El nuevo paso en la precarizaci¨®n digital: pagar por trabajar

Los precarios digitales est¨¢n en el centro de la pol¨¦mica. Las ocupaciones surgidas a ra¨ªz de lo que en un principio se llam¨® econom¨ªa colaborativa han degenerado en un nuevo estamento de trabajadores sin derecho a reclamar nada a su empresa simplemente porque esta no le considera un empleado. Las inspecciones de trabajo de Valencia y de Madrid han anunciado multas a la compa?¨ªa de reparto de comidas Deliveroo?por falseamiento de la figura del aut¨®nomo. Y las de Barcelona y Zaragoza se preparan para hacer lo mismo. Pero el debate en torno a la depauperaci¨®n de las relaciones laborales subi¨® un escal¨®n esta semana despu¨¦s de que se hiciera p¨²blico que Glovo obligar¨¢ a sus nuevos repartidores a pagar una tarifa de dos euros cada 15 d¨ªas.

¡°En los siguientes meses se implementar¨¢ un mod¨¦lico coste por uso de la plataforma. (¡­). Este ser¨¢ alrededor de dos euros¡±, informaba la compa?¨ªa catalana a sus repartidores ¡ªa los que denomina glovers¡ª en una carta publicada por Abc.

Marita Ranc¨¦, directora de Legal de Glovo, niega que se haya producido ning¨²n cambio importante. S¨ª admite en cambio que en un continuo proceso ¡°de prueba y error¡± han decidido que, al igual que las tiendas que distribuyen sus mercanc¨ªas a trav¨¦s de su empresa, los ciclomensajeros tambi¨¦n deber¨¢n contribuir a financiar ¡°con un precio simb¨®lico¡± la plataforma tecnol¨®gica. ¡°Es una medida de negocio que tiene todo el sentido para todos aquellos players que obtengan ingresos gracias a nuestra plataforma¡±, se justifica Ranc¨¦ en conversaci¨®n telef¨®nica con este peri¨®dico. La empresa asegura que nueve de cada diez glovers dicen estar satisfechos con su relaci¨®n laboral.

Una visi¨®n diametralmente opuesta tienen en UGT, sindicato que ha denunciado a Deliveroo, Glovo, Stuart y Ubereats por hacer uso de una ¡°relaci¨®n laboral encubierta¡±, es decir, disfrazar de aut¨®nomos lo que en realidad son empleados de toda la vida. Gonzalo Pino, secretario de Pol¨ªtica Sindical de UGT, explica la decisi¨®n de Glovo no solo como una medida para ingresar m¨¢s, sino sobre todo como un intento de buscar f¨®rmulas con las que argumentar que son meros intermediarios y no empleadores. ¡°Es la misma estrategia de otras plataformas digitales, que tratan de resituarse tras verse acorraladas por las inspecciones de trabajo¡±, asegura Pino.

Glovo no est¨¢ sola. UGT denuncia que Ubereats tambi¨¦n se queda con un 10% de los 20 c¨¦ntimos que paga a sus repartidores por kil¨®metro recorrido. A esta cantidad hay que quitar el 21% de IVA y el pago de aut¨®nomos, insiste el sindicato. "Adem¨¢s, tambi¨¦n le cobran 90 euros por la mochila. Es decir, las plataformas aducen que no tienen nada que ver con los repartidores, pero estos tienen que ponerlo todo¡±, ironiza Pino.

Las ampollas por este modelo van m¨¢s all¨¢ de los afectados, los sindicatos y las inspecciones de trabajo. La competencia de empresas tradicionales que s¨ª tienen dados de alta a sus repartidores muestra tambi¨¦n cierto malestar. ¡°Nosotros operamos ajustados a la legalidad. El ofrecer unas relaciones laborales justas a nuestros repartidores, con contratos fijos y aportando la moto, el equipamiento y los seguros, nos permite contar con los mejores. Por eso creo que la ventaja es nuestra. De todos modos, ellos [las plataformas digitales] tendr¨¢n que evolucionar hacia otro tipo de modelo. Y no s¨¦ si ser¨ªa sostenible¡±, aseguraba en una entrevista a El Economista Pablo Juantegui, presidente de Telepizza.