El FMI insiste en la uni¨®n fiscal
Si no se completa la construcci¨®n de la eurozona, podr¨ªa ser su final, lo que ser¨ªa tr¨¢gico para la UE
El FMI insiste en la uni¨®n fiscal, y aunque reconoce la dificultad pol¨ªtica de esta nueva configuraci¨®n institucional, interpreta que es una necesidad econ¨®mica. Es decir, advierte que sin ella (al menos en un cierto grado), la eurozona seguir¨¢ estando expuesta a riesgos existenciales que sus autoridades har¨ªan mal en descartar. La idea no es nueva y hace tiempo que se est¨¢ desarrollada. Tras el estallido de la crisis de deuda en 2010, concentrada en aquellos estados miembros que hab¨ªan mentido respecto al estado de sus cuentas p¨²blicas, se pens¨® en crear un Ministerio de Econom¨ªa de la Uni¨®n Europea que tuviera poder de acci¨®n sobre las econom¨ªas que confrontaban el bloque. La cara m¨¢s visible de esta propuesta era Alemania, que por entonces deb¨ªa de afrontar la responsabilidad de encontrar la direcci¨®n de la salida de la crisis. Pero otros, con Francia a la cabeza, eran m¨¢s reacios a esta posibilidad, ya que entend¨ªan que estaban cediendo soberan¨ªa a la UE, en la que Alemania ten¨ªa un gran poder de decisi¨®n.
El FMI tambi¨¦n se ha mostrado partidario de crear una nueva institucionalidad en la Eurozona y ahora, vuelve a insistir con la idea, seg¨²n un art¨ªculo reciente publicado por los expertos del organismo Helge Berger, Giovanni Dell'Ariccia y Maurice Obstfeld (2018). Seg¨²n estos expertos la eurozona est¨¢ experimentando una recuperaci¨®n vigorosa, pero la arquitectura sobre la que se asienta la uni¨®n monetaria sigue estando incompleta y la deja vulnerable a futuras crisis financieras.
Se han dado pasos importantes para corregir algunas deficiencias, como la introducci¨®n de servicios de pr¨¦stamos condicionales y aspectos b¨¢sicos para lograr una uni¨®n bancaria. Sin embargo, el informe advierte que la eurozona tiene que ir armando los elementos de una pol¨ªtica fiscal com¨²n, lo que incluye una distribuci¨®n m¨¢s amplia del riesgo fiscal, con el fin de preservar la integraci¨®n y la estabilidad financiera y econ¨®mica.?
El FMI se refiere a la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria (EMU), evaluando que si esta fuera como cualquier otra zona monetaria importante, como Estados Unidos, habr¨ªan dotado de facultades a un gobierno central o contar¨ªan con instituciones que actuar¨ªan de forma comunitaria, de manera mancomunada, para poder abordar la situaci¨®n de las entidades financieras en dificultades, garantizar los dep¨®sitos bancarios y brindar un alivio fiscal a aquellos estados miembros que atraviesen recesiones particularmente profundas.
Pero la eurozona no es un ente pol¨ªtico y sus miembros retienen mucha autonom¨ªa, lo que les deja expuestos a choques graves idiosincr¨¢ticos, tanto econ¨®micos como financieros, sobre todo en los casos en que los niveles de endeudamiento p¨²blico ya son elevados y cuando los gobiernos no disponen de mucho margen para responder con pol¨ªticas fiscales. Asimismo, estiman que los bancos de la eurozona son propietarios de cuantiosas sumas de deuda externa soberana o p¨²blica, lo que deja la puerta abierta a un c¨ªrculo vicioso en que los problemas soberanos y financieros se agravan mutuamente. Como ya demostr¨® la crisis financiera, esta din¨¢mica puede dar lugar a una propagaci¨®n de efectos de contagio negativos a otros estados miembros de la UE, dentro y de fuera de la eurozona.
El informe insiste en que la eurozona sigue funcionando sin pol¨ªticas unificadas que respalden un sistema eficaz de garant¨ªa de dep¨®sitos en toda la eurozona y sin un mecanismo com¨²n de apoyo para el Fondo ?nico de Resoluci¨®n (SRF). Pero la uni¨®n bancaria, si bien es vital, no es todav¨ªa suficiente. Mientras que las uniones monetarias establecidas cuentan con mecanismos autom¨¢ticos de distribuci¨®n del riesgo, que protegen frente a los riesgos relacionados con los ciclos econ¨®micos, los mercados privados no ofrecen cobertura suficiente para hacer frente a las ca¨ªdas del consumo durante una crisis econ¨®mica. Si bien una opci¨®n es aumentar el gasto p¨²blico, esta opci¨®n puede llevar aparejada aumentos de impuestos y reducciones de gasto m¨¢s adelante, con lo que tal vez no es una opci¨®n cuando, adem¨¢s, la deuda p¨²blica es todav¨ªa muy elevada.
La opci¨®n ideal ser¨ªa establecer un sistema mediante el cual, los estados miembros, se puedan cubrir, mutuamente, compartiendo el riesgo fiscal. Para poder lograrlo y, al mismo tiempo, tratar de evitar las transferencias permanentes de fondo, se han hecho propuestas a favor de establecer un sistema de seguro de desempleo para toda la eurozona para estabilizar los ingresos privados. Sin embargo, un mecanismo espec¨ªfico fiscal centralizado, que podr¨ªa recaudar las contribuciones anuales de los estados miembros a cambio de transferencias vinculadas a los choques nacionales, cuando estos ocurran, ofrecer¨ªa los mismos beneficios, sin tener que exigir la armonizaci¨®n del seguro de desempleo.
En principio, la participaci¨®n en este mecanismo tambi¨¦n podr¨ªa estar condicionada al cumplimiento de ciertas reglas fiscales o de reformas estructurales para poder ayudar a reducir la probabilidad de que la distribuci¨®n del riesgo diera lugar a las transferencias unilaterales a largo plazo. Los tres autores citados estiman que siguen existiendo otros problemas persistentes, tales como los pr¨¦stamos morosos, que deber¨ªan de abordarse por separado. La realidad econ¨®mica tiene medios para hacerse valer, al margen de las mareas pol¨ªticas de cada momento. A pesar de los diez a?os que han pasado desde la Gran Crisis Financiera de 2008, los populismos siguen estando todav¨ªa vivos y con fuerza en la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la eurozona: de extrema izquierda en la mayor¨ªa de pa¨ªses del sur y de extrema derecha en la mayor¨ªa de pa¨ªses del norte.?
Hay que tener en cuenta que la movilidad del empleo entre los estados miembros es todav¨ªa reducida. Aunque contribuye a compensar un choque asim¨¦trico a medio o largo plazo entre un estado miembro o varios, dicho proceso tarda en promedio dos veces m¨¢s tiempo que en el caso de los Estados Unidos,?por las diferencias de lengua y cultura que la suelen limitar.
Asimismo, la prohibici¨®n de un financiamiento monetario por el BCE a los estados miembros en el art¨ªculo 23 del Tratado de la Uni¨®n Europea se ha interpretado como que la entidad presidida por Mario Draghi no puede actuar como freno monetario de ¨²ltima instancia de estados miembros solventes pero potencialmente il¨ªquidos. Por esta raz¨®n una falta de liquidez en un estado miembro puede convertirse en una amenaza a su solvencia.
Como conclusi¨®n, se puede decir que la realidad se muestra muy tozuda, ya que siempre termina imponi¨¦ndose a los deseos pol¨ªticos de unos determinados partidos o, tambi¨¦n, de unos determinados estados miembros. Pero si resulta que, al final, no se llega a alcanzar una cierta uni¨®n fiscal, la eurozona podr¨ªa llegar a desaparecer en una pr¨®xima crisis, lo que ser¨ªa el acontecimiento m¨¢s grave de la ya larga historia de la Uni¨®n Europea.
Guillermo de la Dehesa es presidente honorario del Centre for Economic Policy Research (CEPR) de Londres.
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