Irlanda y los pa¨ªses n¨®rdicos bloquean la tasa Google europea

Acuerdo s¨ª o s¨ª en diciembre. El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, se fij¨® a comienzos de este a?o el reto de sacar adelante la llamada tasa Google o GAFA (por el acr¨®nimo de Google, Apple, Facebook o Amazon) y acabar con el coladero fiscal europeo que aprovechan los gigantes tecnol¨®gicos para tributar menos que las empresas tradicionales. Y a un mes de la reuni¨®n de ministros de Econom¨ªa y Finanzas (Ecofin) que debe aprobar la tasa por unanimidad, ha conseguido que Alemania le siga, aunque arrastrando los pies, en esa batalla.

Las discusiones impulsadas por Austria, que ostenta la presidencia rotatoria de la Uni¨®n Europea, se basa en la propuesta que la Comisi¨®n formul¨® el pasado mes de marzo. Esta consiste en gravar con un tipo del 3% el volumen de negocio de las plataformas de publicidad online, intermediarias o de venta de datos que facturen m¨¢s de 750 millones de euros a nivel mundial y 50 millones en Europa. Los cinco grandes (Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Espa?a) la apoyaron casi de inmediato. Pero a la hora de la verdad, Berl¨ªn empez¨® a echarse atr¨¢s.

Dudas de Alemania

La canciller Angela Merkel se comprometi¨® con Macron en Meseberg el pasado mes de junio a cerrar un acuerdo sobre ese impuesto en diciembre. Pero las amenazas comerciales de Estados Unidos le hicieron dudar al considerar que un impuesto que afectar¨ªa sobre todo a gigantes norteamericanos pod¨ªa acarrear represalias a su industria del autom¨®vil. La decisi¨®n de los brit¨¢nicos en implantar ese tributo, sin embargo, priv¨® al ministro alem¨¢n Olaf Scholz de ese argumento. En lugar de ese, se agarr¨® a su preferencia por una tasa global acordada en el marco de la OCDE.

Macron necesita acudir a las elecciones de mayo con medidas comunitarias que puedan convencer a su electorado, sobre todo ante la amenaza del Frente Nacional. Por ello, Le Maire hizo dos rebajas a la propuesta inicial. En septiembre puso encima de la mesa una cl¨¢usula que fijaba que el impuesto tendr¨ªa un car¨¢cter temporal, hasta que la OCDE aprobara el suyo. Alemania sigui¨® titubeando.

Esta semana hizo otra oferta: llegar a un acuerdo en diciembre pero dar un margen de dos a?os a su entrada en vigor, para que la OCDE pueda trabajar en un impuesto mundial. Seg¨²n fuentes comunitarias, Le Maire acudi¨® al Ecofin de esta semana sin conocer todav¨ªa la respuesta de Scholz. En la sesi¨®n, el ministro alem¨¢n acept¨®, pero con otra rebaja: que grave a los negocios ¡°altamente digitales¡± y deje fuera la venta de datos de usuarios.

Lejos de la unanimidad

Pero los Veintiocho a¨²n est¨¢n lejos de la unanimidad que requiere esta medida. Suecia, que se ha convertido en uno de los polos tecnol¨®gicos del continente con gigantes como Spotify, encabez¨® ayer un grupo de pa¨ªses que se opone de llano al impuesto. Su ministra de Finanzas, Magdalena Andersson, ayer rechaz¨® gravar facturaci¨®n y no beneficios al considerar que se podr¨ªa estar castigando a empresas en p¨¦rdidas y startups, lo cual minar¨ªa competitividad a las compa?¨ªas europeas. A Suecia la acompa?an Irlanda ¡ªdonde tributan muchas de las grandes multinacionales¡ª y Dinamarca. Finlandia tambi¨¦n manifest¨® sus reservas sobre la tasa, mientras que Chipre y Malta se a?adieron al grupo del no. Los Pa¨ªses Bajos y Por lo tanto, a un mes del pr¨®ximo Ecofin Francia sigue lejos de la unanimidad que necesita.

Le Maire apel¨® ayer a la ¡°justicia fiscal¡± para que los gigantes tecnol¨®gicos contribuyan a las arcas de la Administraci¨®n del mismo modo que el resto. Y pese al rechazo de los n¨®rdicos, el paso que dio Alemania vali¨® a Le Maire para que apuntara que los Veintiocho van ¡°en la buena direcci¨®n¡±. A su lado se situaron una quincena de pa¨ªses. Los m¨¢s rotundos a favor del nuevo impuesto siguen siendo Espa?a, Reino Unido, Italia, Austria, Grecia o Portugal.

Seg¨²n la Comisi¨®n Europea, las tecnol¨®gicas pagan una tasa impositiva media del 9,5%, cuando las empresas tradicionales abonan m¨¢s del doble, una media del 23,2%. Apple o Amazon, adem¨¢s, han afrontado sanciones de la Comisi¨®n por recibir ayudas de estado ilegales.