?C¨®mo montar un dossier impoluto para que el banco te conceda un pr¨¦stamo?
Un 40% de espa?oles mira con buenos ojos la posibilidad de pedir una financiaci¨®n, pero hay problemas que solventar previamente para obtenerla
Una pareja en la que ambos tienen un trabajo fijo ¨Cuno de los dos es funcionario¨C y unas n¨®minas que, juntas, superan los 5.000 euros al mes. Con estas premisas, Eva y Miguel (no quieren dar sus verdaderos nombres), cuyo deseo era comprarse por fin la casa de sus sue?os, acuden al banco con el que est¨¢n desde hace varios a?os para pedir una hipoteca. Lo que se llevan, sin embargo, es la sorpresa may¨²scula de un inflexible rechazo: por desgracia, sus nombres aparec¨ªan tres veces anotados en los ficheros de morosos.
Pedir un cr¨¦dito cuando las econom¨ªas personales no dan abasto, es una tentaci¨®n muy fuerte para muchos. El 39% de los espa?oles valora la opci¨®n de recurrir a pr¨¦stamos, pagos a plazo o dinero prestado para adquirir bienes de consumo como una televisi¨®n o un ordenador, seg¨²n un informe de las compa?¨ªas de gesti¨®n de cr¨¦dito Intrum Justitia y Lindorff. Lo que representa una l¨®gica consecuencia de otro dato que revela el estudio, realizado sobre una muestra de unos 24.000 consumidores en 24 pa¨ªses, es decir, que casi un espa?ol de cada cuatro (el 22%) no tiene su situaci¨®n financiera bajo control. Este porcentaje sit¨²a a los espa?oles entre los europeos que menos atentos est¨¢n a su bolsillo, solo superados por Hungr¨ªa (24%) e Irlanda (26%). En el lado opuesto se encuentra Austria, donde solo el 11% de la poblaci¨®n afirma no tener controlada su econom¨ªa, mientras que la media europea es del 17%.
Aunque los resultados de una encuesta del Banco de Espa?a muestran que en el ¨²ltimo trimestre del a?o pasado los criterios de aprobaci¨®n de pr¨¦stamos a los hogares se relajaron, tanto en los destinados a la adquisici¨®n de vivienda como en los concedidos para el consumo, no siempre a la petici¨®n de un cr¨¦dito sigue la obtenci¨®n. ?Cu¨¢les son las razones m¨¢s comunes por las que el banco puede rechazarlo? ?C¨®mo prepararse de la mejor manera para que la entidad lo apruebe?
Ingresos y morosidad, los primeros obst¨¢culos
¡°Lo primero que le interesa a un banco para conceder financiaci¨®n a una persona f¨ªsica es su nivel de ingresos, lo que le sirve para evaluar su capacidad de devoluci¨®n¡±, afirma el director general de iMorosity, Mario Mazaira. Por ello, el responsable de esta empresa especializada en solvencia patrimonial destaca que, si el usuario es un trabajador por cuenta ajena, la entidad escudri?ar¨¢ su situaci¨®n laboral, el puesto que desempe?a en la empresa, su antig¨¹edad, el sueldo, y el tipo de contrato. De esta manera, para conseguir una evaluaci¨®n positiva, ¡°habr¨¢ que llevar por lo menos seis meses en la misma empresa y el contrato no deber¨ªa ser demasiado corto¡±, detalla Gorka Barrenetxea, director financiero de la misma firma.
Una vez comprobada la existencia de rentas demostrables, la siguiente barrera ser¨¢ la inscripci¨®n eventual del cliente en un fichero de morosos, unas listas en las que los acreedores registran de forma autom¨¢tica los que no han devuelto una deuda a tiempo, cualquiera haya sido el motivo de la dilaci¨®n. Exactamente lo que les pas¨® a Eva y Miguel. Los ficheros principales en Espa?a son Asnef Equifax y Experian Badexcug.
Dificultades para salir de los ficheros
¡°En la mayor¨ªa de los casos, el banco no puede ver el nombre de la empresa acreedora que ha incluido a sus clientes en el registro, sino solo el importe de la deuda y la tipolog¨ªa de la misma: pr¨¦stamos impagados, tarjetas de cr¨¦dito cuya cuota no se ha saldado, descubiertos en la cuenta, avales bancarios no satisfechos, deudas con operadores de telefon¨ªa generadas por una portabilidad, retrasos en el pago de una factura, y adquisici¨®n de terminales no pagados, entre otros¡±, enumera Mazaira. En sus palabras, esta opacidad que rodea la identidad del acreedor dificulta muchas veces el pago de la deuda y, por consiguiente, la salida del fichero. As¨ª como la pr¨¢ctica de las empresas acreedoras de vender las deudas a otras compa?¨ªas, que se encargan de cobrarlas ¡°amedrentando al moroso¡±, a?ade Mazaira.
A Eva y Miguel, iMorosity recomend¨® abonar una deuda de telefon¨ªa que no recordaban. ¡°Adem¨¢s, recurrimos las otras dos que ten¨ªan, una referente a un aval con el que Miguel apoy¨® a su hermano para montar un negocio, y otra, muy peque?a, que ten¨ªa Eva de un recibo de luz de cuando compart¨ªa piso con unas amigas, y que ya hab¨ªa prescrito¡±, relata el director general.
La deuda contra¨ªda con las administraciones p¨²blicas, y que no ha sido devuelta, representa tambi¨¦n ¡°cantidad de casos¡±, en palabras de Barrenetxea, ya que los ficheros de morosos suelen sacar estos datos del BOE o de los boletines provinciales, que es donde se publican. Desgraciadamente, una vez registrados en el fichero, estos importes se quedan, aunque hayan sido abonados. Y el bloqueo de la solicitud de pr¨¦stamo est¨¢ servido.
Cuidado con el Cirbe
Pasar todos estos filtros ya es mucho, pero, si la cantidad de dinero que se solicita es elevada, no deja de ser insuficiente. Llegada la solicitud a este nivel, la entidad consultar¨¢ entonces la Central de Informaci¨®n de Riesgos del Banco de Espa?a (Cirbe) para averiguar si el cliente potencial tiene deudas derivadas de pr¨¦stamos y tarjetas por importes superiores a 3.000 euros y si est¨¢ al corriente de pago.
¡°No hay que olvidar tampoco que ciertos bancos deniegan el pr¨¦stamo si una parte de la n¨®mina ¨Cpor muy cuantiosa que sea¨C resulta embargada¡± por un juez, con el objetivo de hacer frente a una deuda, agrega Barrenetxea.
Tres patrones de morosidad
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