y hombres, pero tambi¨¦n de toda la sociedad. En el mundo, todav¨ªa las mujeres realizan hasta el triple de trabajo no remunerado que sus pares masculinos, un trabajo invisible que representa m¨¢s de un tercio de la econom¨ªa global, sobrepasando sectores como la manufactura o el transporte.
Los Gobiernos son cada vez m¨¢s conscientes de que la desigualdad de g¨¦nero no es solo una injusticia, es tambi¨¦n una colosal p¨¦rdida de oportunidad. Tan solo en Am¨¦rica Latina se estima que el PIB per capita crecer¨ªa un 34% adicional al a?o 2025 si logr¨¢ramos la plena inclusi¨®n econ¨®mica y laboral de las mujeres. Est¨¢ demostrado que el empoderamiento econ¨®mico femenino eleva la productividad de las empresas y es un factor determinante en el combate a la pobreza. M¨¢s de un tercio de la impresionante reducci¨®n de la pobreza y la desigualdad en Am¨¦rica Latina desde el cambio de siglo se explica por la incorporaci¨®n laboral de las mujeres.
A pesar de los logros que hemos registrado en las ¨²ltimas d¨¦cadas, queda todav¨ªa mucho por hacer. Desde la Secretar¨ªa General Iberoamericana hemos asumido el compromiso de abogar activamente por la eliminaci¨®n de todas las leyes discriminatorias que impiden el empoderamiento econ¨®mico de las mujeres. Muchas de estas leyes refuerzan el estereotipo de debilidad femenina, la idea de que necesitamos protecci¨®n y tutelaje en lugar de igualdad.
El car¨¢cter de este siglo estar¨¢ determinado por cu¨¢nto avancemos en esta direcci¨®n. El empoderamiento econ¨®mico de las mujeres es la llave para un futuro que nos conviene a todos, un futuro diferente, un futuro en que las ¡°rompedoras del silencio¡± se conviertan, por fin, en rompedoras de los techos de cristal.
Rebeca Grynspan dirige la Secretar¨ªa General Iberoamericana (Segib).
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