Posibilidades para un tiempo acotado

Con independencia de las sensaciones pol¨ªticas que el acelerado cambio en el Gobierno deje en cada cual, la realidad es imperiosa. Toca debatir propuestas que el nuevo Gobierno pueda plantear. Si en una legislatura de cuatro a?os es dif¨ªcil llevar a cabo reformas de largo plazo, mucho m¨¢s en un espacio temporal m¨¢s acotado como el que tiene el nuevo Gobierno de S¨¢nchez. En todo caso, s¨ª que es posible que deje la ¡°impronta¡± de su visi¨®n econ¨®mica y social. Y que todo el arco parlamentario pueda contrastar la suya. Como m¨ªnimo, se anticipar¨ªan debates econ¨®micos antes de las pr¨®ximas lecciones.

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El nuevo Ejecutivo hereda una econom¨ªa que crece y genera empleo, tal y como han mostrado los datos de paro registrado y afiliaci¨®n de este lunes. Esto encaja con los automatismos de una econom¨ªa que cuenta con sistemas de control parlamentario y presupuestos aprobados, aunque queden matices pendientes por lo que se ha sabido en las ¨²ltimas horas. Sin embargo, la percepci¨®n por gran parte de la sociedad es que a pesar de la buena coyuntura, faltan bastantes cosas por hacer. Buena parte de los asalariados a¨²n no han notado esas alegr¨ªas de la recuperaci¨®n. Eso incluye una parte considerable de los j¨®venes y de la clase media ¡ªreceptores de la mayor parte de los costes de la crisis¡ª y que dif¨ªcilmente podr¨¢n aceptar mayores cargas impositivas. No pueden ser decisiones sin did¨¢ctica ni sostenibilidad, como desafortunadamente ha ocurrido con las pensiones.

Hay espacio para acuerdos transversales. En los impasse pol¨ªticos del pasado se han revelado consensos bilaterales entre partidos. Aunque grandes reformas parecen una quimera hasta el final de la legislatura, s¨ª son posibles acuerdos en materias que han sido sensibles pol¨ªticamente pero donde los nuevos partidos pueden estar de acuerdo y generar una buena se?alizaci¨®n econ¨®mica y social. Por ejemplo, la lucha contra la corrupci¨®n o la despolitizaci¨®n de instituciones como la justicia, los organismos reguladores o los medios p¨²blicos de comunicaci¨®n.

Hay dos elementos de cautela que deber¨¢ tener el Gobierno. El primero, la necesidad de mantener la estabilidad financiera y fiscal, en un contexto amplio de compromiso con el futuro del euro. Es una l¨ªnea roja. En segundo lugar, hay que calibrar los efectos a largo plazo de las leg¨ªtimas propuestas econ¨®micas e impositivas. Esto incluye el inaplazable nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica, que ser¨ªa adem¨¢s una primera pasarela de di¨¢logo con Catalu?a. Particular cuidado habr¨¢ que tener en proponer un modelo impositivo que generara m¨¢s problemas que soluciones. Eso s¨ª, la lucha contra el fraude y la insuficiencia fiscal debe ser una prioridad.

Parece m¨¢s pr¨¢ctico y sencillo introducir modificaciones en las reformas que eliminarlas. Habr¨ªa que explorar el encaje de una nueva pol¨ªtica de rentas (pactos salariales m¨¢s razonables, no solamente con m¨ªnimos dignos, sino poniendo en valor la cualificaci¨®n) con los beneficios de la reforma laboral. Se quiere decir que ambas son incompatibles pero no tiene que ser as¨ª. Aspirar a un modelo escandinavo de rentas en el corto plazo no es realista pero s¨ª una transici¨®n hacia las partes de ese modelo aplicables en Espa?a.