¡°Las rebajas fiscales a empresas de Rousseff no fueron progresistas sino reaganianas¡±
La economista brasile?a Laura Carvalho, profesora de la Universidad de S?o Paulo, acaba de publicar 'Valsa Brasileira', un libro que explica los vaivenes econ¨®micos de su pa¨ªs
?Qu¨¦ similitud tiene la pol¨ªtica econ¨®mica de la expresidenta brasile?a Dilma Rousseff, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), y las ideas econ¨®micas del conservador partido Republicano de Estados Unidos? La economista Laura Carvalho (R¨ªo de Janeiro, 1984), profesora de la Universidad de S?o Paulo y doctora en Econom¨ªa por la New School for Social Research, explica esa rara relaci¨®n en Valsa Brasileira (editora Todavia), un libro sobre los vaivenes econ¨®micos de Brasil en la ¨²ltima d¨¦cada. En la obra, que est¨¢ en la lista de las m¨¢s vendidas en las ¨²ltimas semanas en el pa¨ªs, Carvalho busca explicar el ¡°milagrito¡± del crecimiento econ¨®mico y la distribuci¨®n de renta durante el Gobierno Lula (2003-2011). Tambi¨¦n la marcha atr¨¢s iniciada en el Gobierno Rousseff (2011-2016), que aliment¨® una grave crisis fiscal a trav¨¦s de rebajas fiscales a empresarios y sectores industriales. ¡°En todo el mundo esos incentivos no tienen que ver con pol¨ªticas progresistas, sino con las ideas de Ronald Reagan. Se trata del llamado tickle-down economics: la idea de que al beneficiar el tope de pir¨¢mide social, al mismo tiempo se favorece la base. Es algo incompatible con un Gobierno que se dice progresista¡±, explica a EL PA?S la economista brasile?a.
Hoy Brasil todav¨ªa intenta recuperarse de una grave y larga recesi¨®n. Pero, ?c¨®mo ha llegado hasta aqu¨ª tras tantos a?os anteriores de optimismo? Hay que volver la vista atr¨¢s, hacia la primera etapa del Gobierno Lula. Carvalho argumenta que el crecimiento econ¨®mico del principio de la d¨¦cada de 2000 se mantuvo por el boom de las materias primas y la subida de las exportaciones. Este contexto externo muy favorable prosigui¨® hasta 2011, pero desde 2005 se a?adi¨® otros elementos que alimentaron la subida del PIB: ¡°Las inversiones p¨²blicas [sobre todo en infraestructura] junto a pol¨ªticas de distribuci¨®n de renta, con el crecimiento de salarios y de determinados sectores de servicios -lo que result¨® en m¨¢s empleos para personas menos escolarizadas- impuls¨® el consumo de las familias y el mercado interno¡±, argumenta. ¡°El propio crecimiento de la econom¨ªa y los altos precios de materias primas incrementaron la recaudaci¨®n de impuestos, as¨ª que las cuentas p¨²blicas y la inflaci¨®n se mantuvieron controladas. Hubo una brutal reducci¨®n de la deuda p¨²blica en esos a?os¡±. Pese a la crisis mundial de 2008, Brasil creci¨® el 7,5% en 2010, el auge de su boom econ¨®mico.
Pero a partir de 2011 los precios de las materias primas no solo empezaron a bajar en los mercados internacionales: el nuevo Gobierno brasile?o, ya bajo el mando de Dilma Rousseff, llev¨® a cabo un giro en el modelo econ¨®mico. ¡°Los sindicatos y asociaciones patronales reclamaron medidas como rebajas fiscales [pero sin que se incrementara otros impuestos], control de los precios de la energ¨ªa el¨¦ctrica, reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s, devaluaci¨®n de la moneda para fomentar la competitividad de la industria brasile?a¡¡±, cuenta Carvalho. ¡°El Gobierno ten¨ªa entonces la percepci¨®n de que se necesitaba pol¨ªticas para el sector industrial. Se cre¨ªa que el crecimiento de entonces no era sostenible. Hab¨ªa retos como mantener la inflaci¨®n bajo control y mejorar la competitividad y las exportaciones de la industria¡±, recuerda la economista. Y a?ade: ¡°Esta pol¨ªtica fue equivocada, tanto en el diagn¨®stico como en el timing. Se pensaba que exportar¨ªamos m¨¢s, pero el contexto internacional ya no era favorable, con la crisis europea y el fin del ciclo de las materias primas. Pero hubo adem¨¢s un error b¨¢sico: la idea de que los empresarios automaticamente har¨ªan inversiones si tuvieran m¨¢s incentivos. Pero ellos solo invierten si hay demanda¡±.
A esta ¡°obsesi¨®n industrialista¡± del PT se sum¨® una brutal reducci¨®n de las inversiones p¨²blicas que ayudaban a impulsar el crecimiento en la era Lula. Las rebajas fiscales y un contexto internacional menos favorable afectaron la recaudaci¨®n estatal y crearon un grave problema en las cuentas p¨²blicas. Los est¨ªmulos econ¨®micos de entonces tampoco funcionaron. En abril de 2014 la econom¨ªa brasile?a empez¨® un descenso que dur¨® hasta diciembre de 2016, periodo en el cual el PIB cay¨® un 8,1%. 2015 y 2016 fueron los peores a?os de la recesi¨®n, con una ca¨ªda del 3,5% en cada a?o. El gui¨®n para dejar la crisis es un cl¨¢sico: recortes. La propia Rousseff inaugur¨® en su segundo mandato un nuevo periodo de austeridad en Brasil, pero fue Michel Temer, tras la destituci¨®n de la expresidenta en 2016, quien lo intensific¨®: aprob¨® en el Congreso un techo de gastos p¨²blicos que los mantiene congelados durante 20 a?os y una reforma laboral que, como en Espa?a, flexibiliz¨® despidos y facilit¨® la contrataci¨®n temporal. En 2017 finalmente la econom¨ªa volvi¨® a crecer, pero solamente el 1%. El paro apenas ha bajado y la miseria ha aumentado.
Pese a esas reformas y recortes, Brasil registr¨® un d¨¦ficit p¨²blico del 9% del PIB en 2017, muy lejos de los superavits de hace pocos a?os. La deuda p¨²blica neta, que en 2014 se situaba en el 30% del PIB, ahora supera los 50%. Toda una lecci¨®n para el resto de Am¨¦rica Latina. ¡°El techo [de gasto] no estabiliz¨® la deuda p¨²blica, que sigue aumentando, una vez que depende del crecimiento, de la recaudaci¨®n y del pago de intereses¡±, alerta Carvalho. ¡°No existe en ning¨²n pa¨ªs y es un absurdo. Impide que, si la econom¨ªa vuelve a crecer, se pueda poner en marcha inversiones p¨²blicas y gastos en ¨¢reas prioritarias¡±.
?Qu¨¦ hacer entonces? Carvalho, que se ha consolidado como una de las principales voces progresistas en el campo econ¨®mico, se hace o¨ªr a trav¨¦s de las redes sociales y de su columna en A Folha de S. Paulo. Tambi¨¦n asesora el programa econ¨®mico del precandidato a las presidenciales de octubre de este a?o Guilherme Boulos, del izquierdista Partido del Socialismo y Libertad (PSOL). Reniega la austeridad a toda costa llevada a cabo por la derecha liberal que lleg¨® al poder de la mano de Temer, pero tampoco quiere un proyecto industrialista e intervencionista que no tenga en cuenta la distribuci¨®n de renta.
Se identifica, m¨¢s bien, con una nueva izquierda mundial liderada por pol¨ªticos como Bernie Sanders en Estados Unidos y Jeremy Corbyn en Reino Unido, reclama que los m¨¢s ricos paguen m¨¢s impuestos para que el Estado recupere su capacidad de hacer inversiones p¨²blicas. Brasil, uno de los pa¨ªses m¨¢s desiguales del mundo, tiene un sistema tributario regresivo que est¨¢ entre los m¨¢s injustos. Las rentas m¨¢s altas pagan solo un 27,5% de impuesto ¨Csi no logran escapar del fisco¨C y las herencias son poco tributadas. Los beneficios y dividendos de empresarios ni siquiera son tributados. Los mismo no pasa con los bienes de consumo de las familias brasile?as, que tienen que pagar hasta un 34% de impuestos cuando compran una medicina o un 44% de tributos cuando abastecen el coche con gasolina, por ejemplo.
¡°Hoy los gastos sociales que reducen la desigualdad solamente neutralizan la concentraci¨®n de la riqueza que es resultado de la injusticia tributaria. La tarea de distribuir renda en Brasil es quijotesca¡±. Propone que la reforma tributaria incremente la recaudaci¨®n estatal, pero que en un segundo momento haya rebajas fiscales para el consumo y en sectores productivos. ?Hay espacio pol¨ªtico para ello? ¡°Las personas se quejan del impuesto que pagan, no del tributo que el 1% m¨¢s rico paga. Si vamos a aumentar el impuesto sobre la renta de los m¨¢s ricos, hay que explicar que ellos son los que menos pagan hoy. ?Por qu¨¦ resultar¨ªa m¨¢s dif¨ªcil que explicar que estamos recortando en Sanidad, Educaci¨®n e inversiones p¨²blicas?¡±, cuestiona. ¡°Defiendo acabar con la desigualdad en la tributaci¨®n que funciona como una transferencia de renta hacia los m¨¢s ricos¡±.
Reclama asimismo que las inversiones p¨²blicas se centren en desarrollar sectores productivos y nuevas tecnolog¨ªas relacionadas con servicios y las carencias de los brasile?os. ¡°Me gustar¨ªa recuperar algunas cosas que funcionaron entre 2006 y 2010, pero ir m¨¢s all¨¢. No me preocupa el crecimiento del sector de servicios, porque aumenta la oferta de trabajo para quienes tienen menos formaci¨®n y ayuda a distribuir la riqueza. Pero al mismo tiempo debemos tener una pol¨ªtica de desarrollo que resulte en mejores servicios p¨²blicos. Por ejemplo, si vamos a invertir en sanidad p¨²blica y lo planeamos bien, podemos desarrollar una industria de equipos m¨¦dicos. Si vamos a invertir en movilidad urbana, podemos impulsar tecnolog¨ªas para coches el¨¦ctricos¡±.
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