?Hacia el Des-Brexit?

Los ¨²ltimos acontecimientos pol¨ªticos en la negociaci¨®n del Brexit recuerdan al famoso bolero Algo contigo. Es como si Londres le dijera a Bruselas: "No hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo... Es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo". No pueden estar formalmente juntos pero tampoco perder el v¨ªnculo.

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A este entorno tan desconcertante y a la situaci¨®n que aparentemente Gran Breta?a est¨¢ aspirando lograr actualmente lo calificar¨ªa como de Des-Brexit. Nuevo concepto que desnaturaliza el Brexit. No es un Breturn (vuelta al marco comunitario) porque Reino Unido parece que va a salir oficialmente de la Uni¨®n Europea s¨ª o s¨ª. No es tampoco un acuerdo muy distinto del status quo actual o al que existir¨¢ en el periodo transitorio, que podr¨ªa extenderse.

Este nuevo t¨¦rmino apunta a una salida pero en falso, solamente dura en apariencias (cierta autonom¨ªa en el cobro de aranceles y alg¨²n margen de libertad en el comercio con terceros). Porque su resultado comercial no ser¨ªa muy distinto al del marco actual. La Uni¨®n Europea no lo pondr¨¢ f¨¢cil y evitar¨¢ dar excesivas concesiones que podr¨ªan animar a otros pa¨ªses comunitarios a buscar salidas a la carta. Sin embargo, no olvidemos que Reino Unido es un pa¨ªs y socio econ¨®mica y pol¨ªticamente relevante, por lo que su posici¨®n de fuerza no se puede desde?ar...

Si finalmente el nuevo acuerdo implica el mantenimiento del alineamiento en las regulaciones y de buena parte del acceso a la uni¨®n aduanera, los efectos econ¨®micos no ser¨ªan tan desastrosos como se esperaba. Pero Reino Unido continuar¨¢ perdiendo porque se ha dado la paradoja de que grandes pa¨ªses terceros (Jap¨®n, Canad¨¢) han mostrado m¨¢s predisposici¨®n a nuevos acuerdos con la UE que con los brit¨¢nicos. Lo que Londres se propon¨ªa ¡ªm¨¢s ventajas comerciales internacionales¡ª lo puede terminar consiguiendo la Uni¨®n Europea casi involuntariamente. Otro problema, en este caso, para ambas partes reside en lo que los economistas denominamos los "costes del men¨²" que surgen al empe?arse en cambiar un acuerdo para acabar en algo muy parecido. Esto acarrea costes operativos y burocr¨¢ticos sin mejora econ¨®mica para las partes.

?Y el contexto pol¨ªtico? Desde el Brexit, se han despertado sentimientos europe¨ªstas en Escocia e Irlanda del Norte (que desea una frontera blanda o nula con Irlanda como hasta ahora, cuyo dise?o a¨²n hay que cerrar) lo que complica a¨²n m¨¢s la ya de por s¨ª casi imposible situaci¨®n de los desunidos gobierno y partido conservador brit¨¢nicos.

Las elecciones locales de la semana pasada dejaron claro que Theresa May no ha perdido tanto apoyo como se cre¨ªa... Pero precisamente ha podido ser porque su postura ante el Brexit se ve ahora m¨¢s blanda y la ciudadan¨ªa parece sentirse m¨¢s segura con ello. A¨²n as¨ª, no olvidemos que una votaci¨®n en contra en cualquiera de las dos casas del Parlamento o unas futuras elecciones en las que salieran fortalecidos los laboristas podr¨ªan hacer descarrillar todo el proceso. Como se dice en las islas brit¨¢nicas, the plot thickens (la trama se complica).