Visibilidad para buenos pagadores
Expertos en derecho presionan para que los registros de solvencia contengan datos positivos de los deudores
Los ficheros de incumplimiento, o ficheros de morosos, permiten a las entidades de cr¨¦dito conocer la existencia de deudas impagadas y les alertan de los deudores que pueden suponer un riesgo para ellas mismas y para la estabilidad del sistema. Esta informaci¨®n negativa, que circula con facilidad entre los bancos, conlleva la exclusi¨®n del acceso a pr¨¦stamos de las personas que han dejado deudas pendientes. Expertos en Derecho de cr¨¦dito reclaman que circule con la misma facilidad la informaci¨®n positiva, aqu¨¦lla que avala la reputaci¨®n financiera de una persona al informar sobre su buen comportamiento de pago. Este registro de buenos pagadores, aseguran, introducir¨ªa competencia en el mercado y permitir¨ªa a los deudores cumplidores obtener cr¨¦ditos en mejores condiciones.
En el sistema espa?ol, los datos que comparten las entidades para evaluar la solvencia de quienes solicitan un cr¨¦dito son, fundamentalmente, los contenidos en los ficheros de morosos Asnef (gestionado por la estadounidense Equifax), Badexcug (de la brit¨¢nica Experian) y RAI (solo para personas jur¨ªdicas). El fichero del Banco de Espa?a contiene datos positivos y negativos, pero el acceso es mucho m¨¢s restringido. En otros pa¨ªses, como los anglosajones y algunos de la UE, sin embargo, los bancos comparten por igual tanto la informaci¨®n positiva como la negativa.
Tras estudiar en profundidad el modelo estadounidense, Matilde Cuena Casas, acreditada a catedr¨¢tica de la Universidad Complutense de Madrid, advierte que un sistema de informaci¨®n mixta permite ¡°evaluar de forma eficiente la solvencia, prevenir situaciones de sobreendeudamiento y conseguir una mejor oferta de cr¨¦dito¡°. As¨ª sucede en EEUU, en donde, como describe Cuena, se clasifica a los solicitantes de cr¨¦dito en excelentes, muy buenos, buenos, razonables y subprime (es decir, de alto riesgo). La diferencia en el tipo de inter¨¦s de, por ejemplo, una tarjeta de cr¨¦dito concedida a un cliente excelente o uno subprime puede ser de hasta 10 puntos, algo que solo es posible si las entidades manejan una informaci¨®n completa que permite ¡°ajustar el coste del cr¨¦dito a la prima de riesgo real del potencial cliente; a m¨¢s riesgo, mayor ser¨¢ el tipo de inter¨¦s¡±.
Mejorar la informaci¨®n financiera de los particulares permitir¨ªa, adem¨¢s, que las entidades predijeran con mayor acierto el riesgo que asumen al otorgar un pr¨¦stamo. En este sentido, Mar¨ªa Dolores Mas Badia, profesora titular de Derecho Civil de la Universidad de Valencia, apunta que los datos negativos ¡°aisladamente considerados¡± ofrecen una imagen limitada de la solvencia del deudor. Por ejemplo, un impago puntual no tiene por qu¨¦ traducirse en una ausencia de voluntad de devolver el cr¨¦dito o en la incapacidad de asumir pr¨¦stamos y, a la inversa, una persona que no est¨¢ en un fichero de morosos pero que tiene asumidos varios cr¨¦ditos o pr¨¦stamos personales en distintas entidades, es ¡°un insolvente de libro¡±, tal y como se?ala Cuena. Finalmente, evaluar mejor el riesgo del cliente contribuir¨ªa a reducir el n¨²mero de pr¨¦stamos que dejan de pagarse y, con ello, el sobreendeudamiento privado.
Los abogados proponen un sistema mixto similar al que se utiliza en los pa¨ªses anglosajones
En Espa?a, el debate en torno a c¨®mo ha de articularse este intercambio de informaci¨®n entre entidades financieras y c¨®mo debe examinarse la solvencia de quien solicita un pr¨¦stamo, se ha acrecentado con motivo de la tramitaci¨®n de dos proyectos de ley que pueden modificar la actual regulaci¨®n: la Ley Org¨¢nica Protecci¨®n de Datos y la Ley de Cr¨¦dito Inmobiliario. En la primera de esas normas se halla el principal obst¨¢culo para que puedan compartirse los datos positivos con la misma facilidad que los negativos, ya que otorga un tratamiento distinto a unos y otros. As¨ª, mientras la utilizaci¨®n de los buenos requiere el consentimiento expreso de su titular, los negativos no, por entenderse que existe un inter¨¦s leg¨ªtimo superior: el buen funcionamiento del sistema financiero.
Leyes dif¨ªciles
La nueva Ley Org¨¢nica de Protecci¨®n de Datos, que est¨¢ prevista que se apruebe antes de que acabe el a?o, suaviza el r¨¦gimen actual y ya no exige el consentimiento expreso del titular respecto de los datos favorables. Sin embargo, mantiene m¨¢s laxitud ante los desfavorables, al presumir, como describe Mas Badia, que sobre ¨¦stos prevalecen el inter¨¦s general o el de la entidad sobre derecho del particular a la protecci¨®n de sus datos. En definitiva, ¡°el legislador no se ha atrevido a dar el paso de equiparar a estos efectos los datos negativos y positivos. La reforma es insuficiente¡±.
En opini¨®n de Marina Villalonga, abogado especialista en Derecho de cr¨¦dito del bufete Buades, no parece que el texto del proyecto permita deducir que ya no es necesario el consentimiento en materia de datos positivos. Tambi¨¦n advierte de una posible ¡°resistencia¡± por parte de los consumidores ante eventuales acosos publicitarios. ¡°El titular de los datos protegidos puede no estar interesado en que la informaci¨®n relativa a su comportamiento financiero, por muy positiva que sea, circule libremente a trav¨¦s del sistema, vi¨¦ndose continuamente acosado por las entidades bancarias que compiten por captar al mejor cliente¡±, observa.
Cuena tambi¨¦n alerta de otro obst¨¢culo: la resistencia de las entidades de cr¨¦dito a compartir datos de sus buenos clientes, dado que introducir¨ªa competencia en el mercado de cr¨¦dito. Seg¨²n subraya, ¡°en pa¨ªses como el nuestro, en donde el sistema financiero est¨¢ muy concentrado, las entidades de mayor dimensi¨®n siempre aportar¨¢n m¨¢s datos de los que reciban¡±, lo cual dar¨ªa ventaja a los bancos m¨¢s peque?os.
Habr¨¢ que estar atentos a la redacci¨®n definitiva de la Ley de Protecci¨®n de Datos, as¨ª como la de la Ley de Contratos Cr¨¦dito Inmobiliario, por el papel que pueden jugar en la implantaci¨®n de un mercado hipotecario responsable y que, a la vez, restablezca la confianza de los consumidores.
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