?Nuevos impuestos?
Ser¨¢ dif¨ªcil que el Gobierno pueda aprobar este a?o los nuevos tributos a la banca y las tecnol¨®gicas. La realidad es que el Ejecutivo tendr¨¢ complicado cumplir con el d¨¦ficit y aumentar el gasto
Tras la vor¨¢gine de la moci¨®n de censura y la salida de Rajoy, el debate vuelve poco a poco a la cruda realidad. Espa?a es el pa¨ªs con mayor d¨¦ficit p¨²blico de la Eurozona, buena parte de ese d¨¦ficit es estructural, o sea, el crecimiento del PIB no lo va a eliminar, y el Tesoro P¨²blico debe emitir cada a?o unos 300.000 millones en los mercados para financiar ese agujero, pagar el sueldo a los funcionarios, sufragar las pensiones y atender los vencimientos de la deuda y el pago de intereses de la misma. Y pronto empezar¨¢n a subir los tipos de inter¨¦s.
Como ya anticip¨® la Comisi¨®n Europea y la Autoridad Fiscal (Airef), el Gobierno asume que este a?o, con el presupuesto aprobado por el PP, Ciudadanos, PNV y los partidos canarios, Espa?a volver¨ªa a incumplir el objetivo del 2,2% del PIB. As¨ª que ya?est¨¢ renegociando en Bruselas la senda de d¨¦ficit.
El problema es que el nuevo Gobierno est¨¢ comprometiendo un aumento del gasto para 2019, y los n¨²meros no encajan. Montoro esto siempre lo ha resuelto inflando artificialmente la previsi¨®n de ingresos hasta que el Presupuesto alcanzase el d¨¦ficit comprometido. La ministra Montero ha optado por anunciar subidas de impuestos.
De momento, ha anunciado un impuesto a las empresas tecnol¨®gicas, un recargo adicional sobre los beneficios de los bancos e impuestos verdes. En los impuestos verdes se habla de equiparar el tributo del di¨¦sel al de la gasolina, lo cual afectar¨ªa a 13 millones de veh¨ªculos y a 4,4 millones de camiones y furgonetas. Parece complicado conseguir apoyos en el Parlamento para un impuesto tan impopular.
El impuesto a las tecnol¨®gicas s¨ª que podr¨ªa tener apoyos en el Congreso ante la percepci¨®n generalizada de que no pagan lo suficiente. El problema es definirlo: qu¨¦ es una empresa tecnol¨®gica y qu¨¦ actividad va a gravar el impuesto. Puede acabar pasando como le sucedi¨® a Francia con la tasa Tobin que solo recaud¨® un 10% de lo previsto y provoc¨® una ca¨ªda de la actividad financiera que forz¨® al Gobierno a eliminarla pocos meses despu¨¦s.
La banca contin¨²a destruyendo empleo, la rentabilidad de su capital es una cuarta parte de la que ten¨ªa antes de la crisis y los accionistas bancarios han perdido en el mejor de los casos un 60% de su dinero desde el comienzo de la crisis financiera. En China, que nos lleva a?os de adelanto en la econom¨ªa digital, pagan, hacen dep¨®sitos y piden cr¨¦ditos con el m¨®vil a trav¨¦s de Alipay o Wepay, y los bancos tradicionales son un sector en reconversi¨®n, como lo eran los astilleros en los a?os ochenta. El BCE exige m¨¢s capital a las entidades financieras y, en este escenario, ?les vamos a subir el impuesto al capital?
La realidad es que los dos ¨²ltimos impuestos son de nueva creaci¨®n y deben tramitarse como un proyecto de ley. Es muy poco probable que puedan ser aprobados esta legislatura. Rajoy copi¨® la milonga del ¡°Espa?a va bien¡± de Aznar durante la burbuja pero deja todo por hacer. El nuevo Gobierno tiene complicada la cuadratura del c¨ªrculo.
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